miércoles, 29 de abril de 2020

Diario del coronavirus 88

La moda de los "Test masivos" (II)
Alemania.-
El PIB alemán anual per cápita, es 2.5 veces es español. Y de ese PIB dedica más del 3% a ciencia y tecnología en 2019. Una cuenta sencilla, de 10 Alemania dedica tres a ciencia y tecnología, y España que no tiene 10, sino 4, de eso no llega a 0,8. Podemos compararnos con Alemania, pero empecemos admitiendo que nos parecemos poco.
Es cierto que hoy en día, Alemania es uno de los países que más test lleva realizados. Y lo importante es que los han hecho pronto, lo que les ha permitido el aislamiento de contagiados, y en eso fue más efectivo que todos sus vecinos, y probablemente esa sea la causas de que su tasa de mortalidad sea tan baja. No el hecho de haber hecho test, sino el momento de hacerlos.
Luego está un extraordinario sistema de salud, propio de un presupuesto como el antes indicado. Alemania tiene 8 camas por cada mil habitantes, mientras que la cifra nuestra es de 3 camas por 1000 habitantes. El otro país con mayor problema es Italia, pese a que allí son 4,3 camas por cada 1000 habitantes
¿Hizo Alemania "test masivos"? ¿Testeó, como piden algunos, a toda persona con cualquier síntoma inespecífico, o a todos los asintomáticos? La respuesta es simple: no. Sí actuó muy rápido y testeó muchísimo más que sus vecinos europeos. Su secreto, ha sido el ojo comercial. Alemania ordenó el 16 de enero de 2020 el desarrollo de kits diagnósticos, pensando en que sería muy rentable su venta a los países que sufrieran la pandemia, y cuando la pandemia les llegó, les cogió con stock de test en sus laboratorios. Eso fue posible, porque en ese momento Alemania ya disponía de 85 laboratorios públicos y privados preparados para realizarlos. Vuelven a mi mente los jóvenes científicos españoles emigrados por la crisis, que muchos de ellos encontraron trabajo en Alemania..
Alemania no hizo nada extraordinario referente a las indicaciones de la OMS, y al igual que aquí el Carlos III, el control de la epidemia se realiza según las recomendaciones del el instituto público de biomedicina más importante del país, el Robert Koch Institute (RKI).
Veamos fechas. El primer caso de COVID en Alemania apareció en enero, y las primeras medidas que se tomaron fueron de contención y de protección, minimizando la expansión de la pandemia. Los colegios no se cerraron, aunque se recomendó el distanciamiento social que fue lo aconsejado por la OMS. El 13 de marzo, ya con los casos confirmados duplicándose cada dos días, Alemania cierra las escuelas en algunos estados. El 15 de marzo, se cerraron las fronteras con los países vecinos. Alemania ya tenía, en ese momento, 4838 casos y 12 muertos. El 22 de marzo fue decretada la cuarentena total, pero con algunos permisos excepcionales. En ese momento ya eran 18.600 casos los confirmados en Alemania y eran 55 fallecidos. Para que nos sirva como referencia, en España, el 14 de marzo que se decreta el estado de alarma, teníamos 5.753, casos y 136 fallecidos.
El 25 de marzo, con 31554 casos y 149 muertos, Alemania, pidió a todos sus laboratorios que fuesen muy estrictos en los criterios que empleaban para determinar quién podía acceder al test, porque están llegando a un cuello de botella en la producción de reactivos. No pidió que se hicieran más test, sino que se los test se hicieran de manera más racional y dirigida, para no gastar recursos en vano.
Pero ellos tampoco iban sobrados de materias primas para la realización de los test. Así lo demuestra que en esos días, Evangelos Kotsoupoulos, director de la asociación de laboratorios más grande de Alemania dijo: "Hay en todo el mundo solo cinco o seis grandes proveedores de los materiales que necesitamos. Alemania debería focalizarse en quién se testea, para garantizar que quienes no tienen síntomas, pero quieren saber si lo tienen o no, no sean testeados". "Simplemente no es posible hoy en día testear a todo el mundo en una población de nuestro tamaño". Podéis encontrar esa entrevista en el diario Die Zeit.
Pero no solo se quedó ahí, sino que sugirió, “el porcentaje de pruebas positivas sobre pruebas totales, debería ser más alto que lo que es ahora, para garantizar así, que no se están desperdiciando test”.
Bueno, pues esto es lo que se conoce de Alemania. No es cierto que allí se hicieron test masivos, si se hicieron test selectivos, y sobre todo se hicieron cuando era más útil hacerlo, entre otras cosas, porque ellos disponían de un número muy importantes de test, y no tuvieron que acudir al mercado mundial, fundamentalmente asiático, al que la pandemia convirtió en un verdadero zoco, donde siempre gana el mejor postor.
Y un matiz final importante. Mientas que en España la procedencia de los contagios se considera de quince focos, en Alemania, con muchísimo menos turismo que nosotros, el origen de sus contagios fundamentalmente se centra en los grandes ejecutivos de empresas con intereses comerciales en china.
Todo esto invita a pensar que la cantidad de test que puedan hacerse, en sí misma, no es indicativo de nada. Si lo es el momento, y el oportunismo en realizarlos, y a quien se le hicieron. Si además cuentan con un sistema sanitario bien dotado, mucho mejor. Y si disponen de muchos científicos contratados, aunque sean españoles, mejor aún.
Lo de los test masivos alemanes se cae por su peso. Su buena gestión también, y la suerte de disponer de test en ese oportuno momento, también.
El principal asesor de Angela Merkel, Christian Drosten, hoy cuenta en una entrevista cómo Alemania se prepara para una segunda ola de contagios. En esto si que deberíamos imitarles.

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