domingo, 26 de abril de 2020

Diario del coronavirus 82

No pensaba escribir nada esta tarde, pero las imágenes me han indignado. Una cita: La libertad sin una autoridad fuerte e incólume, no es libertad al cabo de poco tiempo, sino anarquía. Cánovas del Castillo. Es de un liberal conservador. Pero la inteligencia no entiende de suscripciones.
¿Cuantos de los que hoy se han saltado a la torera las recomendaciones de distanciamiento, son los mismos que acusan al gobierno de no hacer bien las cosas?
Apuesto que no son todos, pero si muchos. Ahora (y ojalá sea yo el equivocado), ya solo nos queda esperarnos un par de semanas, para ver un rebote de los contagios, como aumentan las hospitalizaciones, o que se saturan las Ucís. Y si eso ocurre, veremos que esos que hoy se han burlado de todos los demás, volverán a acusar al gobierno de ser el responsable de haberles dejado salir, sin haberles hecho los test antes, de haber puesto en peligro a sus hijos, o que presuman de su valentía porque denuncian al ministro de Sanidad como único responsable de haber provocado el contagio de la abuela, cuando el niño volvió del parque, o de que ha tenido que estar hospitalizada y a punto de morir.
Ninguno recordará haber estado con la pareja de amigos paseando, saludando sin mascarilla a un conocido, de no haber vigilado que hacían los niños mientras el o ella charlan amigablemente con el vecino, etc. Menos mal que era el día para demostrar todos nuestra responsabilidad, que si no llega a serlo, igual pensaban que estaban en las Fallas, la feria de Sevilla, etc.
Pues permitanme ser grosero: váyanse a la m todos los que así hoy han actuado, que ya se que no han sido todos, pero si bastantes, y ahí están los vídeos y fotos que lo demuestran.
Es inconcebible que después de 23.000 españoles fallecidos por el virus; de habernos sacrificado 42 días confinados; de algunos aplaudir hipócritamente (porque si esos lo han hecho, no puede ser de otra manera) a las 8 de la tarde a los sanitarios que contamos con más de 37.000 contagiados entre nosotros, desprotegidos o protegidos, por atender a los pacientes; de tener la economía nacional parada para intentar frenar la pandemia; de aumentar nuestros parados de manera desorbitada por el virus; de ver incluso gente pasar hambre por esta situación; de parar los colegios, institutos y universidades; etc. Pues después de todo eso, ustedes salen y hacen de su capa un sayo y nos ponen en riesgo al resto de la población. Perdonen que se lo diga, ustedes son unos irresponsables, por no decir algo más grueso.
Ahí están las imágenes de muchos lugares: Albacete, Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y de un sinfín de ciudades donde para nuestra desgracia, hemos podido constatar algo que suele comentar una amiga mía: que en España hay más gilipollas que contagiados. Y no han sido todos, y que no todos se sientan ofendidos por este post. Porque sólo los gilipollas son capaces de tirar piedras a su propio tejado, reírse de la gracia de romper las tejas, y luego cabrearse porque tienen goteras.
Lamento tener que haber hecho este comentario, pero esos señores que no han cumplido las normas, acaban de tirar por tierra todo lo bien hecho por los demás y que ha servido para que hoy las muertes hayan descendido por debajo de trescientas y también hayan descendido los contagios.
No hay derecho a aumentar el riesgo de una manera tan absurda. Como absurdo resulta, oír a un tertuliano decir, que este desmadre le parece normal. Ha llegado a decir, que el responsable de esas imágenes es el gobierno, por haber alargado tanto el confinamiento. Y si no la entrevista a Esperancita arreglando el mundo que no arregló mientras estuvo, sino que recortó todo lo que ahora dice que falta.
¿Necesitamos más muertes para tomarnos la pandemia en serio, o continuamos viéndolo con frivolidad?
Y repito, ojalá me equivoque.

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