domingo, 19 de abril de 2020

Diario del coronavirus 62

Mañana de domingo

IMPRESCINDIBLE APRENDER

Da igual el medio que hoy leas, veas o escuches. Al parecer, poco aprendemos de lo que tenemos encima. Muchos siguen resistiéndose a asumir, que un cambio en la manera de relacionarnos ha venido para quedarse. No solo en nuestra vida cotidiana y en las relaciones con nuestro entorno más cercano, también van a cambiar la relaciones entre países, y puede que incluso un cambio en la correlación de fuerzas en  el mundo. Tenemos que empezar a imaginar, que el mundo en el que vivimos, el bicho lo ha hecho diferente. Se van a replantear nuestros valores, nuestras costumbres y tradiciones. queramos o no. 

Hay que abordar esta pandemia, la posibilidad de un rebote de la misma, o otras nuevas. Estoy convencido que el maltrato al que hemos sometido al planeta Tierra, nos está pasando factura. Que lo que ocurre con las pandemias, está en relación directa con la contaminación y el cambio climático. Y no es cuestión de preguntarse, si la respuesta a estos problemas, es más efectiva desde un gobierno de tinte autoritario (China), que desde planteamientos democráticos (Europa). Ese es un dilema absurdo o interesado, que algunos lanzan buscando plantar sus culos en las poltronas del poder. Ni los autoritarios han sido eficaces en sus medidas de control, ni los democráticos tampoco. Hay que mirar las medidas que se adoptan, y no a quien las aplica. A la gente lo que nos va a importar es si el problema se ha resuelto o no ha sido así.

Tampoco es cuestión de debatir, si tiene mayor importancia la salud o la tiene la economía. Enfermos, poco nos importa la economía, y poco podemos hacer por ella. Pero sin una economía que permita un sistema sanitario bien dotado, el riesgo de enfermar y morir es mucho más alto que  disponiendo de recursos suficientes. Curioso que el G 20, el poder económico, siga callado cuando también debería protagonizar la respuesta global.

El gran error está, en no plantear una solución global con unas directrices comunes, en lugar de que esa acción global, sea solo la suma de muchas  iniciativas deslavazadas y sin coherencia entre ellas, que cada país ponga en práctica por su parte. Eso refuerza el papel a desempeñar por determinados organismos internacionales, y por todos los estados. Que Trump vea que la solución a los errores de la OMS, es retirarle la aportación de los EEUU, en lugar de exigir responsabilidades a sus dirigentes, es como cortarse el dedo un porque lleva la uña larga. No se si esa decisión hay que verla dentro de su locura personal, o como un paso más de los negacionistas hacia el autoritarismo desde sus discursos populistas. En cualquier caso, es un error grave que pagaremos todos, porque quien quiera ver un futuro con grandes decisiones tomadas desde lo local, se equivoca. El mecanismo debería ser a la inversa, primero la decisión global, y luego adaptada a la idiosincrasia local. Lo global ya no es algo imaginario, está  aquí. 

En esta pandemia hemos comprobado, cómo la decisión de un estado, tomada de manera aislada, o carece de sentido o resulta acertada, no por cómo sea en si esa solución, sino porque su eficacia dependerá de cómo encaja en con las soluciones que adopten los otros estados. Cada vez pierde más fuerza la idea nacional respecto a la global. Mirarse el ombligo, como hoy hacen todos los países frente a la pandemia, (cada uno con diferentes medidas, diferentes criterios de recuento de los casos, de tratamiento, etc.), ha venido a demostrarnos que ahí es donde se está cometiendo el gran error.

Sirva de ejemplo de ello, la no respuesta de Europa unida. Primero todo fue una sorpresa, pero que la UE haya sido sorprendida por la pandemia, (no un solo estado miembro, sino toda ella),  la ha obligado a tomar de decisiones descoordinadas por parte de cada país, y no a adoptar una respuesta europea. Las que aparecen como más acertadas, son las de quienes disponen de mayores recursos, demostrando que en la UE es dispar, y donde hay países de primera y segunda división, y solo unos pocos juegan en la división de honor. Luego, tanto la UE, como los países,  han rectificado, buscando dar respuestas conjuntas. Pero eso requiere adoptar reformas en el funcionamiento de la propia UE, reformas que precisan de un debate interno para su aprobación , y la tardanza en adoptarlas, las hace llegar siempre tarde ante  la urgencia de la situación.

La impresión que la UE ha dado, es de incapacidad y de no ser una unión real, lo que ha hecho cuestionable la utilidad de permanencia en ella para los países del sur. Muchos han pensado, si no era mejor seguir el camino del Reino Unido. O nos replanteamos que hay problemas a los que solo se podrá responder desde la cooperación, o si seguimos creyendo que la dimensión adecuada es el Estado o el país, no nos espera nada bueno en un futuro inmediato. 

Esa necesidad de una coordinación para una respuesta única, la vemos a diario en España. Si miramos lo que ocurre en nuestro país con las CCAA, las vemos actuando cada una por su cuenta, que se está haciendo todo lo contrario de lo comentado, sin atisbo de aprendizaje sobre la manera de hacer frente a la pandemia. Cada Comunidad tiene recuentos con criterios diferentes, y ahora cada una plantea una desescalada a la carta, o priman las decisiones partidistas sobre las estrictamente técnicas, etc. Ver la poca capacidad que tenemos para trabajar en equipo y acordar planes con acciones pragmáticas y resultados eficaces, es bastante triste. 

Juntos siempre se llega más lejos que individualmente, y si nuestros dirigentes no se han enterrado aún de eso, les bastaría con mirar como se actúa en otros países. Descentralizar  servicios tiene sus ventajas, pero  también sus inconvenientes, al igual que ocurre con la centralización. Lo lamentable es que seamos incapaces de trabajar juntos en las circunstancias actuales y, sería bueno, que exigiésemos una acción en equipo a todos los políticos. De no ser capaces de acometer ese reto, entonces exigirles a todos que se marchen a sus casas y dejen a otros que sean capaces de acordar en lo fundamental.

Sólo imaginar una reactivación de la pandemia actual dentro de un tiempo, o la aparición de otras nuevas, debería  ser suficiente para darnos cuenta de que debemos prevenir y que no solo podemos aprender a base de golpes. Según parece nosotros somos el Homo sapiens, pero siempre nos dejamos asignaturas para el curso siguiente, y nunca llegamos a obtener el título.

No puede existir una respuesta global, que sea la suma de muchas respuestas locales, porque ni somos eficaces ni resultados eficientes. Solo puede servirnos una respuesta global única, elaborada entre todos y asumida por todos. Actual localmente para mejorar lo global, pero con la directriz global.

Buen domingo

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