Llegaron los colegas de Santi

Ya llegaron los colegas de Santi. Madrid se convirtió ayer en la sede de la cumbre de la ultraderecha europea. Organizaba el líder de Vox, y ha reunido a destacados líderes de la extrema derecha europea, como Orbán, Le Pen, Salvini, Geert Wilders y André Ventura entre otros. No asistía al acto, pero el protagonista ha sido Donald Trump, a quien han presentado como el modelo a seguir para Europa. Hasta el han copiado el lema al pelirrojo y su "Make America Great Again", aquí lo han traducido en "Hacer Europa Grande Otra Vez”, porque para ellos Trump es el iniciador de un cambio político global que Europa debería emular.

Abascal ha designado a Trump como su "compañero de armas" en la lucha contra "las élites de Bruselas, la dictadura globalista, el fanatismo climático, la ideología de género" y la inmigración, especialmente de países árabes. Al parecer se temen (debe ser Sánchez su impulsor), un plan deliberado para sustituir a los europeos blancos y católicos por personas de otras etnias.

Todos tienen en su discurso algo en común, que se mostraron hostiles con la inmigración, a la que culpan de la inseguridad y de pervertir nuestra cultural. Para ellos solo puede existir la "familia tradicional", así que todos los tolerantes con la comunidad LGTBI deberían oírlos antes de darles su apoyo. Cuando se trata de analizar todo lo dicho, nos encontramos con una amalgama de nostalgia por un pasado ideal y cristiano, con la Reconquista, con la lucha contra el islamismo actual, con la importancia de proteger una Europa blanca y cristiana. Es imposible hacer una interpretación más simplista de nuestra historia.

Tampoco faltaron los ataques al gobierno español, y de paso también a Feijoo, por hombre blando que diría el Fari. En resumen, se trataba de dar una imagen de unidad de estas fuerzas políticas alrededor de valores nacionalistas, anti migratorios, y contrarios al globalismo, intentando proyectarse como la alternativa para redefinir el futuro de Europa con una visión conservadora y autoritaria. Ese es el resumen de la reunión.

Claro que si por curiosidad se pone uno a mirar la Wikipedia, nos enteramos de que estos defensores de la familia católica apostólica y romana, con un solo padre y una sola madre, son los primeros en no aplicarse su propio cuento. Su discurso que no se aplican solo invita a pensar en que son unos miserables manipuladores de la gente. Compruébenlo. Resulta que Le Pen ha tenido tres maridos y actualmente tiene una pareja femenina; Salvini está divorciado y después ha tenido otras dos parejas; o que Abascal está divorciado y actualmente tiene otra pareja. Con discurso similar (aunque ausente de este conclave ultra), Meloni que también es divorciada. El propio Trump quedo viudo, volvió a casarse y se divorció para volver a casarse. Viendo eso, uno empieza a pensar que todos ellos deben considerarse en pecado, o que son unos católicos de pacotilla. Que cada cuál lleve la vida familiar que quiera, pero si no quieren que conozcamos la suya, que no vengan a predicarnos que hacer con la nuestra los demás.

Pero lo grave es cuando están contra la inmigración, y mientras además algunos son explotadores de trabajadores africanos en sus fincas y en sus fábricas. O cuando dicen que hombre y mujer somos iguales, pero todos sus discursos rebosan machismo. Que pena la cantidad de gente que se deja engañar, creyendo posible lo que dicen, e ignorando lo que en realidad hacen. Puede que, apoyados en las ayudas de Trump y sus multimillonarios para propagar su discurso ultra, todos estos acaben por jodernos la vejez. Solo espero no ver el apocalipsis al que conducen a este planeta.

La esperanza está precisamente en lo que dicen pero no hacen. Por eso espero que esta idea de unidad entre ellos que nos venden no resulte creíble. Hay que ser muy cortito para pensar que cuando cada uno de estos afirma que sólo quiere el bien para su propio país, pueda funcionar esa alianza entre fascistas que pregonan. Hablar de “Alianza fascista”, es un oxímoron. No quieren a ningún semejante, la prueba ver como te meten en sus partidos, y cuando a sus lideres les viene bien, te arrojan a la papelera. Hay ejemplos varios.