No fue un día en un calentón, sino meses de acoso a diario. La conclusión a la denuncia interpuesta por los acosados, es otra maravillosa sentencia de nuestra justicia.
Después de esta sentencia, ya sabemos que quienes quieran te pueden amedrentar física y mentalmente. No hace falta que seas un político, lo pueden hacer a cualquier ciudadano en su domicilio y no va a pasar nada. No debe importar a al señor juez lo que tu pienses o creas que te han hecho al acosarte, ni como te hayan hecho sentir, ni que hayas visto vulnerados tus derechos. Nada de eso es al parecer relevante jurídicamente.
Estamos en un país donde cada vez resulta más difícil vivir, si no eres de la cuerda de quienes mandan o influyen en la justicia. Pueden matarte, porque como el asesino iba borracho, no sabía lo que te hacía. Pueden robarte, pero como el ladrón consumió estupefacientes, no sabía lo que hacia.
Esta sentencia conocida ahora, justifica que alguien se meta en tu vida privada y pueda violar tu intimidad si le apetece o porque te tenga manía. Llega a justificar que si estás protegida porque has sufrido violencia de genero por tu expareja o porque sufres amenazas terroristas, tu no te asustas porque eso sean razones de peso, sino porque sabes que la policía tiene que protegerte.
En resumen ¿para que denunciar si eres de izquierda? corres el riesgo de que el condenado seas tú por denunciar. Somos el país de la libertad.
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