Buenos días
Rara es la
administración que en esta pandemia, no
se ha visto pringada en una compra de material sanitario, en la que ha sido
víctima de un engaño, o sencillamente de un robo. Son muchos los buitres que
aprovechándose de la crisis buscan sacar tajada con las ventas más diversas de
productos que se consideran de primera necesidad. Y no solo ocurre a las administraciones
españoles, sino que esas compras de
productos de baja calidad está afectando a otros muchos países.
A la Comunidad
de Madrid le vendieron unos test poco fiables procedentes de Holanda. A
Holanda, la han engañado en la compra de 600.000 mascarillas a una empresa
china, y ahora se han visto obligados a devolverlas, por no cumplir con los
estándares de calidad, y al igual que aquí, fueron los propios sanitarios los
que denunciaron esa deficiencia en el material que estaban usando. A Chequia le
colaron unos test procedentes de China, que tampoco eran fiables, y de los que
habían adquirido 150.000 unidades.
Demasiados
buitres acechando en el mercado, sin escrúpulos, e importándoles nada las
consecuencias de su negocio para los ciudadanos. Mientras muchas empresas
españolas, generalmente pequeñas, se han visto con dificultades para poder
ofrecer su producción por ser pequeña y no poder responder a comprar para ellos
imposibles de atender. Al final, en la pandemia, también están reinando las
multinacionales de este tipo de productos.
En nuestro país, a través de
las ayudas que hace años se otorgaban dentro de las iniciativas de innovación y
desarrollo, surgieron muchas empresas de este tipo de productos. Muchas de
ellas accedieron a los mercados exteriores, pero en cuanto eran catalogadas de
serias y responsables, acababan siendo absorbidas por las grandes
multinacionales, con lo que estas eliminaban a un potencial rival comercial de
futuro.
Al final prácticamente todo se
convierte en un monopolio, bien por falta de regulación o de aplicación de la
legislación. Posiblemente un descubrimiento que hemos hecho con esta pandemia,
es que los estados, y el nuestro en concreto a través del Ministerio de
Consumo, tienen mucha tarea por delante. Para empezar, Consumo podría abrir una
investigación sobre todas estas empresas, por no llamarles chiringuitos, porque
detrás de ellos hay muchas víctimas, ya no solo ortopedias o farmacias
españolas, sino administraciones y los propios sanitarios que han utilizado
esos productos.
No hace falta esperar a que
pase la pandemia, para iniciar ese trabajo. Y en paralelo, toca prepararse por
si se produce un rebrote o nos encontramos con una nueva pandemia. Y hacerlo no
debe limitarse a disponer de unos stocks de material, sino en favorecer una
industria española que sea capaz de abastecer nuestras necesidades en este tipo
de material. Hay que cambiar nuestro sistema productivo, porque solo de turismo
o de la construcción, no vive un país.
Buen lunes. Empezamos la semana
con muchas zonas del país en fase 1 de desescalada. No hay que confiarse, toca
ser responsables.
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