Viernes
3 de Abril, 2020
La
sanidad privada en el Covid
Cuando
más arrecia la lluvia de datos negativos, (porque una sola muerte ya es un dato
negativo), sorprende la publicación de que la sanidad privada dispone de unas
2.200 camas de UCI sin ocupar distribuidas por España. No es un dato que aparece
en un periódico de dudosa credibilidad, sino declaraciones del portavoz de
ASPE, la Alianza de la Sanidad Privada Española.
Eso se
afirma, cuando a todo el país nos invade el temor a que nuestras UCIs puedan
verse desbordadas por una avalancha de enfermos que las necesiten. Dan números concretos:
tienen 610 de estos pacientes ingresados en sus UCIs. Aseguran estar preparados
para aliviar las UCI de los hospitales públicos, menos en Madrid, Catalunya y La Rioja donde están al completo. No dan datos
de camas disponibles por CCAA, pero el presidente de ASPE afirma que la
capacidad de la privada para atender enfermos en UCI es muy superior a la se está utilizando por
las distintas CCAA.
Leer
estas declaraciones, y oír las del director del Centro de Emergencias
Sanitarias, siempre preocupado (con razón) por el problema de saturar las UCIs,
ante el aumento de los casos confirmados, la única conclusión a la que podemos
llegar es que este es un país de locos. Si la declaración del estado de alarma
permitía que todos los recursos sanitarios, públicos y privados, pasasen a
estar a disposición de los servicios
regionales de salud, y del Ministerio, solo puede entenderse de acto demencial.
Ejemplos.
Que la Comunidad Valenciana diga que no empleen esa capacidad con la que ya
cuentan, o que en Galicia se opte por hospitales de campaña en Santiago de
Compostela y A Coruña, y no por utilizar esos centros
privados. Esto no es achacable al gobierno, sino a cada CA que hace lo que
considera más conveniente en este asunto en su territorio. En Madrid se han
derivado pacientes no Covid 19, a los centros privados, dejando los centros públicos
para pacientes positivos al bicho, y parece ser que la idea es que eso se
generalice en toda España.
Al
final, como siempre: aparecen las cuentas de resultados. La sanidad privada
pide al Gobierno una línea de financiación específica, en concreto el 75% de su
facturación habitual durante dos meses, porque han detenido su actividad
ordinaria para atender a pacientes de la pandemia, y sus centros necesitan medidas
urgentes que permitan la viabilidad de los hospitales y clínicas privadas, que
solo podrán aguantar mes y medio, porque al no realizar la asistencia
programada, no tienen ingresos. Y no
solo eso, solicitan la exención en el pago de las cuotas de la Seguridad
Social y las retenciones del IRPF por sus trabajadores, el aplazamiento o
bonificación del IBI de sus inmuebles y del impuesto de sociedades, la
subvención para compras de material sanitario como mascarillas y guantes,
créditos blandos con aval del Estado para abonar a proveedores y un plan de
ayudas directas a los centros implicados en la atención a pacientes con
coronavirus.
Estoy
seguro, que cualquier español pequeño empresario o autónomo, también quiere lo
mismo que ASPE. Pero cuando nos enteramos que el mayor grupo empresarial de esa
asociación, HM, presionó a su empleados para que gastaran sus vacaciones, pidieran
excedencia, o disminuyeran su jornada
laboral en pleno estado de alarma, y así bajar el importe de las nominas, las
peticiones expuestas vienen a demostrar solo una cosa: que convertir
progresivamente con privatizaciones, nuestra sanidad en un negocio privado, ha
sido uno de los mayores errores que el Estado español ha podido cometer desde
la promulgación de la Ley de Sanidad.
En
números aproximados, la privada atiende a unos 5.000 pacientes con Covid y la pública
a casi 60.000. En las UCI privada hay un 10% de los más de 6.000 totales en
estas unidades, y el 90% están en centros públicos.
Mientras esto ocurre, todo apunta a que el pico de presión a las UCIs nos llegará en un par de semanas; la OMS
advierte si dejamos de golpe los confinamientos, tendremos una recaída, y el descalabro
económico será aún más importante de lo que ya es. Por eso no es de extrañar
que el gobierno se plantee prorrogar el estado de alarma hasta finales de
abril.
Los
datos del día
Más
de un millón de personas en el mundo se han contagiado de coronavirus y más de
53.000 han muerto. Estados Unidos, con 1.169 fallecidos en un día, llega a los 6.057
en total. Los contagiados alcanzan los
casi 250.000, hoy 30.000 positivos más.
En
nuestro país, los datos absolutos de fallecidos retroceden. Es la primera vez
en cuatro días que lo hacen, pero aún así, han sido 932 los muertos por esta
causa, y la suma en toda la pandemia ha
llegado a 10.935 desde su inicio. Sigue bajando el porcentaje desde el martes. A
más casos, aunque suban los fallecidos en números absolutos, bajan en porcentaje.
No
hay diferencias significativas por sexo entre los confirmados, pero son mucho
más frecuentes las hospitalizaciones, la necesidad de ingreso en UCI y los fallecimientos
en los hombres que en las mujeres.
Si lo
vemos por edades, casi el 70% de casos
confirmados tienen más de 50 años. La letalidad es escasa en los menores de 60
años, alcanza al 10% a los mayores 70, y llega al 25% en los mayores de 90 años.
Teniendo en cuenta los casos de diagnóstico documentado, la
mortalidad global estaría en un 4% de los pacientes, entre el 1,6% en Corea
y un 4,8% en España. Eso supondría una mortalidad diez veces superior a
la de la gripe.
Existe un problema de infra diagnóstico, no solo en España,
pero también en España.. Se estima que se han producido 10 casos por cada caso
documentado, lo que implicaría a fecha de hoy que el 10% de la población
española ha sido infectada, la mayoría sin síntomas o con síntomas leves. También
hay un grupo al que habiendo tenido la enfermedad no se les ha documentado con
la realización de la prueba o el test.
Lo
positivo que se han curado 30.513 personas, tres por cada fallecido, y de ayer
a hoy casi 4.000 más, el 26% de los contagios totales. También hay menos hospitalizaciones y están estabilizados los datos de las UCIs,
y permanecen sin llegar a la saturación, que era el principal objetivo de las
medidas de confinamiento. También que
empieza a llegar material, aún escaso, pero continua llegando. Mucha
solidaridad de entidades públicas y privadas.
POSDATA
Aún hay quien sigue pensando que eso del confinamiento no va con
ellos, y se les ve paseando por caminos, o en lugares donde no tienen ningún motivo
para estar, mientras los demás seguimos confinados por nuestra salud, también por
la de ellos. En el país de los toros, sigue habiendo quien piensa que las
normas son para saltárselas a la torera. Parece que algunos solo entienden de
sanciones económicas. Pues que les sancionen.
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