Ellos siempre creyeron que les funcionaría el sacramento del matrimonio, pero son las cosas de la vida, son las cosas del querer. Y aunque lo veían venir, y ellos no querían, les ha llegado el divorcio aprovechandose de una ley que no acaba de gustarles a ninguno de los dos.
Al PP y Vox no los han separado sin infidelidades. Aunque Vox llevara en sus filas a un condenado por violencia machista, eso el PP se lo perdonaba llamándole ”divorcio duro” y problema arreglado. Tampoco que los de Santi les exigieran cambiar el nombre de la violencia machista por el de violencia intrafamiliar, para ellos era solo un problema de vocabulario. Ni importaba que el presidente del Parlamento Balear rompiese con violencia la foto de una fusilada por el franquismo a una diputada, era la diputada la provocadora por llevar la foto, y como el matón de Piera de discoteca había pedido perdón, y en el PP son católicos apostólicos y romanos, tenían muy claro que a los pecadores se les perdona y pasaron página. Tampoco la exigencia de cambiar la Ley de Memoria histórica por Vox fue un problema para el PP, porque ellos nunca han creído en privado (en público si) que la dictadura fue de verdad una dictadura sino un simple alzamiento en armas para salvar la patria.
Pero como Alberto sabía que las cosas no iban bien, su PP intentó un último acercamiento a los de Santi, y un portavoz (más bocachancla que portavoz) propuso para contentarlos, aquello de “mandemos a la armada a detener las pateras y decirles “date la vuelta que aquí no os queremos muertos de hambre, iros a vuestro pueblo otra vez”. Al no hacerle caso al PP el gobierno, la culpa siempre sería de Sánchez y así asunto arreglado.
Pero Vox quería más muestras de cariño y le exigió al PP una demostración de amor extremo, rechazar a los Menas y que Sánchez se los comiera con patatas. Y Feijoo no sabía si hacerle caso, y pensó, si solo admito unos pocos, incluso menos que el año pasado, igual Santi se tranquiliza. Pero no, lo que ya no han podido aguantarle los de Vox al PP, es que acojan a 347 niños migrantes hacinados en Canarias (por cierto con gobierno del PP) y eso que es una acogida voluntaria.
Es difícil entender que en un país que acoge a más de 80 millones de turistas al año no pudiera acoger a 6000 niños, pero en Vox lo de 347 lo han visto como alta traición a su amor, y han cogido los trastos y se han ido de casa. Mientras que el PP no se ha alarmado, y ya se han puesto unos calzoncillos limpios por si al salir a la calle encuentran una nueva pareja.
Como en la mayoría de infidelidades, no en todas, uno se suele alegrar mientras que el otro se siente traicionado, y en Vox ya han empezado a llorar por los rincones, y algunos de sus miembros seguro que hasta le dan la razón al PP, total por cuatro chiquillos, e incluso seguro que alguno es capaz de dejar su carnet y cambiarse de partido (que no de bando), y dejar a Santiago y Cierra España que se quede con sus más fieles.
Algunas malas lenguas ya dicen hoy, que lo que les preocupa a muchos de los cargos de Vox de este divorcio, no es si la estrategia de Santi es acertada o no, sino que ahora que ellos se habían acostumbrado al buen suelo, coche oficial y dejarse los testes alopécicos de tanto tocárselos de no hacer nada, tener que dejarlo todo de la noche a la mañana es una putada y gorda.
En Vox, para pensar en la autolisis partidista, ya solo necesitan que antes de firmar definitivamente el divorcio, Feijoo sea capaz de pasear por la calle de la mano de Puigdemont o del PNV o de ambos. Si eso llega a suceder, cosas más difíciles se han visto en amores, Santi recurrirá a la hemeroteca de Cayetana, ese día que su hija le dijo "Mamá, el traje de Gaspar no es de verdad." y Caye, mama hispano argentina migrante, respondió “No te lo perdonaré jamás, Manuela Carmena. Jamás”.En este caso Santi diría “No te lo perdonaré jamás, Aberto Nuñez, jamás”.
Pero como nunca hubo verdadero amor en la pareja, sino que lo suyo solo fue un matrimonio de conveniencia, en el PP ya van a lo practico, y esta mañana andan buscando como pescar en rio revuelto, que para eso son un partido de estado, de toda la vida.
Y colorin colorado, les aseguro que este cuento todavía no se ha acabado. Las derechas que nos anunciaban que España se rompía, hoy han constatado que se han roto ellas antes que España. Pero también se constata que Feijoo se aleja de Ayuso.
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