Pasó a la historia la Oficina del Español de la Comunidad de Madrid, creada para dar un sueldo a Toni Cantó. Una autentica muestra de cómo funciona allí la política, capaz de crear un organismo a medida para justificar un sueldo público, porque la oficina nació por la única razón para crearle un puesto a Toni Cantó.
El Ejecutivo regional se esforzó en justificar la oficina para promocionar la Comunidad de Madrid “como capital europea del español”. Ayuso incluso salió al paso para negar que fuera un organismo creado solo para Cantó. Dos años después, la oficina ha cerrado, e incluso el propio Cantó ha tenido problemas para explicar su trabajo. Lo abandonó en septiembre de 2022 afirmando que había sido “una experiencia inolvidable”, y desde mayo, cuando se celebraron las elecciones, la agenda de la oficina está vacía.
En Madrid la gente calla al respecto. Parece que muchos prefieren comer banderas, aunque se mueran de hambre. Cualquier cosa antes que exigir que rindan cuentas los responsables de tales desatinos, porque un desatino fue la creación de la oficina. Un ejemplo clarito de como los chaqueteros que no rinden cuentas. Chiringuitos absurdos para alimentar amigos. Un ejercicio de cómo se pueden dilapidar fondos públicos sin tener que responder a nadie teniendo una mayoría absoluta.
Pobre español, desamparado sin quien lo defienda. Chapuzas son amores y no malversaciones, que es lo que es esta. ¿Dónde están las facturas de lo que ha costado?
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