Esa señora a la que los madrileños y madrileñas eligieron para que les gobierne, cada vez está menos pendiente de gestionar para mejorar la vida de los ciudadanos de su comunidad, y más absorta en una carrera perpetua de autopromoción personal a cualquier precio.
En ese su intento por ser la novia en la boda, pero sobretodo, la muerta en el entierro, es capaz de decir Diego y digo a la vez. Hace unos días anunció que denunciaría al presidente del gobierno por no convocar la conferencia de presidentes, y ahora que la ha convocado, aconseja a los presidentes del PP que no se sienten con Sánchez en esa reunión.
En otras palabras, les pide que incumplan su obligación de trabajar para mejorar la financiación de sus CC, en aras de una maniobra partidista con la que impedir que las cosas puedan mejorar para los ciudadanos, demostrándonos una vez más, que para ella antes que el interés ciudadano está el interés partidista, y antes que el de su partido está el suyo personal.
Desconozco por dónde irán las líneas de la nueva Ley de Financiación. Pero este gobierno, precisamente por solidaridad interterritorial y por luchar contra la desigualdad territorial, debería descontar de la aportación del Estado a cada comunidad, la parte de los ingresos correspondiente a los impuestos que se rebajen o que no se recauden por cada una de las CCAA. No puede haber un dumping fiscal entre comunidades como hoy existe.
Es de justicia que si el presidente o presidenta de una comunidad, quiere dar las cervezas gratis a sus ciudadanos que lo haga, pero también que las paguen sus votantes y no lo hagamos entre todos los españoles. Y eso aplicable a las 17 CCAA y a las 2 ciudades autónomas. No puede exigirse al Estado más financiación para los servicios públicos y no realizar un esfuerzo regional para ese fin, mientras en paralelo se realiza una rebaja fiscal a una minoría en perjuicio del conjunto de los ciudadanos de esa Comunidad.
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