Haciendo gala de una
paciencia aun mayor de la que creía poseer, he escuchado la intervención
en el debate sobre el estado de la nación del presidente Rajoy. A modo de
resumen diría (por ser benévolo) que solo puede calificarse como un insulto
a la inteligencia de cualquier persona mínimamente informada. Escuchar
mentir de una forma tan descarada, resulta algo difícilmente soportable sin
posibilidad de rechistar, pero lo conseguí.
Inició Rajoy su
intervención con la estrategia de “miente que algo queda” para finalizarla
en la réplica, con “difama que algo queda”. Actuar así, solo es
posible si se hace convencido de que una parte de los que te escuchan va a
creerte aunque digas que mañana no va a salir el sol porque tú lo has
ordenado. Y así debe ser, porque hay personas que le creen aun teniendo ante
sus ojos la evidencia de sus mentiras. Solo en ese convencimiento se puede
hablar de una España que no existe, y autoproclamarse como el salvador
de la patria. Y solo es entendible esa postura, si se utiliza el debate del
Estado de la Nación como primer mitin de precampaña. Hace pensar por el
tono utilizado, que considera a quienes lo escuchamos corderos de su redil, con
lo que da muestras de poca talla intelectual y de enanismo moral, y lo más
grave, de que el conjunto de los españoles le importamos un rábano (con
perdón para tan potente antioxidante).
Mintió al afirmar que no pedimos el rescate, cuando todos sabemos que lo hicimos
para salvar la banca de sus amigos; se ha obstinado en mantener una austeridad
que ni los promotores de la misma han cumplido de forma tan acérrima como Rajoy
y ahora quiere colgarse la medalla de haber luchado contra esa política de
recortes; dice que con él ha bajado el paro, cuando si lo ha
hecho es porque la gente ha emigrado y no por haberse recuperado el empleo con
su reforma laboral; manipuló las cifras de las becas y las de cobertura
sanitaria para dibujar un país falso con servicios públicos al alcance de
todos; y terminó afirmando que somos
el país que más crece de Europa, cuando en realidad tenemos una docena
de países por delante de nosotros en crecimiento.
No debió considerar
conveniente, citar que ha vaciado la hucha de las pensiones y que la deuda
de nuestro país supera casi nuestro PIB aunque eso también es parte de esta
España en la que estamos y que él preside. Y como curiosidad de sus
manipulación esta la afirmación de que hemos crecido un 2%, que solo es
cierto debido a que Bruselas introdujo un cambio en el método de cálculo el
año pasado, al incorporar como PIB el
gasto militar y la partida del I+D y las actividades ilegales, por si
alguien no se acuerda. Sin esos cambios nuestro crecimiento no hubiera existido, ni siquiera en la cifra del
0.4 % que fue la previsión inicial del propio gobierno.
En ese país de las
maravillas de Rajoy, la cruda verdad es que seguimos sin crear empleo de
calidad, y que disimulamos hacerlo con el fraccionamiento en varios contratos del
empleo que antes existía; que continuamos con recortes de los servicios
públicos y limitando derechos que creíamos consolidados; que seguimos
privatizando lo poco rentable que queda propiedad pública; y que estamos echando
a nuestra juventud al extranjero con la movilidad exterior propugnada por la
desaparecida Bañez, mientras los corruptos lo que se llevan al extranjero son
los frutos de su pillaje.
En cualquier caso,
ayer el portavoz socialista increpaba a Rajoy por la desvergüenza de sus
afirmaciones, y estuvo bien que lo hiciera. Tal vez también debió señalar, que lo
que de verdad resultaba vergonzoso era la actitud de hooligans adoptada por los
parlamentarios del grupo popular, ciegos de idolatría al líder, intentando con
ello mantener a cualquier precio sus diputadas posaderas en los asientos después
de las elecciones, pagando el precio de aplaudir un rosario de mentiras que
saben que lo son. Recordaban a esas mamás empeñadas en afirmar que su niña
es a más guapa de la pandilla, sabiendo que ni remotamente lo es.
Viendo como nuestros
representantes públicos son capaces de estas teatralizaciones, con uno
mintiendo y una banda de fanáticos vitoreándole, he imaginado por un instante, que
sí, que es cierto, que estamos viviendo a finales de febrero de 2015 el
anunciado crecimiento consecuencia de la aplicación de las políticas del
PP, y que esto es la recuperación. Que España va bien. Luego he
vuelto a contrastar algunas cifras del discurso de Rajoy, y estoy en
disposición de afirmar, que si esto es la anunciada recuperación, solo haré una
afirmación: Mariano, la recuperación eres tú. Tururú
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