El 8 de enero el gobierno organizará en el Museo Reina Sofía de Madrid, un acto para conmemorar los 50 años del fallecimiento del dictador Franco. Es la primera conmemoración de una serie de actividades para contar a los jóvenes en los centros educativos hechos de la Segunda República y la dictadura franquista. Felipe VI no asistirá al acto. El jefe del Estado no podrá acudir por motivos de agenda. Ese día tiene que recibir las credenciales de los nuevos embajadores. Dice que si asistirá a la visita institucional a los antiguos campos de concentración de Auschwitz y Mauthausen o el evento que conmemorará el papel que jugó la monarquía en la Transición.
Hay un debate político y social en torno a la figura de Franco, la monarquía, el PP y la conmemoración del 50 aniversario de la muerte del dictador. Pero no asistiendo a este acto, aliento las críticas a la monarquía y la casa real. Hay descontento con la decisión del rey actual por no asistir a los actos de conmemoración. Su legitimidad está ligada a la transición postfranquista, y al no asistir no se desmarque claramente del franquismo, y suena a tomadura de pelo justificar su ausencia con "problemas de agenda".
No se puede negar una conexión histórica de la monarquía con la dictadura franquista, puesto que la monarquía fue instaurada por deseo de Franco, y el rey debería asistir a actos que condenen el franquismo para reconocer que su figura no es al de su padre. En España existieron campos de concentración durante la dictadura y es para llorar que estos hechos históricos sean minimizados. Las fuerzas políticas de derecha tampoco abordan estos temas para al hacerlo normalizar el legado franquista. Suena a hipocresía la actitud de la familia real, y al no participar sigue perpetuando valores franquistas. Luego no podrán extrañarse de que una gran parte de españoles pidamos la abolición de la monarquía y la instauración de la III República. La actitud pasiva del monarca ante la memoria histórica y los derechos humanos le retrata.
Felipe VI no puede negar que es un beneficiario del franquismo, que representa valores antidemocráticos de los que debería desvincularse. Debería demostrar una sinceridad en su postura democrática que se echa de menos, y parece resistirse a romper completamente con el pasado franquista, lo que a ojos de muchos le convierte en cómplice del legado franquista y se demuestra que está alineado con la derecha española, y el rey y su familia deberían asistir a conmemoraciones de las víctimas del régimen. ¿Es que no ha visto nunca documentales que acreditan la represión franquista?
De pena en un jefe de Estado. Prefiero a los Magos de Oriente.
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