Cuando la vida te sonríe

La política también regula el fútbol y los deportes. Por eso los deportistas pueden opinar de política si desean hacerlo o no opinar si no lo desean. Esto último les convierte en inanes, es no querer opinar de nada, cuando les afecta, quieran o no.

Por norma general, quienes en lo cotidiano afirman no opinar de política, suelen ser acérrimos defensores de un conservadurismo del que parecen avergonzarse, en lugar de expresar con libertad lo que opinan, y a la vez esos mismos, curiosamente, son quienes más se quejan de que no existe libertad de expresión. ¡Pa habernos matao!

Cuando la vida te sonríe y las cosas te van bien, las gentes nos volvemos conservadores y tendemos a votar conservador. Eso ocurre porque ante todo pensamos en nuestro bolsillo. Parece que hay que considerar un mérito tener dinero y éxito y ser de izquierdas.

Pero se debe votar por lo que consideramos mejor para todos y no por lo que a ti más te conviene, porque si eres rico tendrías que acabar siempre votando a Vox o similares, porque sus propuestas van dirigidas siempre a favorecer a quienes más tienen.

Por esa misma regla de tres, si consideramos que a quien le va bien, tiene dinero y vota izquierdas, hay quien piensa que es un jilipollas, entonces que un trabajador al que no le va bien y no dispone de dinero, que vota a la derecha es de ser también un jilipollas. Traidores al club al que pertenecen.

No es normal que la presidenta de una Comunidad Autónoma otorgue medallas a un presidente de otro país. En España ni el rey puede hacerlo sin el consentimiento del Congreso ¿Quien le tiene que poner límites a esta situación absurda?

Los Punsetes cantaban: “Madrid me insulta, Madrid me ataca, Madrid me tira al suelo y luego me remata. Madrid me muerde y me mastica. Madrid me traga pero luego me vomita".

Igual ahora es que la presidenta se ha bautizado como Leticia

A partir del lunes Ayuso leerá todo lo que tenga que decir con una motosierra en la mano, y Milei dirá a los argentinos que no se preocupen si mueren de hambre o sin tratamiento oncologico, que se iban a morir igual.

Todo se pega menos la hermosura. Mientras, Feijoo improvisa normalidad y toca en una escuela de música, pero llora de envidia por los rincones. El quiere su motosierra pero a él no se la dan.