BATATAS

Ultimo día de 2024. Hoy no escribí de la situación política que sufrimos, lo hice sobre una tradición.

Nos han educado en unas tradiciones que hacen que las celebraciones de las fiestas navideñas sean días para las reuniones familiares, para la alegría y, en muchos casos recuperar tradiciones que se han transmitido de generación en generación. En mi caso, recuerdo una costumbre por mi querida y esperada, como es el asado de batatas. Mi madre las preparaba con mucho amor y dedicación, aunque es un plato sencillo resulta delicioso, y en muchos hogares es un símbolo ligado a nuestras celebraciones, que perfuma la casa de un aroma dulce y reconfortante.

Cada diciembre, una tarde mi madre comenzaba a preparar las batatas con antelación, las recogía de la huerta, elegía las batatas más grandes y jugosas, y transformaba la cocina en un espacio mágico, mientras las colocaba en la bandeja y las metía al horno como parte del ritual en que se convertían todas las cosas de la cocina en esos días. A veces mi madre nos contaba como en su infancia, las hacían su madre o sus tíos que además eran panaderos. Las batatas eran un hilo invisible que conectaba generaciones.

Recuerdo que preparaba una mezcla de canela, nuez moscada y le daba un toque de azúcar moreno, lo que hacía que con el calor del horno hiciera magia, y el aroma comenzaba a invadir la casa, lo que nos atraía a los hermanos como si fuera un imán. Y cuando finalmente sacaba las batatas del horno, se producía un contraste entre la piel dorada y crujiente con la suavidad de su interior. Nos reuníamos alrededor de la mesa, ansiosos por probarlas, tanto que a veces queríamos comerlas calientes y algún se acababa quemando la lengua. Mi madre las servía con un poco de azúcar a los que deseábamos un toque extra de dulzura.

Hoy he comprado batatas y mi mujer las va a hacer. Cada bocado será una explosión de sabor que me recordará lo afortunados que éramos en mi casa por estar juntos, que convertía el asado de batatas en un símbolo de amor y tradición familiar. El recuerdo de mi madre asando batatas perdura en mi corazón. Hoy intento continuar esta tradición con mis hijos y los familiares que nos hemos reunido, y compartiré con ellos esta historia y espero que en su memoria siga viva por muchos años más.

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