domingo, 21 de octubre de 2018

LA CREDIBILIDAD DE CASADO


La situación de Casado es cada vez más insostenible, según van pasando las horas desde que Sánchez hizo accesible a todos, curiosos e inquisidores incluidos, su tesis doctoral. Del máster de Casado, olvida al parecer, donde lo obtuvo, nada más y nada menos que en el Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos, el mismo instituto en que lo cursaron Cifuentes y Montón. Por lo menos debería valorar antes de hacer una defensa bizantina de como lo obtuvo, que lo hizo en una entidad bajo sospecha de fraude en su funcionamiento; de haber urdido una trama para convertirse en un supermercado de regalos de másteres a alumnos escogidos; de presentar presuntas irregularidades en sus cuentas bancarias; de haber realizado un borrado masivo de correos, y de una serie de etceteras que deberían aborchornar a cualquiera que sea cargo público. Sin embargo, y a pesar de todo lo anterior, Casado y su circulo de acólitos, siguen cerrados en banda sin querer admitirlo, y continúan elevando a los altares de la honestidad a su lider.

Por mucho que traten de hacernos lo negro blanco, Casado nunca ha enseñado sus trabajos, y por lo tanto, en ningún momento ha demostrado que las sospechas que recaen sobre su decencia, y sobre su afirmación de que ha realizado realmente el máster, sean falsas.

Señores del PP, no se empeñen en sostener lo insostenible, ni en evitar lo inevitable, que solo prolongarán la agonía. Y es que lo de Casado no es diferente a lo de sus predecesoras en dimitir por la existencia de irregularidades. En lo único que hay diferencias es en que Cifuentes y Montón ya han asumido su responsabilidad política, y Casado se enroca para no hacerlo. Ya puede repetir una y mil veces el campeón del mundo de lanzamiento de huesos de aceituna, ahora secretario general de los populares, que Casado ya ha dado todas las explicaciones que tenía que dar, porque el debería ser el primero en saber que, de momento, Casado no ha hecho públicas las pruebas que acabarían con todas las especulaciones al respecto.

Parecen no entender en Génova 13, que el problema no es si el Máster es un regalo o lo obtuvo ilícitamente, sino que quien miente reiteradamente en un asunto personal, no es el más indicado para confiar en el en la defensa de lo público y presidir un país. Si nos miente en lo nimio ¿en qué no será capaz de mentir si le aprieta el zapato, o que pueden creer los ciudadanos de las promesas electorales que realice? No importa ya si ha hecho o no el TFM, o si tiene derecho o no a un Máster, su problema ya es que no tiene credibilidad.

Buen domingo.

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