24 de mayo , no es una biblia, solo es información.
Bajo el titulo “Los primeros 100 días en los que se propagó el
virus”, José Manuel Romero y Pablo Ordaz, publican hoy 24 de mayo en el país un
informe que merece ser leído con calma, por su extensa aportación de datos, sus
gráficos y los videos que adjunta, porque todo ese material nos permiten
evaluar la secuencia de acontecimientos y tener una idea clara antes de emitir
juicios que no se corresponden con los datos ciertos de que disponemos. Para
aquellos y aquellas que deseéis poder leerlo íntegramente, este es el enlace
donde podéis encontrarlo
https://elpais.com/sociedad/2020-05-23/el-virus-que-apago-el-mundo-en-100-dias.html#comentarios
Aprovechando que es domingo, he realizado un resumen del mismo
con los datos que creo pueden ser de utilidad y colocándolos a modo de
calendario. No es breve el resumen, porque el informe tampoco lo es, y no he
querido no incluir algunos comentarios que me parece importante conocer para
poder opinar sobre la pandemia con conocimiento de causa.
SECUENCIA DE ACONTECIMIENTOS
31 de diciembre, 2019
China revela la existencia de un foco de neumonía de origen
desconocido. Hay 27 casos.
El 12 de enero
China compartió con el mundo la secuencia genética del
coronavirus. La OMS alabó el trabajo para contener el brote, pese a que el
número de infectados y fallecidos seguía al alza. Con los datos disponibles,41
casos diagnosticados, siete de ellos graves y un fallecido, la OMS desaconsejó
aquel 12 de enero restringir los viajes con origen o destino a Wuhan, una
ciudad muy conectada con el resto del mundo. Los vuelos programados tenían como
destino otras provincias chinas, pero también Australia, Japón, Estados Unidos
y Europa (Francia, Alemania, Italia y el Reino Unido).
La OMS no recomienda restringir los viajes a China y señala que
las autoridades descartan la transmisión del virus de persona a persona.
13 de enero
Toma posesión el nuevo gobierno de coalición en España.
19 de enero
El alcalde de la ciudad organizó una comida colectiva para
10.000 personas en un espacio cerrado. El objetivo era lanzar un mensaje de
tranquilidad en plena crisis de salud en su ciudad. Nadie se lo impidió.
20 de enero
China cambia la estrategia contra el coronavirus gracias a un
grupo de médicos chinos que viajó hasta la ciudad de la epidemia y descubrió
que la enfermedad se transmitía entre personas. El doctor Zhong Nanshan,
explicó a los periodistas de Wuhan su receta para neutralizar la epidemia: “Desde
el momento en el que la transmisión entre humanos está probada, la cuarentena
debe ser la primera prioridad. Es la medida más efectiva porque de momento no
hemos desarrollado un medicamento específico para hacer frente al coronavirus.
Hay dos claves para abordar la epidemia: la detección temprana y el aislamiento
temprano. Son los métodos más primitivos y efectivos”.
23 de enero
A las dos de la madrugada China cierra Wuhan. Las medidas de
confinamiento se harían efectivas a partir de las diez de la mañana de ese día,
cuando ya se habían diagnosticado 1.100 casos y habían muerto 41 personas. Sin
embargo el virus ya había dado una vuelta al mundo y hasta 25 países detectaron
y notificaron sus primeros casos entre el 20 de enero y el 1 de febrero, todos
en personas relacionadas directa o indirectamente con la ciudad china.
Desde que surgió el brote infeccioso (primeros de diciembre de
2019) hasta que China tomó medidas radicales con el confinamiento masivo de su
población (23 de enero de 2020) pasaron casi dos meses. En ese tiempo, miles de
personas se desplazaron entre Wuhan y el resto del mundo. Japón, Taiwán,
Tailandia y Estados Unidos confirmaron sus primeros casos positivos el 21 de
enero. Les siguieron Macao y Corea del Sur (22 de enero); Hong Kong, Singapur y
Vietnam (23 de enero); Francia (24 de enero); Malasia y Nepal (25 de enero);
Australia y Canadá (26 de enero); Camboya, Alemania y Sri Lanka (27 de enero);
Finlandia (29 de enero); la India y Filipinas (30 de enero); Italia, Rusia,
Suecia y el Reino Unido (31 de enero) y España (31 de enero).
24 de enero
La OMS rechaza de momento declarar la emergencia internacional.
Los expertos de la OMS debatieron ese día si declaraban una emergencia
internacional cuando ya conocían que el virus había saltado a otros países.
Pero decidieron no hacerlo Con la información disponible, la OMS aconseja que
se implementen medidas para limitar el riesgo de exportación o importación de
la enfermedad sin restricciones innecesarias del tráfico internacional. Son
medidas que interfieren en el movimiento de personas y en el comercio y no
queremos tomarlas sin estar seguros de que son necesarias”.
28 de enero
El director general de la OMS, visitó China para reunirse con el
ministro de Salud y con el presidente de la República Popular. Tras volver de
aquel viaje, alabó la predisposición del Gobierno chino para combatir el virus
y evitar su propagación: “Se han confirmado un total de 6.065 casos, casi el
99% (5.997) en China y ha habido 132 fallecidos. Fuera de China no ha habido
defunciones y se han confirmado solo 68 casos en 15 países que suman el 1% del
total, la gran mayoría ha viajado a este país o ha estado en contacto con
alguien que lo ha hecho. Hay signos indicativos de que ha habido transmisión de
persona a persona fuera de China, si bien se trata de unos pocos casos que están
siendo objeto de un seguimiento estrecho
La ciudad de Wuhan llevaba cinco días cerrada a cal y canto,
pero el incesante goteo de casos en países situados muy lejos de allí
demostraba que el virus había volado sin obstáculos durante las tres primeras
semanas de enero.
30 de enero
Declara la epidemia como "emergencia de salud pública de
alcance internacional". Es la sexta declaración de este tipo que aprueba
la OMS en el siglo XXI después de la gripe A (abril de 2009), el poliovirus
salvaje (mayo de 2014), el virus ébola (agosto de 2014 y octubre de 2019) y el
virus Zika (febrero de 2016).
31 de enero
Primer caso de coronavirus en España. Era importado por un turista alemán en La Gomera.
31 de enero
Primer caso de coronavirus en España. Era importado por un turista alemán en La Gomera.
1 de febrero
El Centro de Coordinación de Alertas Sanitarias de España
destacó que la OMS había confirmado que el brote se transmitía de persona a
persona, que aconsejaba tomar medidas de detección temprana de los casos para
evitar la propagación de la epidemia, pero que rechazaba aplicar restricciones
de viaje o comercio con China. España, aún no había detectado ningún caso de
coronavirus propio (solo el turista alemán de La Gomera), y decidió mantener su tráfico aéreo con los aeropuertos chinos.
Muchos de esos países no pensaron que el problema pudiera traspasar sus
fronteras porque los pocos casos que atendían estaban bajo control: los
enfermos, aislados; sus contactos, vigilados; y el origen del contagio, localizado
muy lejos.
No fue el caso de otros 22 países, que desoyeron la
recomendación de la OMS y establecieron restricciones temporales de viaje.
Entre esos países estaban Rusia, Italia y Estados Unidos. Lo más curioso es
que, pese a su cautela, ninguno de ellos se libró de un contagio masivo.
La OMS consideró que esas barreras al movimiento de personas
servirían de poco y podrían “acrecentar el temor y la estigmatización”. Su
director general confiaba en que la vigencia de las restricciones fuera
“breve”. “No existe ningún motivo para que cunda el pánico. 176 casos en el
resto del mundo es una cifra muy pequeña”.
En su primera comparecencia, Simón no pareció preocupado ante el
lento avance de la enfermedad por el mundo. Los casos conocidos eran pocos y controlables:
“Hay indicios de que esta enfermedad sigue sin ser excesivamente transmisible.
Sigue habiendo una sola provincia de China con transmisión comunitaria”.
“Parece que la epidemia tiene posibilidades de empezar a remitir. Nosotros
creemos que España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso
diagnosticado. Esperemos que no haya transmisión local. Si la hay, será
transmisión muy limitada y controlada. Pero España tiene que trabajar en todos
los escenarios posibles”.
7 de febrero
La OMS alerta sobre el desabastecimiento en material de
protección sanitario para luchar contra el virus en China. Algunos países de la
UE envían material entre el 8 y el 18 de febrero.
11 de febrero
Califica la epidemia como un peligro “mayor que cualquier ataque
terrorista” y “enemigo público número uno”.
21 de febrero
Italia vivió ajena al problema hasta ese día, fecha en la que
contaba con tan solo tres casos conocidos de enfermos por coronavirus. A partir
de ese día y hasta el final de mes, los contagiados aumentaron por un foco
localizado en el norte del país.
El 29 de febrero
Italia sumaba ya 888 enfermos diagnosticados y 21 fallecidos. El
Gobierno se apresuró a tomar medidas de aislamiento y susoensión de actividades
en las provincias del norte donde se registró el mayor número de casos. El
Gobierno español no restringió aquellos días los movimientos entre ambos países
pese a conocer la alerta sanitaria en el norte de Italia.
13 de febrero
El Dr. Simón fue aún más categórico: “No tenemos coronavirus en
España. No hay riesgo de infectarse”. Entre una declaración y la otra, sin
embargo, ños organizadores decidieron suspender el Mobile World Congres de
Barcelona. La decisión no sentó bien ni al Gobierno, ni a la Generalitat ni al
Ayuntamiento de Barcelona, cuyos responsables alegaron que no había motivos
sanitarios para tal suspensión.
Aunque no se supo en aquel momento, el 13 de febrero, un día
después de la suspensión del Mobile, se produjo en Valencia la primera muerte
por coronavirus.
18 de febrero,
Simón acude a una reunión en Solna (Suecia) junto a otros 26
colegas que dirigen los centros de control de enfermedades de los países de la
UE. Hablan durante horas sobre el problema del coronavirus en China sin que
nadie alerte sobre la posibilidad de que el patógeno ya se haya desplegado por
Europa. Las actas de la reunión, muestran a unas autoridades sanitarias
preocupadas por aspectos técnicos sin sospechar la magnitud del problema al que
se iba a enfrentar Europa en solo unos días.
25 de febrero
El virus circuló en España desde la primera semana de febrero
sin ser descubierto ni por los servicios de Salud del Gobierno central ni por
los de las 17 comunidades autónomas, que tienen transferida la gestión
sanitaria.
Hasta ese día 25 de febrero, los protocolos de vigilancia no
fueron capaces de detectar, una puerta abierta por la que se colaba el
SARS-CoV-2 con total impunidad. Ese día, el Ministerio de Sanidad actualizó sus
sistemas de detección de la enfermedad de manera que se amplió la investigación
a casos sin ninguna vinculación con las zonas de riesgo del coronavirus o con
otros infectados. A partir de ese día, bastaba ingresar con una neumonía sin un
origen claro para hacer la prueba del coronavirus al enfermo.
El primer caso de coronavirus diagnosticado en la Comunidad de
Madrid se produjo el 25 de febrero en el hospital de Torrejón. Se trataba de un
hombre que había regresado dos días antes de una zona de riesgo. Un día
después, en el mismo centro, se detectó otro caso similar que llevaba en España
desde el 14 de febrero.
26 de febrero
Se celebra una sesión de control al Gobierno en el Congreso de
los Diputados. Los partidos políticos plantean más de 20 preguntas al recién
estrenado Ejecutivo de Pedro Sánchez, pero ninguna de ellas hace referencia al
coronavirus. Y eso pese a que en el Congreso se sientan diputados de ocho
partidos políticos que están presentes en Gobiernos autonómicos con
competencias en gestión sanitaria. Solo el líder del PP, Pablo Casado, lo
menciona de pasada, pero en tono irónico, en un intento de tomarle el pelo a
Sánchez por la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat que se iba a
celebrar esa tarde: “Se lleva usted al ministro de Sanidad para negociar con el
virus independentista en vez de estar poniendo medidas para paliar los efectos
del coronavirus”.
Ese mismo día, 26 de febrero, la presidenta de la Comunidad de
Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quita hierro a la supuesta peligrosidad de la
covid-19: “Lo más peligroso ahora es el miedo, más que el propio virus, que
normalmente lo que deja como secuelas son síntomas menores incluso que los de
una gripe”. Febrero estaba a punto de terminar y el virus aún no era un
problema.
El 20 de febrero ingresó en el hospital Virgen del Rocío de
Sevilla un hombre de 62 años con neumonía. Se le aplicó el protocolo habitual
porque no había viajado a zona de riesgo por coronavirus ni había estado en
contacto con extranjeros procedentes de esas zonas. Se conoce su positivo ese
día 26 de febrero.
España llegó a la última semana de febrero con solo nueve
enfermos diagnosticados con el virus; otros muchos casos pasaron inadvertidos
para los servicios de salud, según se supo después. En la Comunidad de Madrid
hubo pacientes que ingresaron a mediados de febrero en el hospital pero no
fueron diagnosticados de coronavirus hasta dos semanas después.
27 de febrero
Un hombre da positivo en el Hospital de Torrejón de Ardoz. El
ingreso se había producido el 15 de febrero, un hombre de 77 años con patologías
múltiples acudió al hospital universitario de Torrejón de Ardoz, a nueve
kilómetros de Madrid. Llevaba enfermo siete días. No tenía antecedentes de
viajes a China ni contactos con personas infectadas por coronavirus. Era un
caso “de origen comunitario” que se sumó a otro detectado el mismo día en el
mismo hospital correspondiente a un hombre que había enfermado el 12 de
febrero. El día 28 del mismo mes, otros cinco pacientes dan positivo por
coronavirus. En solo cuatro días, el hospital de Torrejón (250 camas) registró
nueve casos de la covid-19, la mitad sin vínculo conocido con zonas de riesgo u
otros contagiados, lo que indicaba que se estaba produciendo la temida
transmisión comunitaria.
29 de febrero
150.000 independentistas catalanes, con el presidente Torra al
frente, se reunían con Puigdemont en Perpiñán. Los servicios de Salud de la
Generalitat solo habían detectado tres casos en Cataluña y no habían alertado a
nadie del peligro de ese tipo de concentraciones.
En la conferencia de prensa de aquel día por la crisis sanitaria
del coronavirus, Fernando Simón declaraba: “Hay que interpretar los datos
correctamente. No hay gran transmisión a nivel nacional. Hay que ser muy
prudente y no dar falsas ideas. No estamos en la situación de aplicar medidas drásticas,
no lo haremos por titulares sino por evidencias”.
3 de marzo
Se conoce que el 13 de febrero, falleció por neumonía un hombre
de 69 años que había ingresado por urgencias en el hospital Arnau de Vilanova,
en Valencia. El fallecido había viajado semanas antes a Nepal, un país vecino
de China con muy pocos casos de coronavirus. Nadie relacionó el fallecimiento
con la enfermedad covid-19
El 2 de marzo,
El informe epidemiológico del Ministerio de Sanidad resalta que
de los 33 enfermos analizados, el 61% corresponde a casos importados y el 39% a
transmisión local. El 3 de marzo, los casos importados suponen el 51% de los 57
pacientes analizados. El 5 de marzo, ya son mayoría los casos de transmisión
local: el 53% de los 107 enfermos estudiados. Y el 13 de marzo, en vísperas del
decreto de estado de alarma que ponía bajo cuarentena a todo el país, solo el
19% de los 575 casos analizados era importado.
El origen de los contagios es una información que consideran
clave los expertos para gestionar el problema de un brote infeccioso y decidir
las medidas de contención. Si los casos detectados estaban vinculados con una
fuente exterior (Italia o China), los gestores públicos apostaban por un
aislamiento del enfermo y el control de sus contactos, sin necesidad de tomar
otro tipo de medidas para contener al virus.
Sin embargo, el hecho de que los casos de transmisión local
fueran creciendo en los primeros días de marzo hasta superar a los casos
importados no motivó un cambio de postura del Ministerio de Sanidad respecto a
la celebración de los actos multitudinarios previstos ese fin de semana en
España.
El 4 de marzo
Fernando Simón, respondió a las preguntas sobre si era
conveniente prohibir los actos multitudinarios previstos para el 8 de marzo,
Día Internacional de la Mujer: “Es una convocatoria para ciudadanos españoles
(…). No creo que haya que hacer ninguna recomendación especial ahora mismo, hay
que ser sensatos. Deseo que el 8-M si es posible, tenga un gran éxito”.
8 de marzo
Los dirigentes de Vox celebraron un acto multitudinario ese 8 de
marzo (y varios enfermaron a los pocos días), mientras PP y Ciudadanos enviaron
a sus representantes a las manifestaciones convocadas en las principales
ciudades del país.
Los actos del 8-M no provocaron el contagio masivo en España,
según se ha podido comprobar por la evolución de la pandemia y lo que se sabe
del periodo de incubación de la enfermedad. El virus circulaba desde la primera
semana de febrero por varias capitales de provincia y los servicios de salud ya
habían detectado desde finales de febrero algunos importantes focos de
infección de transmisión comunitaria.
Durante la tarde noche del domingo 8 de marzo, el Ministerio de
Sanidad recibió malas noticias de la Comunidad de Madrid: los nuevos contagios
doblaban la cifra del día anterior. El repunte no guardaba relación con la
manifestación de ese día en el centro de la capital, a la que acudieron 120.000
personas, pero anunciaba males mayores. El aumento correspondía a enfermos que
se habían infectado al menos una semana antes y apuntalaba la idea de que la
transmisión local en la Comunidad de Madrid era ya un problema real. Cualquier
acto multitudinario sería, en esas condiciones, como echar gasolina al fuego.
9 de marzo
La OMS recomienda suspender clases y eventos multitudinariosen
países que tengan transmisión comunitaria del virus. Ese día, con el brote fuera
de control y 368 fallecidos, el Ejecutivo italiano decretó el confinamiento de
todo el país.
El doctor Simón compareció ese 9 de febrero tras detectarse el
segundo caso de un turista británico en Palma de Mallorca, contagiado en los
Alpes franceses, donde había compartido estancia con un hombre procedente de
Singapur, y declaró: “Esto no supone ningún riesgo para nuestro país puesto que
no ha habido transmisión en España”.
Los datos de Madrid y otros parecidos que llegaron de Vitoria
con fuertes sospechas de transmisión local, empujaban a España a una situación
parecida a la que Italia sufría desde dos semanas antes. El Ministerio de
Sanidad y las comunidades de Madrid, Euskadi y La Rioja tomaron el 9 de marzo
las primeras medidas de contención reforzada en los lugares de alto riesgo:
suspensión de clases, restricción de visitas a residencias de ancianos,
prohibición de eventos multitudinarios…
España alcanzó este día los 1.000 casos diagnosticados (la
mitad, en Madrid) con 18 fallecidos (nueve en Madrid). La pandemia del
coronavirus SARS-CoV-2 colocó a la Comunidad de Madrid (6,8 millones de
habitantes) en el centro del dolor, según las estadísticas que mostraban cada
día la magnitud de la crisis sanitaria.
La directora general de salud de la Comunidad de Madrid, Yolanda
Fuentes, firmó esa tarde del 9 de marzo el informe de 11 páginas que alertaba
por primera vez de la previsible muerte de cientos de personas por un brote que
ya estaba fuera de control. El informe pedía medidas inmediatas para contener
la propagación de la enfermedad.
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, decidió aplicar ese mismo
día 9 de marzo medidas de aislamiento social —suspensión de clases, prohibición
de eventos multitudinarios…— pactadas con las tres comunidades que habían
detectado numerosos casos positivos en el último fin de semana: País Vasco, La
Rioja y Madrid.
La Organización Mundial de la Salud también aconsejó ese 9 de
marzo, por primera vez desde el comienzo de la crisis, que se considerara la
posibilidad de “cerrar escuelas, cancelar concentraciones multitudinarias y
otras medidas para reducir la exposición” en aquellos países que tuvieran
“transmisión comunitaria”, como España.
10 de marzo
El presidente Pedro Sánchez explicó la gravedad del problema y
anunció que tomaría medidas, sin anunciar cuáles ni tomarlas inmediatamente:
“Haré lo que haga falta, cuando haga falta y donde haga falta [para evitar la
propagación de la enfermedad]”. En ese momento, en España ya había 1.622
contagiados y 35 fallecidos. Como contraste, Wuhan se había cerrado con 1.100
casos y 41 muertos
Aquellos días previos a la declaración del estado de alarma se
produjo una catarata de declaraciones de líderes regionales que se empeñaban en
insistir todavía en que no era para tanto. El 10 de marzo, Juan Manuel Moreno
Bonilla, el presidente de la Junta de Andalucía, aseguró: “No hay razones
motivadas para tomar una decisión como la que ha tomado la Comunidad Autónoma
del País Vasco o la de Madrid en cuanto a suspender las clases o en cuanto a
hacer peligrar acontecimientos de carácter público como puede ser la Semana
Santa [de Sevilla] o el Festival de Cine [de Málaga]”. Y lo intentó explicar
así: “En Andalucía hay en este momento 60 personas infectadas de una población
de ocho millones y medio”. Un día después, el 11 de marzo, Díaz Ayuso desmintió
indignada que se fuera a cerrar Madrid: “La Comunidad de Madrid no ha valorado
en ningún momento un supuesto cierre de la región. Rogamos a los medios de
comunicación y a los ciudadanos no atender a las noticias falsas. Nos jugamos
mucho todos”.
11 de marzo
Más de un millón y medio de escolares se quedó sin clases. Es
una medida que parece sólida pero que en solo unas horas se demuestra
insuficiente. Al Gobierno le cuesta tomar esta decisión porque en parte contradice
las teorías de Fernando Simón. Hasta entonces, el experto había sostenido que
cerrar los colegios podía llegar a ser contraproducente, por cuanto los niños
tendrían que quedar en muchos casos al cuidado de sus abuelos, un grupo
especialmente vulnerable a la enfermedad. De tal forma que el Ministerio de
Sanidad opta por emprender la escalada con pies de plomo. Lo hace dividiendo el
país en dos categorías: las que califica como “zona de transmisión comunitaria
significativa o alta” y el resto. En el primer grupo solo incluye a la
Comunidad de Madrid y a los municipios alaveses de Vitoria y Labastida.
De los 18 muertos del domingo 8 de marzo se pasa a 120 el sábado
14. Ni el cierre por zonas de los colegios ni la suspensión controlada de los
eventos deportivos son suficientes para controlar el brote.
La OMS declara la pandemia.
13 de marzo
España suma 4.209 casos diagnosticados y 120 muertos. El
Gobierno confirma que decretará un día después el estado de alarma para
encerrar a la población en sus casas y suspender la mayoría de las actividades.
España aplica la receta china contra la epidemia cinco días después de que
Italia aplicase idénticas armas en su batalla contra el coronavirus.
14 de marzo
Comienza un largo confinamiento para neutralizar el brote
infeccioso en España. Hay 5.793 infectados y han fallecido 138 personas. El
Gobierno se aferra a estas cifras para destacar que impuso la cuarentena antes
que otros países. Las semanas que siguieron al confinamiento aumentaron el
dolor y situaron al país entre los más golpeados del mundo por el brote
infeccioso.
COMENTARIOS Y APRECIACIONES
Hasta aquí la historia cronológica de un virus que vivió casi un
mes entre nosotros sin ser visto. A continuación expongo algunas apreciaciones
que figuran también en el informe y que me parece importante reseñar.
1 En Estados Unidos (330 millones de habitantes) se conocieron
solo 60 casos durante todo el mes de febrero; 53 en Alemania (83 millones); 38
en Francia (66 millones), 16 en el Reino Unido (67 millones), y 32 en España
(46 millones). A todos los Gobiernos les pareció que aquellas cifras eran
demasiado pequeñas como para activar las alarmas sanitarias. Estos países
comenzaron a sospechar que la realidad era mucho más preocupante cuando
conocieron el brote destapado en el norte de Italia a partir del 21 de febrero.
Y se dieron de bruces con la crisis una semana después.
2 Entre el 1 y el 9 de marzo, Alemania pasó de 53 casos a 1.112;
Francia, de 38 a 1.126; y España, de 32 a 1.000.
Ese día se conoce el primer caso en España de un brote
infeccioso que ya sumaba 11.000 enfermos y al menos 259 fallecidos en Wuhan. Un
turista alemán, de vacaciones en la isla de La Gomera (Canarias), dio positivo
ese 1 de febrero. Había viajado a Shanghái, donde se encontró con sus padres,
residentes en Wuhan. La ruta de la infección estaba localizada y los expertos
consideraron que no había peligro al tratarse de un caso importado y bajo
control. España fue el vigésimo tercer país que detectó un caso de coronavirus
en su territorio. Para entonces había ya 153 personas diagnosticadas fuera de
China.
3 El pico de la gripe estacional contribuyó a ocultar mejor el
brote infeccioso que había nacido en China. Esta circunstancia convertía a los
propios centros sanitarios españoles que atendían casos de infectados por
coronavirus en focos de contagio por las visitas de familiares a los enfermos o
el trato con los propios profesionales del hospital. La debilidad del sistema
para detectar casos de la covid-19 se resolvió unos días después.
4 Otros países sufrieron idéntica desinformación. El primer
fallecido por coronavirus en Estados Unidos fue notificado el 29 de febrero en
Seattle (Washington). Una investigación posterior fijó la primera muerte por el
virus tres semanas antes (6 de febrero) en California.
Todavía a finales de febrero, las autoridades de Estados Unidos
descartaban que hubiera transmisión local del brote infeccioso y aseguraban que
los 63 diagnosticados por coronavirus habían viajado a China o convivían con
alguien que había llegado de ese país. Estados Unidos tiene hoy más de millón y
medio de contagiados y 94.000 muertos
5 Madrid ha sido el epicentro. Con más de 14.000 muertos en
apenas tres meses (de ellos, 4.500 en residencias de ancianos y casi 1.000 en
domicilios), la pandemia del coronavirus convirtió a los 44 hospitales públicos
madrileños en centros de tratamiento exclusivo de enfermos de covid-19. Las 600
plazas que albergaban las Unidades de Cuidados Intensivos se multiplicaron por
tres para atender a los más graves.
En los primeros días de abril, los hospitales llegaron a contar
hasta 15.000 camas ocupadas por enfermos de coronavirus. El número de muertos
diarios fue tan elevado —hubo un día con más de 300 por la covid-19— que se
habilitaron dos morgues en las pistas de patinaje sobre hielo de la capital y
Majadahonda. Con ayuda del ejército se improvisó un centro con 1.000 camas para
los enfermos menos graves en las naves del recinto ferial Ifema.
6 Al escribir estas líneas, tres meses después de aquella
declaración, España registra cerca de 230.000 contagiados con un diagnóstico
oficial y probablemente más de 46.000 muertos. Esa cifra es la que resulta de
sumar al número oficial de fallecidos (más de 28.000), otras 18.000 muertes
registradas en residencias y domicilios
7 Un estudio de seroprevalencia con 36.000 análisis en toda
España apunta que el brote ha infectado al 5% de la población, 2,3 millones de
personas.
8 Estas apreciaciones que expongo en este punto 8, son
personales. Si la OMS recomienda en 9 de marzo la suspensión de clases y
eventos multitudinarios, en países que tengan transmisión comunitaria del
virus, no se puede aducir lentitud en la adopción de la decisión de declaran el
estado de alarma el día 11 y hacerlo efectivo el 14 de marzo. Puede que si hay
que culpar a alguien de retraso, sea a la OMS y a la ONU que espero hasta ese 9
de marzo para recomendar la suspensión de clases y eventos multitudinarios, en
países que tengan transmisión comunitaria del virus. Solo desde un
posicionamiento sectario, se puede acusar al gobierno central de ser el
responsable de la actual crispación social existente. La responsabilidad de
nuestras cifras, debe ser compartida por muchos responsables, unos puede que
por omisión, otros puede que por errores en su actuación, y otros por
desentenderse del problema sin aportar soluciones, y viendo en la pandemia no
un problema de salud pública, sino una oportunidad para desgastar a un
gobierno, recién llegado, que ha tenido que hacer frente al mayor problema de
gestión de nuestra historia reciente.
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