Comienzan
a darse los primeros pasos para la Conferencia política del PSOE, de la que
debe salir un nuevo proyecto de estado y de partido. El segundo bloque de la
misma, se titula "Crecimiento, modelo productivo y empleo". No se
si no sería mejor titularlo "crecimiento o decrecimiento, modelo
productivo y empleo", porque hablar solo de crecimiento presupone
excluir ya de principio, las nueva teoría del decrecimiento planteada por el
economista francés Serge Latouche.
Esta
nueva visión cada vez con mayor número de partidarios entre los pensadores de
izquierdas, y que ha tenido un gran impulso en estos momentos de crisis sistémica
mundial, obedece básicamente a dos máximas: que "El hombre puede
encontrar la felicidad sólo si sabe limitar sus necesidades" y una
segunda "Hay que trabajar menos para trabajar todos y para vivir
mejor". Ambas recogen el gran objetivo de los seres humanos que no
debería ser otro que alcanzar la felicidad, en lugar de acabar siendo el más
rico del cementerio, como dicen en mi pueblo.
También
sobre los otros dos apartados de modelo productivo y empleo, Latouche plantea
algunas alternativas para combatir el desempleo. Lo hace en base a tres
pilares: la relocalización del trabajo, la reconversión del modelo productivo
actual, y la reducción del tiempo de trabajo. Si la deslocalización ha
servido para la explotación de la mano de obra en países con condiciones
laborales hiper precarias, el primer pilar parecería aceptable. En un país como
España donde el medio rural ocupa el 80% del territorio, aunque lo habite menos
del 20% de la población, la reconversión urgente para desarrollar una
agricultura ecológica, suprimir las importaciones y trabajar la tierra para
obtener productos frescos, autóctonos y de temporada, y a la vez crear un gran
número de puestos de trabajo, tampoco parece algo descabellado, y mas si en
paralelo son objeto de reconversión las fuentes de energía fósil y nuclear. En
el ultimo pilar de este planteamiento contra el desempleo estaría la reducción
del tiempo de trabajo, ya citada por otros autores como solución al desempleo,
y similar a la experiencia francesa de tiempos del socialista Jospin. A este modelo lo
llama eco socialismo.
Pero
en cualquier caso el desempleo como parte o consecuencia del modelo económico
actual, requiere también, que dentro de esta teoría del decrecimiento se
realicen algunos planteamientos al respecto. Latouche plantea una economía
europea basada en la salida del euro lo que permitiría a cada país poder
devaluar su propia moneda, aunque no aboga por su desaparición sino el uso
del euro como moneda de intercambio entre países europeos. Considerando que la
inflación es buena para la mayoría de la gente, menos para los rentistas y los
banqueros, y combatirla como gran objetivo sería propio de estos, pero no
puede ser también el objetivo de la izquierda. También sobre la deuda
soberana de los países propone pagar solo la parte legítima y no pagar la
otra, que considera el resultado de unos gastos financieros que se han ido
acumulando injustamente.
No
debería extrañarnos que estas puedan ser aportaciones que se realicen en
este bloque de la conferencia, puesto que es obvio que estamos en un
planeta de recursos finitos, en una sociedad donde los mercados y el capital
dirigen los países y el destino de sus ciudadanos, y en un sistema político
donde los derechos ciudadanos han pasado a un segundo plano dando prioridad al
objetivo del beneficio económico. Cosa diferente es si esto puede ser
admisible ya en ese foro o es pronto para quienes promueven la conferencia,
aunque creo que deberíamos hacerlo si queremos convertirnos en una izquierda
capaz de ilusionar hoy a una ciudadanía, que solo puede ilusionarse con una
propuesta contraria al actual sistema. Al menos así lo indican las proclamas de
los diferentes movimientos ciudadanos surgidos frente a esta crisis.
El
modelo consumista actual resulta cada vez más difícil de defender. Estamos acabando con los recursos
naturales del planeta mientras adoctrinamos a los ciudadanos creándoles la
necesidad de consumir. Si esto ha sido la constante en el progreso europeo
o norteamericano, su aplicación en los países emergentes en pleno bum demográfico,
augura un aceleramiento hacia la escasez de recursos, lo que a todas luces debería
causarnos miedo.
Las
aportaciones de la revolución francesa a la humanidad poniendo en valor la
libertad, la igualdad y la fraternidad, han sido las banderas y símbolos del
socialismo moderno, y su utilidad histórica es innegable. Los cambios
sufridos en el socialismo actual, obligado a coexistir inmerso en un sistema
capitalista, han acabado por convertirle en la cara amable de ese capitalismo,
cuando no en muchos casos, en parte del capitalismo.
Tal
vez esta Conferencia sea una buena oportunidad, para que los socialistas nos
cuestionemos si no ha llegado la hora de plantear desde la izquierda otra forma
de habitar el planeta tierra del que todos somos tripulantes y no meros
pasajeros. Puede que estas propuestas aunque se planteen, queden en el
olvido y derrotadas en cualquier votación de comisión o plenario. Pero también
puede si no las hacemos que nos equivoquemos y tenga que ser la realidad la que
nos muestre nuestro error no a mucho tardar. No podemos permitirnos el error
porque hablamos de subsistir, como planeta y como izquierda.
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