Parece que hay quienes mueven
sus hilos en un intento por evitar la celebración de primarias en Castilla La
Mancha. Para ello utilizan argumentos como que con celebrarlas se debilita al
presidente regional o que así se fortalece a doña finiquitos y los suyos.
No puedo compartir esa
lectura de parte interesada. No se está cuestionando la labor del presidente al
presentar candidatura alternativa a la SG de la región, sino apostando por un
modelo que permita al presidente dedicarle todo su tiempo a gobernar una región
que lo necesita, y que sea otro u otra socialista quien se dedique a la gestión
orgánica. Da la sensación, de que hay quienes desconfían de que hay gente
valida en este partido, capacitada para poder ejercer esa labor, en lugar de
concentrar el poder en una sola persona.
No sé por qué a algunos le
suena la bicefalia a cuerno quemado, cuando la hemos tenido en varias ocasiones
en Castilla La Mancha ejerciendo el gobierno y estando dentro de esos gobiernos
algunos que ahora ven en esa doble función, las plagas de Egipto.
Quienes así argumentan, deben
pensar que Jose Luis Blanco se presenta para ocupar un par de sillones inútiles
en la Ejecutiva. Se equivocan, porque su objetivo, repetido por activa y por
pasiva, es trabajar para regenerar el partido, y eso (se quiera asumir o no)
siempre empieza por poner las urnas para que la militancia tenga la posibilidad
de optar y elegir al secretario general que desee. Eso sí, de ser posible con
ambos candidatos en igualdad de condiciones, sino no es regeneración sino algo
más turbio.
Si realmente desean la
integración que pregonan, tienen la oportunidad de apostar por ella. Pueden
hacerlo pactando, no para que se eviten las primarias, sino comprometiéndose públicamente
desde ya, a que la próxima ejecutiva regional representará la realidad del
partido, y eso se consigue pactando que tras la celebración de primarias, del
congreso regional salga una ejecutiva cuya composición sea proporcional al
resultado de esas primarias, en lugar de que sea monocolor como se ha hecho en
ocasiones en las que se aplicó la máxima de someter al vencido.
Si nos llenamos la boca de
democracia, dejemos que la ejerzan los y las militantes, que están capacitados
para decidir qué es lo mejor para SU partido sin necesidad de ser tutelados por
nadie. Las primarias siempre son aire fresco, frente a una unidad que se
confunde con uniformidad y se acaba traduciendo en "Aquí se hace lo que yo
diga"
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