Hoy voy a hacer un resumen de la historia del bicho, casi un calendario, para luego comentar los datos de la pandemia. Espero que nos sirva para aprender el origen del mal que nos aqueja.
¿DE DONDE VIENE EL BICHO?
Los chinos, el fin de año pasado, detectan una neumonía de origen desconocido en el mercado de Wuhan (Hubei) e informan a la OMS. 5 días después hay 44 casos, pero la OMS no recomienda no viajar, sino que en caso de síntomas respiratorios en los viajeros, estos busquen atención médica. Del 9 al 16 de enero ocurren las primeras muertes. El 20 de enero se confirma la transmisión entre humanos y el 23 se cierra toda la provincia de Hubei. El gobierno chino admite que el paciente número 1, es un hombre de 55 años, que se infectó el 19 de noviembre en la provincia de Hubei. Que el 20 de diciembre, había 60 casos con los síntomas cardinales. El virus estuvo circulando un mes libre, nadie se dio cuenta, pero el virus no tenía la misma capacidad de transmisión que tiene hoy.
El virus, desde 19 de noviembre de 2019 hasta el 23 de enero de 2020, en que se cierra Hubei, tuvo casi dos meses para expandirse fuera la zona de inicio. El día 30 de enero de 2020 Italia registra su primer caso importado, dos turistas chinos a los que confinan en Roma pero habían pasado por Milán, Verona y Parma. El 31 de enero, Italia declara el Estado de emergencia. El primer caso en España es un turista alemán que llega el 31 de enero de 2020 a La Gomera. El segundo caso en España, un turista británico en Palma de Mallorca, el 10 de febrero. El 12 de febrero se cancela el Mobile World de Barcelona. Los programas del corazón hablan de exageraciones y una barbaridad lo de cerrar Italia y suspender el Mobile.
El 24 de febrero, un médico y su mujer, que van de vacaciones a Tenerife procedentes de Italia, dan positivo. Se aísla todo el hotel con 700 personas. El 25 se registran tres casos en la península, todos en viajeros que llegan de Italia. El 26 de febrero primer caso en Sevilla sin que el paciente hubiera salido de España, estaba con síntomas desde el día 12 de febrero. El 19 de febrero el Valencia CF juega en Milán con el Atalanta, equipo de Bergamo, al que acompañan 40.000 aficionados, que se juntan con los aficionados del Valencia (unos 300). El 26 de febrero se descubre que un hombre murió en Valencia el día 13 de febrero por el bicho, pero venía de Nepal.
El 4 de marzo se cancelan los congresos, los eventos deportivos. Todo es una exageración y en Madrid el Ayuntamiento anuncia la construcción de una noria gigante, muy preocupado por el problema del bicho. El 9 de marzo son ya 999 casos los registrados en España. Se cancelan clases en Madrid, Vitoria y en parte de La Rioja (Labastida). El día 10 de marzo se aplazan las Fallas; se suspenden los vuelos Italia-España, se prohíben reuniones de más de mil asistentes., se cierra el Congreso de los Diputados por el positivo de Ortega Smith, turista feliz en Italia. Luego se confina Igualada, se cierran todos los colegios, y se suspende la Liga de fútbol. El viernes 13 de marzo se declara el estado de alarma y 14 se suspende la Semana Santa sevillana. Desde el paciente sevillano hasta el estado de alarma, solo 16 días.
¿IMPREVISIÓN ESPAÑOLA? ¿FALTA DE MEDIDAS?
Se habla de imprevisión en España por lo que estaba pasando en China, y de falta de medidas. Como han visto en la sucesión de hechos, ambos Gobiernos, tanto el italiano como el español, tomaron medidas, vistas desde hoy, tanto acertadas como desacertadas. Eso sí contra viento y marea, el poder económico exigía que ante todo había que mantener la actividad económica, luego dijo que había que paralizarla, y cuando se el gobierno decide que la paraliza, vemos como la gran patronal protesta. Lo fácil es señalar como el gran culpable al Gobierno por permitir el 8 marzo las manifestaciones. Hasta yo creo que fue innecesario. Pero quienes solo ven ahí el origen del problema, se olvidan de la defensa del poder económico del mantenimiento de la actividad empresarial contra viento y marea.
Mantener las manifestaciones, misas, partidos de fútbol, y todos los eventos multitudinarios fue un error. Mantener la actividad económica no esencial, otro mayor aún. Al gobierno español, se le puede acusar de que debió de tomar medidas contundentes antes, pero igual que eso es cierto, no lo es menos cierto que ha sido el gobierno europeo en tomar las medidas más contundentes, según se iba siendo consciente del problema, y decretar el estado de alarma en 16 días desde la aparición del primer contagio de alguien que no había viajado.
Cuando hace tres días el ministro holandés de finanzas, acusaba a Italia y España, de no prevenir la catástrofe, se callaba que su país tiene muchos pacientes en hospitales belgas, y que centro Europa fue la gran beneficiada de una crisis que machacó a los países del sur y les obligó a recortes económicos que se cenaron en el sector sanitario. Ahora a este listo, le han gecho una pirula los chinos con una partida de mascarillas, parecida a la que a nosotros nos han hecho con los test rapidos.Decir que sus declaraciones eran repugnantes, como le dijo el primer ministro portugués es quedarse corto. Porque no es cierto. Lo que no es ni discutible, es que la economía de mercado ha transformado el mundo en un zoco regido por la ley del mejor postor.
LOS DATOS
Pero como nos gusta mirarnos el ombligo, nos centramos en los datos de nuestro país para atizarle al ministerio, que no lo ha hecho perfecto, pero mucho mejor que definir el problema como unos simples hilillos de plastilina. No está de más saber, que en el mundo son más de 750.000 los contagiados, más de 36.000 los muertos y casi 160.000 dados de alta. Es un problema global aunque se quiera conducir con las luces cortas.
Tremendo lo de los titulares de prensa. Ya no vale lo de imprevisión, porque tendrían que acusar de ello a 175 países y en un mes a todos. Ahora lo que vale es hablar de la mala gestión. Nadie quiere recordar los recortes al sector sanitario de hace unos años, y solo se habla,y es lógico, de las carencias reales que soportamos, primero los sanitarios, y después todos y cada uno de los españoles. Los árboles impiden ver el bosque. Eso sí, más la sufren los pobres atendidos por la sanidad pública, que los atendidos en la privada, donde parece que el colapso no existe.
Un vistazo a los titulares de la prensa: Sanidad estudia trasladar pacientes entre comunidades; el ministerio intenta evitar el colapso de las UCIs en las regiones más afectadas; el virus desborda las UCI de 8 CCAA; El doctor F. Simón positivo por coronavirus; sanitarios y sindicatos denuncian “el desastre” del gran hospital de campaña de IFEMA; cada país cuenta los muertos a su manera y ninguno lo hace bien. Lo cierto es que estos titulares ayudan poco a transmitir la esperanza y la frialdad, que una situación como la que vivimos necesita.
Ya son 7.340 fallecidos a causa del bicho en nuestro país. En las últimas 24 horas han muerto 812 personas, 26 menos que ayer. Sin embargo, van cinco días consecutivos, en los que el porcentaje de incremento de fallecidos se ha frenado y hasta reducido. Del 15 al 25 de marzo, el incremento de casos medio era de un 20% y desde ese día a los datos de hoy, es de un 12%.
Relacionado con ese dato, está la tendencia decreciente en el porcentaje de casos confirmados (6.398 aunque la suma total alcance 85.195) y de los ingresos en las UCI (desde ayer 324 más (6,6%) lo que eleva a 5.231 los pacientes ingresados en ellas. Este dato es alentador, pero no podemos fiarnos de que eso signifique que ya estamos alcanzando la estabilidad.
La otra buena noticia es que desde ayer, han sido dados de alta 2.071 pacientes (14,08% más), y ya son 16.780 personas las que han superado la infección. Me hubiese gustado que esos datos los hubiese dado Fernando Simón, que lleva a pecho descubierto soportando palos todos los días, y el día que puede sonreír algo, aunque sea poco, el virus se lo impide.
Más de 85.000 contagiados. Esa cifra tiene relación con los famosos test, en donde el número de los realizados en cada país es muy diferente y si Corea ha realizado 3.400 test por millón de habitantes, Italia o Suiza han hecho entre 500 y 600. El gran EEUU había realizado 2 por millón, pero ha dejado de decir cuántos está haciendo ahora, y así evita la crítica. Pero la cifra de contagios o de muertes, no es real. Ningún país está midiendo el problema con la misma vara de medir. No son comparables los datos de uno con los de otro. Cuando damos los cifras de España y de la mayoría de países sobre contagiados, es importante entender que hablamos de casos confirmados. Es decir, estamos midiendo dos fenómenos al mismo tiempo: el aumento real de infectados y la capacidad de detectarlos. Señalo esto, porque no hay consenso en ningún país sobre su número de infectados y eso impide poder dimensionar el problema.
Muchos analistas afirman que los casos no detectados en cada país, podrían alcanzar el 50% lo que llevaría la letalidad del virus al 1% y no estaría en los datos escandalosos que parecen darse por buenos. Es como si vieramos la punta de la pirámide, pero desconocemos cuanta pirámide hay enterrada en la arena que la rodea. Y si hacemos caso a uno de los mayores expertos mundiales en virus, el español Adolfo García-Sastre, investigador del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, debemos pensar que los infectados son de cinco a diez veces más de los contabilizados, lo que reduce aún más la letalidad del bicho.
Aunque todo apunta a que nos acercamos al punto e inflexión de la pandemia, quedan aún muchos días de dolor, de sube y baja, hasta que todo se estabilice y empiece el descenso de las cifras. Tenemos que actuar, pero no se puede lograr nada sin esperanza ni confianza. Tengamos ambas cosa.
¿DE DONDE VIENE EL BICHO?
Los chinos, el fin de año pasado, detectan una neumonía de origen desconocido en el mercado de Wuhan (Hubei) e informan a la OMS. 5 días después hay 44 casos, pero la OMS no recomienda no viajar, sino que en caso de síntomas respiratorios en los viajeros, estos busquen atención médica. Del 9 al 16 de enero ocurren las primeras muertes. El 20 de enero se confirma la transmisión entre humanos y el 23 se cierra toda la provincia de Hubei. El gobierno chino admite que el paciente número 1, es un hombre de 55 años, que se infectó el 19 de noviembre en la provincia de Hubei. Que el 20 de diciembre, había 60 casos con los síntomas cardinales. El virus estuvo circulando un mes libre, nadie se dio cuenta, pero el virus no tenía la misma capacidad de transmisión que tiene hoy.
El virus, desde 19 de noviembre de 2019 hasta el 23 de enero de 2020, en que se cierra Hubei, tuvo casi dos meses para expandirse fuera la zona de inicio. El día 30 de enero de 2020 Italia registra su primer caso importado, dos turistas chinos a los que confinan en Roma pero habían pasado por Milán, Verona y Parma. El 31 de enero, Italia declara el Estado de emergencia. El primer caso en España es un turista alemán que llega el 31 de enero de 2020 a La Gomera. El segundo caso en España, un turista británico en Palma de Mallorca, el 10 de febrero. El 12 de febrero se cancela el Mobile World de Barcelona. Los programas del corazón hablan de exageraciones y una barbaridad lo de cerrar Italia y suspender el Mobile.
El 24 de febrero, un médico y su mujer, que van de vacaciones a Tenerife procedentes de Italia, dan positivo. Se aísla todo el hotel con 700 personas. El 25 se registran tres casos en la península, todos en viajeros que llegan de Italia. El 26 de febrero primer caso en Sevilla sin que el paciente hubiera salido de España, estaba con síntomas desde el día 12 de febrero. El 19 de febrero el Valencia CF juega en Milán con el Atalanta, equipo de Bergamo, al que acompañan 40.000 aficionados, que se juntan con los aficionados del Valencia (unos 300). El 26 de febrero se descubre que un hombre murió en Valencia el día 13 de febrero por el bicho, pero venía de Nepal.
El 4 de marzo se cancelan los congresos, los eventos deportivos. Todo es una exageración y en Madrid el Ayuntamiento anuncia la construcción de una noria gigante, muy preocupado por el problema del bicho. El 9 de marzo son ya 999 casos los registrados en España. Se cancelan clases en Madrid, Vitoria y en parte de La Rioja (Labastida). El día 10 de marzo se aplazan las Fallas; se suspenden los vuelos Italia-España, se prohíben reuniones de más de mil asistentes., se cierra el Congreso de los Diputados por el positivo de Ortega Smith, turista feliz en Italia. Luego se confina Igualada, se cierran todos los colegios, y se suspende la Liga de fútbol. El viernes 13 de marzo se declara el estado de alarma y 14 se suspende la Semana Santa sevillana. Desde el paciente sevillano hasta el estado de alarma, solo 16 días.
¿IMPREVISIÓN ESPAÑOLA? ¿FALTA DE MEDIDAS?
Se habla de imprevisión en España por lo que estaba pasando en China, y de falta de medidas. Como han visto en la sucesión de hechos, ambos Gobiernos, tanto el italiano como el español, tomaron medidas, vistas desde hoy, tanto acertadas como desacertadas. Eso sí contra viento y marea, el poder económico exigía que ante todo había que mantener la actividad económica, luego dijo que había que paralizarla, y cuando se el gobierno decide que la paraliza, vemos como la gran patronal protesta. Lo fácil es señalar como el gran culpable al Gobierno por permitir el 8 marzo las manifestaciones. Hasta yo creo que fue innecesario. Pero quienes solo ven ahí el origen del problema, se olvidan de la defensa del poder económico del mantenimiento de la actividad empresarial contra viento y marea.
Mantener las manifestaciones, misas, partidos de fútbol, y todos los eventos multitudinarios fue un error. Mantener la actividad económica no esencial, otro mayor aún. Al gobierno español, se le puede acusar de que debió de tomar medidas contundentes antes, pero igual que eso es cierto, no lo es menos cierto que ha sido el gobierno europeo en tomar las medidas más contundentes, según se iba siendo consciente del problema, y decretar el estado de alarma en 16 días desde la aparición del primer contagio de alguien que no había viajado.
Cuando hace tres días el ministro holandés de finanzas, acusaba a Italia y España, de no prevenir la catástrofe, se callaba que su país tiene muchos pacientes en hospitales belgas, y que centro Europa fue la gran beneficiada de una crisis que machacó a los países del sur y les obligó a recortes económicos que se cenaron en el sector sanitario. Ahora a este listo, le han gecho una pirula los chinos con una partida de mascarillas, parecida a la que a nosotros nos han hecho con los test rapidos.Decir que sus declaraciones eran repugnantes, como le dijo el primer ministro portugués es quedarse corto. Porque no es cierto. Lo que no es ni discutible, es que la economía de mercado ha transformado el mundo en un zoco regido por la ley del mejor postor.
LOS DATOS
Pero como nos gusta mirarnos el ombligo, nos centramos en los datos de nuestro país para atizarle al ministerio, que no lo ha hecho perfecto, pero mucho mejor que definir el problema como unos simples hilillos de plastilina. No está de más saber, que en el mundo son más de 750.000 los contagiados, más de 36.000 los muertos y casi 160.000 dados de alta. Es un problema global aunque se quiera conducir con las luces cortas.
Tremendo lo de los titulares de prensa. Ya no vale lo de imprevisión, porque tendrían que acusar de ello a 175 países y en un mes a todos. Ahora lo que vale es hablar de la mala gestión. Nadie quiere recordar los recortes al sector sanitario de hace unos años, y solo se habla,y es lógico, de las carencias reales que soportamos, primero los sanitarios, y después todos y cada uno de los españoles. Los árboles impiden ver el bosque. Eso sí, más la sufren los pobres atendidos por la sanidad pública, que los atendidos en la privada, donde parece que el colapso no existe.
Un vistazo a los titulares de la prensa: Sanidad estudia trasladar pacientes entre comunidades; el ministerio intenta evitar el colapso de las UCIs en las regiones más afectadas; el virus desborda las UCI de 8 CCAA; El doctor F. Simón positivo por coronavirus; sanitarios y sindicatos denuncian “el desastre” del gran hospital de campaña de IFEMA; cada país cuenta los muertos a su manera y ninguno lo hace bien. Lo cierto es que estos titulares ayudan poco a transmitir la esperanza y la frialdad, que una situación como la que vivimos necesita.
Ya son 7.340 fallecidos a causa del bicho en nuestro país. En las últimas 24 horas han muerto 812 personas, 26 menos que ayer. Sin embargo, van cinco días consecutivos, en los que el porcentaje de incremento de fallecidos se ha frenado y hasta reducido. Del 15 al 25 de marzo, el incremento de casos medio era de un 20% y desde ese día a los datos de hoy, es de un 12%.
Relacionado con ese dato, está la tendencia decreciente en el porcentaje de casos confirmados (6.398 aunque la suma total alcance 85.195) y de los ingresos en las UCI (desde ayer 324 más (6,6%) lo que eleva a 5.231 los pacientes ingresados en ellas. Este dato es alentador, pero no podemos fiarnos de que eso signifique que ya estamos alcanzando la estabilidad.
La otra buena noticia es que desde ayer, han sido dados de alta 2.071 pacientes (14,08% más), y ya son 16.780 personas las que han superado la infección. Me hubiese gustado que esos datos los hubiese dado Fernando Simón, que lleva a pecho descubierto soportando palos todos los días, y el día que puede sonreír algo, aunque sea poco, el virus se lo impide.
Más de 85.000 contagiados. Esa cifra tiene relación con los famosos test, en donde el número de los realizados en cada país es muy diferente y si Corea ha realizado 3.400 test por millón de habitantes, Italia o Suiza han hecho entre 500 y 600. El gran EEUU había realizado 2 por millón, pero ha dejado de decir cuántos está haciendo ahora, y así evita la crítica. Pero la cifra de contagios o de muertes, no es real. Ningún país está midiendo el problema con la misma vara de medir. No son comparables los datos de uno con los de otro. Cuando damos los cifras de España y de la mayoría de países sobre contagiados, es importante entender que hablamos de casos confirmados. Es decir, estamos midiendo dos fenómenos al mismo tiempo: el aumento real de infectados y la capacidad de detectarlos. Señalo esto, porque no hay consenso en ningún país sobre su número de infectados y eso impide poder dimensionar el problema.
Muchos analistas afirman que los casos no detectados en cada país, podrían alcanzar el 50% lo que llevaría la letalidad del virus al 1% y no estaría en los datos escandalosos que parecen darse por buenos. Es como si vieramos la punta de la pirámide, pero desconocemos cuanta pirámide hay enterrada en la arena que la rodea. Y si hacemos caso a uno de los mayores expertos mundiales en virus, el español Adolfo García-Sastre, investigador del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, debemos pensar que los infectados son de cinco a diez veces más de los contabilizados, lo que reduce aún más la letalidad del bicho.
Aunque todo apunta a que nos acercamos al punto e inflexión de la pandemia, quedan aún muchos días de dolor, de sube y baja, hasta que todo se estabilice y empiece el descenso de las cifras. Tenemos que actuar, pero no se puede lograr nada sin esperanza ni confianza. Tengamos ambas cosa.
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