Parecía imposible. Aunque esperable desde luego. Los fiscales han avanzado un “poquito plus”hacia el intento por subyugar una democracia que no les reconoce a toda la judicatura, el carácter divino que están convencidos de poseer, porque lo consideran inherente a sus cargos. Hoy han decidido apostar fuerte y colocar una pieza más para el golpe de estado judicial. Ya lo dijo José Mari“…el que pueda hacer, que haga”, y ellos obedientemente hacen.
Estamos ante un cóctel. Sus ingredientes combinados son: maldad, vileza, soberbia, cobardía, rencor, odio y unas gotitas de egolatría. Estamos ante otra obra más de la pseudo justicia, del aquí mis güevos, del renacer del franquismo moderno (oximoron). Nuestro sistema judicial necesita una reforma como el comer, que impida a los togados el ejercicio de una “suprema“ soberanía judicial, porque se han colocado por encima de la soberanía del pueblo. Se está corrompiendo el sistema porque se están usurpando las competencias de los electores al despreciar las decisiones del poder legislativo.
Feijóo, Abascal y sus polifemos maniobran para traer el neofascismo, y por eso hace unos dias ya conocían la postura de los fiscales. Al final la justicia europea tirará por tierra esta maniobra, pero hasta que eso ocurra, intentarán hacer ingobernable el país y dejarlo caer, que ya vendrán ellos a levantarlo.
Como cuando la doctrina Parot, habrá que soportar que la judicatura se cubra hoy de gloria, aun sabiendo los protagonistas que mañana se cubrirán de mierda. El partido judicial quiere alcanzar el poder.
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