miércoles, 11 de marzo de 2020

LA RADIOGRAFIA DE LA SANIDAD MADRILEÑA QUE DEJA EL CORONAVIRUS

El coronavirus se ha convertido en el autor de una radiografía gigantesca de todo nuestro sistema de vida. Pone en evidencia que no hemos luchado suficientemente contar el cambio climático, que la deslocalización de empresas se convierte en una decisión errónea de las grandes multinacionales, que el precio del petróleo no es el real sino el que unos pocos le adjudican, que vivimos un consumismo absurdo dictado por los medios de comunicación, o que eso de la “ley del mercado” puede convertirse, de la noche a la mañana, en un mercado sin ley, por culpa de un bichito. Pero sobre todo está sirviendo para radiografiar a los sistemas sanitarios.
Sería fácil afirmar, que la incidencia en números absolutos del problema, en la comunidad madrileña son solo la evidencia de que es la de mayor densidad de población del Estado. Pero esa apreciación cambia cuando la incidencia también es la mayor en datos relativos por habitante, solo superada por una provincia, Alava. La Comunidad madrileña es la más afectada, a día de hoy, por la crisis (ya pandemia) del coronavirus, con más de la mitad de casos del país y dos de cada tres fallecidos por esa causa. Hospitales saturados, centros de mayores y residencias de ancianos cerrados, centros culturales, colegios, institutos, facultades y un largo etcétera.
No ha existido una coordinación con el Ministerio de Sanidad como si se ha producido con otras CCAA. Madrid es mucho Madrid, y o se hace lo que su gobierno autónomo decide, o lo que decide el Ministerio será siempre algo cuestionable. Es la señal más evidente de que la crisis de salud se ha convertido en una ficha de la partida política.
Alguien debería salir a decir, que independientemente de la mejor o peor gestión y coordinación política (reales y cuestionables ambos aspectos) de esta crisis, detrás de las cifras de la pandemia en Madrid, y de la situación próxima al colapso de la sanidad madrileña, fundamentalmente están los recortes y privatizaciones que año tras año han ido produciéndose, además agravados en los últimos años. De todas las ciencias, la más tozuda, son las matemáticas. Ahí están los números, que no se asemejan a los referidos a las otras CCAA.
Es un sistema sanitario con una financiación más que insuficiente. Si se hubiese adjudicado la misma financiación per capita media del resto de CCAA, el presupuesto sanitario madrileño 2019 debería haber sido de 9.514 millones de euros, pero se aprobaron 1.400 millones menos, puesto que la cifra final fue de 8.106 millones. Podemos mirarlo bloque por bloque.
Empecemos por personal. Una jornada laboral incrementada de 35 a 37,5 horas semanales, con cada profesional trabajando al año diecinueve días más que hace diez años. Datos del propio Servicio Madrileños de Salud indican que en 2009 eran 75.490 profesionales, y en los datos del último año disponible, 2009 había 75.490 profesionales, 2017, eran 70.171, lo que significa indica una reducción de 5.319 puestos de trabajo.
La Atención Primaria. En el primer escalón de atención al ciudadano se ha pasado de un 12,67% del presupuesto total de 2010, a solo el 10,9 % en 2019. Hay se debe buscar la causa de la mayor presión asistencial que soportan los trabajadores y de las demoras en las citas médicas que soportan sus usuarios, (solo un 47,1% recibe cita en 48 horas y hasta un 14,7% en más de 6 días), a la no apertura de los nuevos centros prometidos, los recortes horarios en algunos centros de salud y la privatización de parte de la atención primaria.
El gasto farmacéutico, si que ha aumentado y supone ya el 21,51%. El gasto hospitalario ha crecido un 27,68% de 2014 a 2018 y el gasto en recetas en ese mismo periodo ha tenido un incremento del 17,48%, y eso que ha existido un copago farmacéutico mayor de 400 millones de euros cada año, sin contar las personas que no pueden adquirir sus medicinas porque no tienen para poder abonar su aportación.
Atención hospitalaria. Tenemos casi 800 camas menos en los centros de gestión totalmente pública, mientras han aumentado en los centros de gestión privada y semiprivada. Existe una lista de espera hospitalaria para casi un nueve por ciento de la población de la Comunidad, 600.000 personas en listas de espera reconocidas, y con una media de espera de 148 días. Las urgencias hospitalarias se encuentran saturadas, fundamentalmente por esos recortes, a lo que muchos añaden un problema de mala gestión.
Lo que si ha hecho la Comunidad de Madrid es avanzar en privatizaciones. Han legislado para ello de una manera progresiva, gracias a que en 1997 se permitió legalmente que los servicios sanitarios y socio sanitarios pudiesen prestarse por medios propios, o mediante acuerdos, convenios o contratos con personas o entidades públicas o privadas. Ni que decir tiene que la partida presupuestaria para atender todo lo privatizado se ha disparado de manera disparatada, pero descendiendo en infraestructuras, que se encuentran algunas muy deterioradas.
El coronavirus ha venido a traer de nuevo a primer plano que el sistema madrileño, uno de los que cuenta con muchos de los mejores profesionales de nuestra sanidad, este haciendo agua por el coronavirus, atendido por el sistema publico, y que, con el crecimiento exponencial de casos en esa comunidad, esta dejando la gestión de Aguirre y Cifuentes con el calificativo de pésimas para el usuario, aunque geniales para las empresas. Díaz Ayuso no se sabe, no contesta. Tiene bastante con ejercer como martillo del PP frente al gobierno del Estado. El ruido de sus golpes impide oír los llantos de usuarios y profesionales.

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