ACABANDO DICIEMBRE

AGOTAN

El maratón del político es agotador. No solo para él, porque lo corre, lo es más aún para quienes le votan. El ambiente de aullidos y ladridos al que asistimos en el Congreso por parte de una oposición desbocada empezará a cansar antes o después. No solo a los lobos, sino también a quienes les escuchan sus aullidos. Puede parecer un espectáculo al inicio, pero después acaba considerado como un ladrillo insoportable. No les preocupa la amnistía, la democracia, el estado de derecho o la libertad. Les preocupa el poder y el “qué hay de lo mío”.

El prófugo

No es lo mismo el prófugo de una justicia justa, que el de una justicia viciada. Solo hay que preguntarse porqué con tantas órdenes de detención emitidas por nuestra justicia, en ningún país europeo les han hecho caso y una vez detienen al prófugo le sueltan. Es la justicia europea de esos países, esa que si les parece justicia cuando le es favorable a sus intereses, pero a la que no hacen caso si se les ocurre ordenar que se renueve el CGPJ.

Si te olvidas del hecho más que probado, de que en política no gana quien más corre, sino el que más aguanta corriendo, la percepción que tengas de la realidad diaria puede resultar errónea y equivocarnos.

Para cambiar una sociedad es necesaria la constancia, la persistencia, el colocar los cimientos antes de construir el resto del edificio. Pensar que en la carrera lo importante es ir primero siempre de principio a fin, y nunca a remolque, es no ser consciente de que pensar solo en lo presente, es un error en política, porque el presente es una picadora de carne, de personajes que hoy nos parecen algo y mañana no existen.

Ninguno de esos que veían la ley de amnistía inconstitucional hasta sin conocerla, podrían imaginarse que hoy el Congreso ya haya aprobado su tramitación. Se habrá producido todo el ruido que muchos deseaban, pero por mucho que le haya dolido a nuestra derecha desbocada, la tramitación se ha hecho dentro de la más absoluta normalidad democrática. Para poco les han servido las manifestaciones, los ataques a las sedes socialistas o los rosarios a sus puertas. En aquel momento decían que eran las muestras del sentir general, pero hoy ya son parte del pasado con la ley en tramitación.

Y así continuaremos con cada paso en ese trámite. Cada vez que se dé un paso más, volverá la bronca en el presente, y una vez dado el paso, vendrá el silencio hasta que se inicie el paso siguiente. Esto me lleva a preguntarme ¿qué nos dirán el PP y Vox si la ley de amnistía es declarada constitucional por el único órgano que puede hacerlo o rechazarla, el Tribunal Constitucional? ¿Dirán que es lawfare ?

Hay que ser primero en la meta, no solo en las etapas.