Es tanto el odio

Es tanto el odio que han conseguido irradiar hacia Sánchez, que muchos, aún siendo sensatos, no quieren verlo como algo enfermizo. Pero lo quieran ver o no, Milei ofendiendo al presidente y a su esposa, nos ofende al conjunto de los españoles. A ellos también.

Tomarse esta ofensa a guasa porque sea contra otro, es la forma que tiene de entender la política la extrema derecha, eso si, siempre con el apoyo activo o pasivo de la autodenominada derecha moderada. Por que ver a los moderados portavoces del PP, añadiendo más basura, por si era poca la de Vox, solo es contemplar la lógica que siguen porque temen que una muestra de debilidad suya pueda favorecer a Vox en esa lucha que se llevan por conquistar el espacio de la derecha.

Cualquier partido decente, de cualquier país decente, reprobaría unas declaraciones como las de Milei. Pero para hacerlo se exige ser decente previamente. Y no solo es el conjunto de la derecha, sino que se les han sumado el jefe de los empresarios españoles y sus asociados, que están diciendo en voz alta que ese modelo de Milei es el que quieren para nuestro país, pero no lo hacen con su voz porque les importa más su bolsillo que España.

La ideología nos puede cegar, pero no debería impedirnos discernir entre lo decente y lo indecente, salvo que se sea un indecente incapaz de discernir nada. Solo los indecentes pueden aplaudir cuando un personaje clama y vocifera, por muy presidente de un país hermano que sea, por abolir el estado y la justicia social, que son dos de los pilares de nuestra Constitución. Y es de indecentes y antidemócratas vitorearle mientras invita a la gente a echar a patadas a un gobierno democráticamente elegido.

Y es que lo del cinismo en el PP resulta ya un clásico de nuestra política. Son los mismos que cínicamente exigían a Óscar Puente, su dimisión y que se disculpara porque veían intolerable que un ministro ofendiera a un mandatario extranjero. Son los que hoy con todo su cinismo no exigen lo mismo, cuando es un mandatario extranjero el que viene a España a ofender al presidente de nuestro país. ¡Ojo! su presidente por mucho que les joda que asi sea.

Claro que para reaccionar correctamente, además de decente hay que ser demócrata. Decencia y democracia, las dos carencias manifiestas de esta derecha que, como María Cristina, nos quiere gobernar. Pero a la que ya está bien de seguirle la corriente.