CON LA DE MOTIVOS QUE TENEMOS PARA ESTAR ORGULLOSOS
Los españoles nos queremos mucho. Tanto que hasta nos envolvemos en banderas. Pero nos valoramos poco.
Todos admirados de que en China, se construya un hospital en diez días. En IFEMA se construye un hospital de 5000 camas en tres, pero eso es porque no fuimos previsores. La noticia importante, no es esa, es que Díaz Ayuso brama y se lanza contra Sánchez, con la intención de presentar al Gobierno madrileño como una víctima de las decisiones del malvado Sánchez, culpable de todo.
Porque por si ustedes no se han dado cuenta, todo lo que está ocurriendo en Madrid, se debe a que su Gobierno es víctima de las decisiones de los socio comunistas. Ella todo lo hace bien, y la Cifu y la Espe son más que inocentes, incluso unas victimas. Y entre el ruido y el humo, nadie se acuerda de aplaudir y elogiar a nuestros soldados, que sobre sus espaldas y en tres días, pusieron un hospital en funcionamiento y hasta con una UVI. Mejor es distraer al publico, en lo difícil que le están haciendo que pueda aterrizar su avión de mascarillas.
Pero da igual a la Comunidad que mires. En todas, la culpa es de los demás. Ellos son las víctimas. Y por si eso no fuese evidente, basta con verles en los programas de amarillismo, hoy ya convertidos en informativos de súper expertos en medicina (aunque se desmayen al ver sangre) y de expertos en gestionar estados, pero incapaces de gobernar su propia casa y hasta a ellos mismos.
Y si te falta algo, también puedes oír y ver los informativos y pasarte cuarenta minutos escuchando desgracias, catástrofes, viendo a sus sesudos presentadores contar las muertes por el virus, sin pararse a pesar, que aquí las muertes nos llegan con retraso, y que los datos de hoy no tienen nada que ver con lo que estamos haciendo ahora, sino con lo que hace dos semanas no hicimos.
Pero el remate lo encuentras en las redes sociales. Nadie podía imaginar, que en España tuviésemos tanto gran estadista, tanto genio de la epidemiologia, tanto dirigente autonómico conocedor de sus datos regionales pero sin datos globales, tantos y tantos derrochando vocación de genio o de profeta. Que hay gente que se salta las medidas, seguro, pero que cada día se cumplen más, también. Algunos piden cerrar todo, cuando el 85% de la actividad el país ya está paralizada. Pero no se preocupan de que en esas fábricas, esos campos, o esas empresas que están funcionando se cumplan a rajatabla las medidas adoptadas por el Estado. A ellos, se la trae al pairo que se cumplan, esas medidas solo invaden sus competencias, y solo son adecuadas las que han pensado ellos.
Les oyes pidiendo mascarillas y batas, que es cierto que hacen falta, pero no les ves ordenando hacerlas o poniéndose a hacerlas. No, los empresarios no cierran de motu propio para que todo mejore, ellos solo pueden hacerlo si lo ordena Sánchez, pero si no lo ordena, es que no lo hace bien y se equivoca. No hay suficientes trajes de protección, pero tampoco se preocupan de recoger los trajes de fumigación que usan sus agricultores para proteger a sus sanitarios, porque les resulta más noticiable, una enfermera de su hospital desesperada por tener que forrarse con una bolsa de basura para no infectarse, con toda la razón del mundo.
Y escucharles, solo puede deberse a que los españoles nos queremos poco. Decimos como se debe hacer eso, pero no lo hacemos. Pero lo peor es cuando esas palabras llegan a ofender, porque ofenden por indocumentadas. Muchos son capaces de verbalizar sus magnificas propuestas, y explicar esas sus medidas tan absolutamente efectivas contra la pandemia, si, esas que no se les han ocurrido a ningún otro ciudadano de ningún otro país de los más de 150 del mundo ya afectados. Esa genialidad solo se le ha podido ocurrir a él. Y naturalmente, su saber implica que Fernando Simón es un inútil, y que no sabe lo que lleva entre manos. Y esas gentes no sólo son falaces, también ofenden. En fin, para que seguir.
Qué fácil es todo en Facebook o Twiter. Qué fácil es gobernar on line. Todos somos grandes pensadores.
Pero que duro es ver a tus amigos enfermar y asustarse. Que duro es ver a tus compañeros de trabajo atender a alguien y enfermar, pensando cuando te tocará a ti. Que duro es llegar a tu casa y tener que permanecer alejado de tu compañera, cuando lo que más necesitas es acercarte a ella y besarla.
Mañana, cuando pueda, os contaré como llega el virus, que hace nuestro cuerpo, y alguna cosilla más que seguro surge de ahora hasta que me siente a escribir.
Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario