Miércoles 27 de mayo.
Igual me he despertado conspiranoico, pero tengo la impresión de que el suelo se está moviendo bajo nuestros pies. En el Grupo Prisa ya ha debido pasar, o está pasando algo. Hoy han levantado la veda contra el Dr. Simón que solo es un técnico. Ayer lo hicieron con el ministro. Hoy tocará que lo hagan directamente con el presidente. Este Grupo editorial nunca actúa por casualidad. Nunca se mueve de criterio, si no es por algo importante. El cambio en su visión de los acontecimientos significa solo puede obedecer a que alguna estrategia se está cociendo, porque ahí no se dan puntadas sin hilo. El detonante, o el por qué, puede estar en el cese de Pérez de los Cobos que ha debido molestar en algunos ambientes. De esos cambios hay un precedente, cuando se dijo adiós a F. González. Venía Aznar.
Casado no necesita saber que rumbo debe seguir su partido, ahora le basta con seguir el marcado por Vox y por los medios. Las encuestas le dan la razón. No buscan eliminar a Vox, sino sumar con Vox. Cada día es mayor el despropósito que este señor Casado es capaz de verbalizar sin ruborizarse. Solo como de "disparate", se puede calificar, que compare el 23 F con todo. Pero ayer dio una vuelta de tuerca más, y lo comparó con las multas por saltarse el confinamiento. Nunca pensé que alguien viera en la necesidad de confinarnos para evitar las muertes de la pandemia, un golpe de estado semejante al de Tejero y Cia. Casado habla incluso de que ha sido una situación de "toque de queda". Con el maestro que tiene en FAES, nada puede ser casual ni debe extrañarnos. Casado no habla como fruto de un trastorno casual, consecuencia de su confinamiento en la pandemia.
Algo debe existir, para su insistencia en recordarnos el 23 F. No debería extrañar que el mensaje subliminal sea crear la percepción, de que mantener el actual gobierno nos conducirá hacia un nuevo 23 F, y que sólo su acceso a la Jefatura del Estado puede evitarlo y salvarnos del maligno. También podemos pensar, que no es eso, y sencillamente, es el discurso de un bobo. No lo creo.
Tenemos una derecha hipócrita, que no piensa si con su actuación por llegar al poder, pone en riesgo la democracia o desacredita las instituciones. Han conseguido que no haya centro político, solo hay dos bloques, de conmigo o contra mi. No hay que ser un genio, para darse cuenta que para esta derecha, es legitimo solo lo que ella hace, e inaceptable todo lo que hagan los demás. A partir de ahora, lo que se diga o haga por su parte, será solo para calentar el ambiente entre los ciudadanos.
El vocero mayor es Casado, con la colaboración inestimable de Teo, Cayetana, y el aderezo de los Inda, Marhuenda, Claver y compañía. Pero mientras, su mayordo conductor, es el líder de la ultra derecha. Esta intentará conseguir lo mismo que Casado, pero entre los miembros de las fuerzas de seguridad donde creen que pueda calar más su discurso, y en los ambientes más reaccionarios y rancios del país. Cada uno en su estilo, intentan dibujarnos, una situación insostenible, rememorando lo vivido en los días previos al 23F.
Pero no buscan un golpe de estado que no les perdonarían, pero si crear la sensación de inestabilidad institucional, que produzca un miedo colectivo imprescindible para alcanzar su objetivo, cambiar de gobierno. Entonces vendrán ellos, los salvadores de la patria.
Hace un tiempo que en este país se están siguiendo las mismas pautas que empleó el nazismo. Parece que la gente no se da cuenta y cree que todas estas actitudes no son importantes, no significan nada, y las banaliza. No son casuales y por eso son importantes. No es que quiera practicar el pesimismo, pero si se mira a muchos ciudadanos, ya sienten miedo y algunos tiemblan. Lo he dicho en este muro, buscan el "cuanto peor, mejor" como en 2008. Las consecuencias de aquel ambiente post González, fue la derecha en el gobierno, con la excusa de tener que salvar un país arruinado, pero muchos ya parecen haber olvidado, que ese gobierno lo dejó más arruinado aún, pero a sus ricos más ricos.
La desmemoria, nunca es una buena noticia, y algunos trabajadores la empiezan a padecer. Lo cierto es que no podemos seguir así. No parecen existir ya límites, ni voluntad para frenar el dislate. El gobierno debe ser firme. El ruido de las cacerolas acaba por nublar la sesera, y hay interés en que así sea.
Toca reivindicar más democracia. A ellos les estorba.
Último miércoles de mayo.
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