No. No resultaron las expectativas creadas y en Galicia de nuevo obtiene mayoría absoluta el PP. Puede que hasta esa sensación en la izquierda de que podía darse un cambio, alentara a los votantes del PP a no faltar en las urnas, aunque siempre lo hacen, pero puede que hasta la sensación de que podían perder les empujará a no faltar. Están contentos en Génova 13 y es lógico, pero también saben que convocaron pensando arrasar en base a la amnistía y eso no se ha producido pero han ganado.
A quien mejor le ha ido es al BNG que ha subido gracias al trasvase de votos de Sumar, Podemos, y de un PSOE de Galicia que cambia de candidato como quien se cambia de camisa casi a diario, a lo que se ha sumado la sensación de que es Puigdemont, y no Sánchez, quien dice por dónde va el camino de los socialistas. Vox se ha quedado fuera y su voto ha ido al PP. Seguimos como estábamos, aunque con la cara nueva de Democracia Ourensana.
Hay otra explicación más técnica, que es la ley electoral por la que se rigen las elecciones gallegas. Fijaros en lo siguiente: al PP le costó un escaño en A Coruña 22.224 votos y 12.350 en Lugo; al BNG necesitó 21.992 votos un escaño en A Coruña y en Lugo con 11.644 votos lo obtuvo. No es una cuestión de derechas o de izquierdas, sino de que el sistema sobre representa a Ourense y Lugo, en detrimento de A Coruña y Pontevedra. Mientras siga ganando el PP, nunca se abordará la reforma electoral que Galicia necesita.
Felicidades al PP por su victoria y a los gallegos que lo disfruten.
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