Cada vez que escucho un informativo, leo un diario, o me paro a contemplar una tertulia televisiva sobre la situación política actual, me quedo con la sensación de que se está tratando de convencer a sus lectores, oyentes o espectadores, de que el dialogo para formar un gobierno, no es más que un capricho del presidente en funciones, y no sea la consecuencia lógica de las últimas elecciones con unos resultados que impiden la mayoría de ninguna formación en el Congreso.
Tan legítimos son los resultados que se dieron, como legitimo es que se conforme una mayoría (sea la que sea su composición), si es el fruto de un resultado electoral legitimo. Si se ha producido una victoria de los socialistas, no es comprensible que los medios escritos o televisivos, aparezcan empeñados en deslegitimar esa victoria. Y aunque esa maniobra, no es algo nuevo en nuestra democracia, ya sucedió tras el triunfo de Zapatero y el anterior triunfo de Sánchez, (ahí están las hemerotecas que lo demuestran), ese discurso catastrofísta no deja de ser parte de la estrategia del “todo vale”, para convencernos de que un posible gobierno de izquierda tendría la capacidad de otorgarle el derecho a la independencia a una Comunidad Autónoma.
Deberíamos preguntarnos, si el objetivo de estás maniobras, orquestadas en la oscuridad por parte de los poderes económicos, mediáticos y la iglesia católica, no buscan propiciar una nueva convocatoria electoral. Lo admitan o no, esos poderes están despreciando al propio sistema democrático, minando la credibilidad de sus instituciones y actuando como verdaderos golpistas a través de sus medios informativos. No están respetando el resultado de las urnas, y demuestran su desconfianza en al Estado de Derecho con el que se llenan sus bocazas cuando le conviene a sus intereses.
Eso hace incomprensible, ver el juego de ERC, partido que se dice de izquierdas. No es momento de teatralizar negociaciones de cara a su propio electorado, salvo que en un escenario de gobierno PP, Vox y Cs, crean que serían más entendibles sus reivindicaciones. En ERC deberían escuchar a Dylan cuando con su voz inconfundible afirmaba
“Vengan escritores y críticos, quienes profetizan con sus plumas, y mantengan sus ojos abiertos. Las oportunidades no vendrán otra vez. Y no hablen muy rápido porque la rueda sigue en movimiento, y no hay forma de decir quien para nombrarlo. Porque los perdedores ahora serán los ganadores después. Porque los tiempos están cambiando.”
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