No tenemos empresa pública de energía. Carecemos de banca pública. Lo mismo podríamos decir de los transportes. También de la gestión del agua. Y ahora tampoco tendremos públicas las comunicaciones.
Estamos renunciando a nuestra soberanía ¿dónde están esos patriotas a los que tanto les importa España? Calladitos. Son los mismos que llevan cuarenta años vendiendo el patrimonio público a trocitos. Nadie se acuerda, al parecer, de cuando llegó una pandemia y hubo que buscar las mascarillas y los EPIs fuera del país porque habíamos vendido a empresas extranjeras muestras industrias productoras. Nunca aprendemos el conjunto, porque ya se las saben todas unos pocos.
A cambio tenemos servicios de media calidad, empeorando cada día, y además caros en relación calidad-precio. Estamos debilitando el Estado, pero no debe importar. Lo importante es el independentismo en Catalunya, pero no debe preocuparnos que los servicios básicos estén en manos de gente a la que los derechos humanos les importan un pepino, porque solo les interesa que sus bolsillos estén bien repletos.
Nadie moverá un dedo contra la operación de Arabia Saudí con Telefónica. Igual les preocupa mas, que si alguien levanta la voz se pongan en riesgo los contratos de armamento con Arabia Saudí, esos que acaban siendo utilizados en Yemen.
Solo podemos asegurar una cosa: El emérito sí que sabe
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