Deshumanizados
Que bajo hemos llegado a caer los seres humanos. Parecemos vacunados contra cualquier tipo de dolor de los demás, porque solo nos duele el nuestro. Ante las imágenes de las atrocidades que se están produciendo en Gaza e Israel, pero ahora solo en Gaza, nos mostramos indiferentes. Las recibimos en los ojos, las tamizamos en nuestro cerebro por el filtro ideológico y decidimos quienes son los buenos y quienes los malos, como si el dolor solo se produjera entre aquellos que consideramos próximos a nuestra forma de entender el mundo. Nos estamos deshumanizando, porque aunque no queramos verlo, todos, unos y otros, son seres humanos. Perdemos la perspectiva, porque aunque lo ignoremos, las imágenes muestran historias de dolor. ¿tan difícil es entender que son personas como nosotros?
Sin memoria reciente
Miles de africanos llegando a las costas Canarias. Desembarcan, medio muertos de frío. Inmóviles. Solo son africanos, y negros, y eso ayuda a que ni nos planteemos el porque se embarcan en un viaje que la mayoría de ocasiones acaba en muerte, nos importa una mierda como se llaman o de que país vienen. Ellos no tienen madres , ni hermanos, ni mujer o marido o hijos. Eso solo lo tenemos nosotros. Ellos solo son números. Números que molestan, porque no son personas, como nosotros. Pero todos somos victimas, ellos de su pobreza, y nosotros victimas de nuestra falta de humanidad, porque parece que ya no son personas con cara nombre y una historia. Y esa tragedia nos la aderezan unos impresentables de representantes públicos, de los que prefiero pensar que hablan primero y piensan después, porque si actúan en el orden inverso es que más que impresentables son carroñeros que aprovechan cualquier victima para sus fines partidistas. En lugar de apagar el fuego lo riegan con gasolina. No aportan ni una solución, solo les importa atacar al gobierno, da igual las consecuencias que sus palabras tengan en el conjunto de la población. Que una comunidad como Madrid, donde la mayoría de su población es emigrada de otros territorios españoles o de otros países, permita sin inmutarse que su máxima autoridad regional, vomite xenofobia y racismo cada vez que le acercan un micrófono, es para concluir que la deshumanización ya campea por sus ciudades.
Sánchez ha pedido el respaldo de su partido a su coalición con Sumar y a los argumentos para alcanzar la investidura. Dicho de otra manera, que el partido respalde una ley de amnistía. Les ha hablado de alcanzar la normalización política con Catalunya. Citó el deber y la responsabilidad. Habló de superar la división que provocó el Process y la respuesta del Gobierno de entonces. Ha argumentado que su cambio de opinión es la consecuencia de cómo ha cambiado la respuesta electoral que ha tenido su partido en Catalunya. Solo una voz discordante: Page.
Curioso que, por delitos mucho mayores, se admitieron amnistías, y que se quiera sobredimensionar la gravedad del delito por colocar unas urnas. Pocos quieren recordar las imágenes de fuerzas de seguridad golpeando a la gente. Parece que tampoco se quiere recordar que la Constitución de 1978 prohíbe expresamente los indultos generales, pero Aznar indultó a casi seis mil y Felipe a otros tantos. Claro ellos tenían mayoría absoluta, y les daba igual si con eso alcanzaban su objetivo. Ahora, ambos se rasgan las vestiduras.
La suspensión del Estatut y la actuación del estado en 2017, solo han servido para generar odio en casi toda España contra Catalunya y eso es la causa de este trasnochado sentimiento nacionalista por un lado, y del independentista por el otro. La amnistía me parece imprescindible para poder pasar página del lío en el que nos metieron tanto el PP como los independentistas.
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