Pueden pedirte el cielo. Hasta puedes concederlo. Pero no puedes escriturarlo a nombre de nadie. Está es la situación que pretende Junts conseguir, la escritura.
Los de Puigdemont exigen una propuesta de despenalización de las causas contra el process, y que esta se plasme en una iniciativa legislativa tramitada ante el Parlamento antes de que ellos voten a favor de la investidura de Sánchez. Un gobierno en funciones no puede presentar proyectos de ley, sino que sería una proposición de ley, lo que políticamente tendría un coste político para la coalición no asumible, y además puede encontrarse con un Poder Judicial que no estaría precisamente por la labor de admitirlo, y en el PP ya deben tener preparado el recurso contra su tramitación conociendo su vinculación con el actual CGPJ.
Se puede compartir el fondo de un asunto, pero hay que cuidar también las formas, aunque sepamos que, en la mayoría de los casos, las formas se interpretarán según interese, y en muchas ocasiones no se resuelva el fondo de los asuntos por un defecto en la forma que permita interpretaciones.
La situación pro PP del poder judicial va a condicionar las negociaciones de la investidura de Sánchez, no porque pueda proponer asumir ilegalidades, sino porque siempre estarán sujetas a la interpretación de un poder judicial, que más que amnistiar a los encausados por el process, debería amnistiar al conjunto de los españoles que nos encontramos ante la dicotomía de si se cumple la ley o se hace justicia que no es lo mismo. Dar pie a que por la formula adoptada puedan intervenir los jueces, haría que el fondo ni siquiera tuviera que analizarse. Hoy esa petición nos coloca en que se pide lo imposible todo saltará por los aires.
Personalmente creo que el estado de las Autonomías necesita ser reformado y eso permitiría un mejor encaje de todo con un modelo federal, pero hecho de menos en las peticiones de Junts asuntos tan importantes como las desigualdades, la precariedad o la vulnerabilidad, cuestiones que importan más a los ciudadanos en su conjunto. Centrar todo a los intereses particulares de una parte me parece un error porque la hace más inasumible.
Aunque al final dará igual qué asuntos se incluyan o cuáles no, porque cualquier decisión que se adopte para llegar a un acuerdo que permita la investidura, acabará provocando unas consecuencias difícilmente evaluables hoy.
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