Ya hay gobierno, ahora a trabajar. No hay que esperar a ver los resultados de su gestión que seguro que será buena.
Desde que conocimos el resultado de las urnas, hemos vivido una dicotomía, elegir entre dos opciones: una, ver a un presunto delincuente (para algunos hasta traidor a la patria) caminando por la calle; la otra, tener a Santiago Abascal y sus adjuntos ebrios de amnesia patriótica y exaltados nostálgicos de una dictadura manejando el presupuesto de sanidad , educación, dependencia, o cultura.
Puede que me hubiera gustado poder elegir entre más posibilidades, pero visto lo visto, yo elijo lo menos malo.
Como cambia la opinión sobre las cosas dependiendo de quien las cuenta.
Un día, en un debate, Sánchez le dijo a Rajoy “usted no es una persona decente”, y se montó un pollo sonado desde la derecha. Ahora, una presidenta de una CA, le dice a Pedro Sánchez “hijo de puta”, y la califican de reacción normal y hasta lo convierten en un eslogan.
Esto ocurre cuando la educación y el respeto no existen, y esas cualidades no te las da tener un cargo.
Lo de Feijóo es de traca. Hoy ha dicho en un programa de tV que quiere que "un especialista" analice la carcajada de Pedro Sánchez en el Congreso para ver si esconde alguna "patología". Lo dice a colación de que Pedro Sánchez se rio al recordar que el líder del PP había dicho "no soy presidente porque no quiero". Feijoo cree que debe ir al psiquiatra o al neurólogo.
Es una vanalización de mal gusto, sobre cosas que, para el deben carecer de importancia, pero que para muchas personas son importantes. Con estas palabras el mismo se define, no solo como político, y lo que es aún peor, como persona.
El Ayuntamiento de Sevilla (PP) reparte más de 300.000 euros entre medios y webs ultras como Ok Diario, El Debate y el portal de Negre. ¿Eso se llama comprar la información?
Esto si que es gestionar. Médicos no habrá, pero seguro que abundan los estómagos agradecidos..
Los alcaldía de Sevilla, centrándose en las necesidades de los sevillanos.
La Audiencia de Madrid reabre otro caso para investigar a Ayuso por los protocolos y los fallecidos en las residencias. La presidencia espera que el caso le toque a un juez del PP independiente
Se han puesto en evidencia. Por si alguien dudaba, que para la derecha española no ha pasado el tiempo, y que siguen como hace cien años, han bastado estas tres últimas semanas de verlos en directo cada noche. Desde las entrevistas a manifestantes, a los eslóganes y los textos en las pancartas, todo nos dibuja una España vintage. Y lo paradójico, los entrevistados, los portadores de esas pancartas, y los que gritaban o cantaban los himnos franquistas anteriores a los años cincuenta, eran jóvenes que incluso no han cumplido la mayoría de edad, y que nos hablan del franquismo como si fuesen sus mejores conocedores. Ni los golpes de libertad podrán callarles, aunque quien alimenta el odio acaba encontrándose con el odio.
Este es su estilo. Estas son sus armas. Van a por todas, no conocen ni la moderación ni la prudencia. Son nuestros Milei, Bolsonaro o Trump de andar por casa, capaces de amenazar con romper el juego de la democracia. Buscan crear el miedo que se alimenta de ruido de sables. Los relatos de odio, de Aznar y Ayuso en días pasados, le sirven de alimento a esas mentes. La amnistía puede importar solo a cuatro incrédulos, porque a quienes mueven los hilos solo les importa que ellos no han alcanzado el poder, algo que daban por hecho. Derecha y ultraderecha ya se muestran cómo lo mismo, si no gobiernan, todo se rompe o se hunde, porque no creen en la democracia. No es nada nuevo. Solo es triste.
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