Si puedes, mira el vídeo de la intervención de Ayuso hoy, porque no tiene desperdicio. Se muestra como lo que es, una barriobajera de barrio alto. Desprecia el cargo de desempeña, con su absoluta incapacidad para el debate intelectual, con su total falta de escrúpulos. Líderesa de un sector en el PP formado por gentuza de la peor calaña, para el que el fin justifica cualquier medio, ético o no, legal o no. No les importa si para alcanzarlo hay que laminar la democracia. Un ejército de palmeros sustentado por otro ejército mediático aún mayor, bien regado de subvenciones, y dispuesto a blanquear a sinvergüenzas y degenerados que revolotean a su alrededor.
No es necesario mostrarse como una verdulera para defender al novio (vendedoras de verduras no llegan a tanto). Mostrando que carece de vergüenza y que posee un léxico impropio de quien desempeña el cargo de presidenta de la Comunidad de Madrid. Habla convencida de que defraudar a Hacienda es una práctica legal y no un delito fiscal. Una intervención de una inculta, con toda clase de insultos, puede que hasta infamias, solo propios de una descerebrada. No es libertad de expresión lo suyo, es ruindad, es perder los papeles, es actuar como una niñata que campa por sus respetos.
No razona, no respeta la gramática, no argumenta, no se sabe lo que dice, no declama, no canta, solo vocea. No sabe elaborar un pensamiento de valor, solo cuando lee mantiene algo la coherencia. El insulto como argumento. Zafia, vulgar, presuntuosa, maleducada, insolente y deslenguada. Por mucho que grite, no va a cambiar el hecho de que vive con un defraudador confeso y en un piso pagado con la corrupción. Todo un puro esperpento. La política real le importa un bledo. Ayuso no hace política, hace su guerra.
Fue esta señora la que puso su mano en el fuego por la inocencia de su amado, que era perseguido, que todos mentían menos su novio, pero el novio ha admitido que mintió y le han caído ocho meses de cárcel y medio millón de euros de multa. Dicho esto, si tanto les exige a los demás, ella es la que debería plantearse dimitir ya. No lo hará porque sigue tras su objetivo de aniquilación del enemigo y de cualquier aliado de este. Su máxima "si no estás conmigo eres mi enemigo". Busca extender el miedo entre la gente a ser perseguido por ella y los suyos.
Con el beneplácito de su partido, porque Feijoo está en segundo curso de calzonazos y ni pincha ni corta, Ayuso maneja el cortijo a su antojo. Que no te engañen, que está claro quién es el delincuente, quien el matón, quien la encubridora, quienes los palmeros. Han convertido Madrid, es un nido de crispación, el reino de unos matones amenazantes, con su borrachín y todo.
Por supuesto que el Fiscal general no debe dimitir. Hasta que no se limpie la cloaca de la TOGA NOSTRA, no tendremos verdadera democracia.
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