Todos los medios llevan hoy a sus portadas la encuesta del
CIS, y ofrece cada uno interpretaciones para todos los gustos. Los datos dicen
que PP, Podemos y PSOE, por ese orden, obtienen los mayores porcentajes de
intención de voto directo, en base a la estimación de voto de la encuesta. Las
encuestas dan siempre el resultado que quiere quien las paga y organiza, y
en esta como en otras, hay mucha cocina de resultados finales.
Publicar una encuesta a meses de la celebración de las
elecciones sobre las que se pregunta, siempre permite apoyar la
estrategia de la parte interesada en su elaboración. Antes de las
urnas, no hay miedo a errar porque queda tiempo para afinar, y sin
embargo si permite lanzar mensajes subliminales una vez cocinados
adecuadamente los datos obtenidos. A modo de supuestos, se puede pensar que
esta de hoy intenta provocar miedo en el PSOE hacia la escalda de Podemos, lo
que provocaría un acercamiento entre los dos grandes partidos, y eso
interesaría al PP; o también deducir que ver un crecimiento de Podemos,
estimulará al votante de derechas hoy indeciso a ir a votar, al amedrentarlo; o
si el PP dice que el PSOE es bueno frente a los demonios de Podemos, logra
desgastar el voto de izquierdas del PSOE. Lo mejor parece no hacer mucho caso,
y verlas venir que hay tiempo aún.
En la encuesta llama mucho la atención un dato, y es
que por un votante que apoya al PP, la encuesta le añade otro votante y
medio para obtener el resultado final de intención de voto. Debe ser porque
los votantes del PP, según el CIS, están avergonzados de serlo y ocultan su
voto, y aparecerán el día de las votaciones como corderos al redil. Que pese
al cabreo de la calle, uno de cada cuatro votantes siga apoyando al PP, indica
que en la derecha española la corrupción no espanta el voto, solo hace que
no se explicite públicamente. Todo está dentro de la normalidad, porque sus
votantes son mucho más fieles que los de cualquier partido de izquierda.
Pero si se admite que existe un voto oculto del PP, hay
que admitirlo también para el PSOE, porque el sondeo se hace después de
conocerse la reunión de Zapatero, Bono e Iglesias, muchos votantes
socialistas votaran PSOE, pero se avergüenzan de algunas actuaciones de sus
dirigentes. Lo mismo ocurriría si se realiza el sondeo después del
pacto antiterrorista de ayer.
La diferencia entre la izquierda y la derecha, es que la
fidelidad de voto en la izquierda es menor, y error a error, y gota a gota,
el vaso puede desbordarse y la fidelidad se pierde. La historia de la izquierda
española, siempre fue así, porque el enemigo de los partidos de izquierda no
es la derecha, sino la propia izquierda, mientras que la derecha, hoy
representada por el PP, se dedica a frotarse las manos ante la disputa
fratricida.
Curiosamente, y según la encuesta, el voto de izquierda
decidido es de más del cincuenta por ciento, frente al veintisiete de la
derecha y al algo más del seis de los partidos de centro. Esto hace pensar
que un gobierno de la izquierda solo depende de la capacidad de dialogo de
sus líderes, pero sobre todo de su capacidad por dejar de ser ególatras.
Pero aparte de los que figuran en los titulares, hay una
serie de datos que no deben pasar desapercibidos, y quizás el más importante
es que aún hay un veintiuno por ciento de votantes que no ha decidido a quién
votará. Eso en una encuesta con el margen de error de está hace que
hablemos de entre cuatro o cinco puntos en el aire.
Y hay más datos interesantes en la encuesta, que en
los titulares no se citan, pero que ayudan a conocer cuál es el sentir
general de la población, y que difieren del resultado final del sondeo
fruto de la cocina del CIS. Por ejemplo ocho de cada diez
españoles no creen que haya mejorado la situación económica, ni que
haya recuperación, ni que nuestra economía esté mejor que antes del PP, y creen
que 2014 ha sido un mal año pese a lo que dice el gobierno. Seis
de cada diez piensan que dentro de un año las cosas estarán iguales o peor.
Pero el dato que más llama la atención, es que casi un ochenta y seis por
ciento de españoles se fía poco o nada de Rajoy. La pregunta es ¿y aun así
votarían al PP con Rajoy de candidato?
Todos estos datos, como si de los mandamientos se tratasen,
se pueden resumir en dos: uno, que no hay quien se crea que el PP conserva
la intención de votos que dice el sondeo; y dos, que el PSOE está
perdiendo su gran oportunidad para dar un giro de timón y volver a hacer
políticas verdaderamente de izquierdas.
La política enseña, que un error no se convierte en acierto
porque todo el mundo crea en él. Al final siempre es el tiempo el que quita o
da razones, pero ya sabemos que el que espera, desespera.
Solo sirve para generar tension y desgaste entre los propios de la encuesta. Evitan a los minoritarios y se equivocan. La presencia de ciudadanos, tras la caida del imperio rosa y hoy de IU, nos cogera por sorpresa cuanto mas los obviemos
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