Náuseabundo escuchar a Ayuso hablando de las residencias. Solo alguien ruin, canalla y que nade en una vileza infinita, puede ya no decirlo públicamente, sino siquiera pensar así.
Ayuso, aseguró ayer jueves, que los mayores enfermos de COVID-19 al inicio de la pandemia se morían igual, independientemente de que fuesen trasladados a hospitales o se quedasen aislados en las residencias de mayores. Ayuso intentaba justificar así la polémica orden de su gobierno que impedía a esas residencias trasladar a los mayores enfermos a centros hospitalarios.
Es la argumentación de quien debe pensar que los demás padecemos una oligofrenia. Desde luego que en los peores momentos de la pandemia muchos de los enfermos atendidos en los hospitales también morían, pero siempre tuvieron más posibilidades de sobrevivir. Quienes no las tenían eran quienes fueron condenados a no recibir ninguna asistencia, ni hospitalaria ni en las propias residencias.
El colmo de los colmos es cuando es cuando acusa de falta de dignidad a quienes le exigen hacer públicas las actas de la policía en las residencias. Precisamente habla de dignidad quien por sus palabras no conoce que significa dignidad.
A esta señora no se le ha debido pasar por la cabeza que los médicos no estamos para salvar vidas, sino para aliviar el sufrimiento de los enfermos. Ella impidió a los sanitarios madrileños ejercer ese principio con su protocolo más propio de la época del holocausto que del siglo XXI.
¿Hubiera actuado igual si el residente fuese su padre o su madre? Oído lo oído, cualquiera sabe. ¿Y los que aplaudieron su argumento?
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