Hacer una entrevista radiofónica a primera hora de la mañana
del primer día del año, debe ser algo difícil, porque a cualquiera nos
afectaría la pérdida de oxígeno cerebral, tras la noche de fin de año. Parece
que De Guindos también es de carne y hueso, y le afectó. Hasta podría decirse
por sus declaraciones que De Guindos estaba en el guindo.
Siempre en su línea, cínico, mentiroso e hipócrita. Este
señor no cambia de un año a otro. Se mostró convencido de que para un
españolito de a pie, no hay nada mejor para empezar 2015, que escuchar a un
ministro decirle, que los que trabajamos ya no tenemos miedo a perder el
empleo.
Personalmente de este gobierno ya no me creo nada, pero le
doy el beneficio de la dudad si se refería a que con la reforma laboral
mariana, cuando no te quieren en un sitio, ya no debes tener miedo a
perder el trabajo, ni a que te despidan, sino a que la patada en el trasero
no sea muy dolorosa y simplemente te echen, y santas pascuas.
Además de no convencerme, me sonaron sus declaraciones a
tomadura de pelo colectiva, y a una falta de respeto a todos nosotros.
Porque si algo hemos aprendido de esta crisis, es que ya nadie resulta
imprescindible frente a la cuenta de resultados de una empresa, y para eso
no hacía falta cenar con uvas y desayunarnos con guindas.
Queriendo ser imparcial, voy a intentar encontrar otros
significados o el mensaje subliminal que hay detrás de esas declaraciones.
Y lo cierto es que sugieren muy diversas interpretaciones, desde la
primera que sería darle la razón y pensar que quizás no tememos perder el
trabajo, porque lo que en realidad nos preocupa es si tenemos expectativa de
conseguir uno nuevo si perdemos el actual, hasta negar la mayor, y afirmar
que tenemos pánico a que nos despidan.
Puede que se trate de una visión personal, y nos dice que
él no tiene miedo a perder su empleo. Está claro que si después de los
patinazos económicos que ha cometido, empeñado en la austeridad, sigue de
ministro, le resultará difícil pensar que el presidente pueda darle la boleta.
O que como los españoles más cercanos que tiene son los miembros del
gobierno, y ellos han perdido el miedo a perder (valga la redundancia) el
puesto de trabajo, y que tienen expectativas de futuro en una
multinacional, mientras las puertas giratorias sigan funcionando, puede
que piense que todos estamos igual que los ministros.
Otra explicación podría ser, es que cinco millones de
españoles no tienen empleo y por lo tanto no pueden tener miedo a perderlo.
Es lo mismo que le ocurre a De Guindos con la vergüenza, al carecer de ella no
puede tener miedo a perderla, como demuestra haciendo esta declaración ante un
país con seis millones de desempleados. Para esos cinco millones sí que se ha
perdido el miedo a perder el trabajo, porque no lo pueden perder.
Tal vez quiera decirnos, que con el paro existente es
casi imposible destruir más empleo, e incluso nos puede estar anunciando la
necesidad de una nueva reforma laboral con la que asustar aún más a la
clase trabajadora. Con la señora Bañez detrás, seguro que ya disponen de una
borrador de nuevas medidas “absolutamente imprescindibles” que nos hagan
aceptar condiciones laborales aún más miserables que las que ya han impuesto.
O puede que lo expresado obedezca a un intento de
defender lo indefendible y seguir el nuevo año actuando como unos cínicos
redomados a los que no les importa que la desvergüenza gubernamental alcance
cotas insospechadas. Desde su llegada al gobierno en 2012, cualquiera puede ver
que no se hartan de contar mentiras, no se sienten responsables de mantener
en sus filas a muchos corruptos, ni de ser los destructores del Estado de
bienestar. Viven en su burbuja y no se enteran de la realidad.
Y por último, también sus declaraciones podrían demostrar que
cree firmemente el gobierno que la gente se ha acostumbrado a vivir en la
incertidumbre. Porque incertidumbre si hay en la calle, entre el miedo a
continuar en el paro y el miedo a "encontrar" un trabajo Esto
último es tan difícil, que la gente está segura de que, si te contratan,
cobraras una mierda, y que no hay diferencia económica con estar parado.
En resumen puede decirse que el optimismo expresado por
De Guindos es inversamente proporcional a los resultados que percibimos los
ciudadanos de las políticas aplicadas por el gobierno del que es miembro. Y
lo más lógico es que sus declaraciones obedezcan a que ahora tocan
elecciones y decirnos que con el PP en el próximo mandato se van a crear
cinco millones de empleos. Si no dicen expresamente esto, pronto nos lo dirán,
aunque para ello tenga que interceder la Virgen del Rocío.
Para el gobierno ha llegado el momento de hacernos
olvidar lo que en estos años nos han quitado, y seguro que encontraran la forma
de darnos alguna limosna como retenernos menos en la nómina a los que
trabajamos para que nos creamos que nos han subido el sueldo, o dar
cuatrocientos y pico euros para que los desempleados no mueran de hambre. Y
sabiendo que si con eso no nos convencen, siempre pueden volver a utilizar el
rancio discurso de la herencia recibida, que tan buen resultado les ha
estado dando.
La otra explicación de estas declaraciones, es que nos
siguen tomando por gilipollas. Y esta me suena que va a ser la razón verdadera.
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