jueves, 16 de abril de 2020

Diario del coronavirus 57

Gracias señores por ser tan generosos
En 2007, el porcentaje de la aportación tributaria de las grandes empresas españolas al Estado, era de un 3.3% de nuestro producto interior bruto (PIB). Si se hubiese mantenido la carga fiscal que esas empresas tenían entonces, habríamos ingresado en estos trece años transcurridos casi 210.000 millones de euros más de los que han entrado en las arcas públicas procedentes de las grandes empresas de este país.
Como esa cantidad les ha sido perdonada al cambiar la fiscalidad de esas empresas en los gobiernos de Rajoy, bien pueden permitirse hoy hacer donaciones a lo público. Una donación siempre es de agradecer, y más en momentos de zozobra como estos. Pero no es menos verdad, que con la cuantía tributaria ahorrada, no dejan de resultar generosas pero simbólicas.
Señalo eso, porque estos gestos nos pueden despistar, y hacernos pensar que todo es fruto de sus tiernos y generosos corazones. Ya se que afirmar esto, para muchos no será políticamente correcto, e incluso puede reprocharle mi ingratitud.
Pero si nos fijamos en la maniobra completa, nos daremos cuenta, que en el otro lado de la balanza, estamos los trabajadores, que ahora contribuimos más que en 2007 tanto con el IVA, como con el IRPF, y con los impuestos especiales.

Desde 2007 y hasta 2019, en los Presupuestos del Estado y las CCAA, para sanidad se han dedicado solo 930.000 millones de euros. Y digo solo, porque ahí no están porque no se presupuestaron, ni la gratuidad de los fármacos a los pensionistas, ni las batas y mascarillas, ni los respiradores, ni las UCIs, ni lad camas hospitalarias que no están, ni el personal sanitario que no está contratado, ni tantas cosas que, de pronto, nos hemos dado cuenta que nos faltan para haber continuado siendo el mejor sistema sanitario del mundo.
Con esos casi 210.000 millones de euros, de menor recaudación realizada a esas grandes empresas, en los trece años transcurridos, se habría podido incrementar el presupuesto de sanidad en un 23%. Lo fácil es decir que lo que afirmo es demagógico, pero está fuera de toda discusión, que con más beneficios y menos impuestos, las grandes empresas se han permitido repartir dividendos a sus accionistas, incluso durante los años siguientes a la crisis del 2008, demagogicamente, a cambio de menos sanidad pública.
Lo que hago hoy, no es un reproche al pasado, sino una advertencia para el futuro. ¡Ojo! con el día despues a la pandemia, que nos la volverán a intentar colar, para que la reconstrucción del desastre la volvamos a pagar los y las de siempre, es decir, los de abajo. Pocos se hacen esas cuentas, que son reales, y muchos están encantados con tanta caridad de los que pueden practicarla, con un Estado necesitado.
Eso sensacion de obligado agradecimiento sucede, porque en nuestro país, la opinión pública es la opinión publicada, esa que curiosamente se publica en los grandes medios informativos, que también, que casualidad, a su vez son propiedad de los mismos que se han ahorrado pagar esas cantidades en el impuesto de sociedades. 
Cuando en un medio se publican esos datos, no tarda otro medio ni segundos, en acusarle de informar con parcialidad. No ocurre eso con las informaciones de otros medios más amables con quienes ejercen el poder económico, como si lo de A3 o Telecinco fuesen la neutralidad personificada (sólo hay que mirar los contenidos de los programas formadores de opinión de P. Motos o Ana Rosa).

Se les puede llamar neoliberales, capitalistas, fachas o como quieras, que a ellos les dará igual, y quien quedará mal serás tú. Pero en cuanto hables de que los gobiernos de la derecha les han rebajado su fiscalidad, y que por eso esas empresas aún ganan más dinero, te conviertes en un personaje cuestionable e ingrato, incapaz de agradecer sus generosas migajas.
Con la pandemia, esos medios están convirtiendo en mantra "lo mal que lo están pasando las grandes empresas". No lo niego, pero de vez en cuando podrían acordarse de como de bien lo pasan los trabajadores, incluidos los autónomos y pequeños empresarios (de quienes los conservadores solo se acuerdan cuando llegan las elecciones, y luego no existen). Pocos osarán afirmar, que detrás de las carencias de nuestros servicios públicos como la sanidad, están las rebajas fiscales a esas grandes empresas, que son las propietarias de esos mismos medios.
Nos podemos poner como queramos, pero lo de este país, cada vez se parece más a una peli de romanos. Pulgar hacia arriba, vives. Pulgar hacia abajo, estás muerto. Es comprensible que sea así. Ya sabemos que perro, no come perro.
Empieza un nuevo jueves en la pandemia. Vamos a por un día menos.
Buenos días.

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