Siguen intentando que el vaso rebose. Abascal, este domingo se ha descolgado literalmente con esto "habrá un momento" en el que el pueblo querrá "colgar de los pies" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Este tipo es el que se permite darnos clases de democracia. Será que no le ha sentado bien no ser vicepresidente del Gobierno.
Se puede interpretar como se quiera, pero esta soflama es una incitación al odio. Que nadie actúe contra estas barbaridades, provoca una sensación de indefensión en esta sociedad que es muy peligrosa. La estrategia es calentar a otros para que esos ejecuten sus deseos. Si incitar al delito es grave, que se haga desde un cargo electo debería ser motivo de procesamiento. Nuestros escrupulosos jueces y fiscales parece que se hacen los sordos. Está muy claro que no se emplearán con la misma contundencia con la que defienden sus sillones en el CGPJ. Aunque seguro que oímos a algunos decir que están horrorizados, pero no pueden ser creíbles si no actúan. Imaginar la que se hubiera montado si esas declaraciones se hacen por alguien de la izquierda.
Están alentando a las turbas de nostálgicos descerebrados, que los hay. Al que la diga más grande, más le sacan en los medios. Los aplausos de sus correligionarios de la ultraderecha, que aparecen en las redes, afirman que son para mayor gloria de la patria. Por si alguien aún no lo sabía, este es el peligro que representan estos fascistas. Ojalá que no tengamos que lamentar actos irremediables, de estos a los que se les ha indigestado el 23j.
Y mientras desde el PP, los muy moderados, aplaudiendo hasta con las orejas las ocurrencias de su socio de gobierno. Son los más demócratas del país, ellos los constitucionalistas que no ven pecado en estas soflamas. Aunque no lo quieran asumir, su silencio dice muy poco del PP y de Feijoo, coaligado en tantos gobiernos y que tiene a Vox como socio preferente.
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