Díaz y Fernández Vara han
sido quienes, pese a ser parte activa de los movimientos del 1 de octubre, han
podido resistir en las SG de Andalucía y Extremadura. Diaz lo ha hecho sin
primarias, al no tener candidato alternativo con suficientes avales. Page y
Lambán, también contrarios a Sánchez, si tendrán que afrontar primarias y
podrían correr distinta suerte que Díaz. El presidente asturiano, que se ha
mostrado coherente al no presentarse a la reelección como SG, daba la sensación
de que solo era un figurante a las órdenes de Page y de Susana, personajes que
en esos momentos clave, antepusieron planteamientos personales a la que se ha
demostrado posición mayoritaria de los militantes.
Es inevitable que en las
comunidades donde se afrontan primarias, exista la sensación de división
interna. De un lado, quienes confían en los nuevos conversos que ahora prometen
lealtad al SG federal, y del otro, militantes que perciben estas declaraciones,
solo como nuevas maniobras para perpetuarse en el poder como núcleo dirigente.
Pero cuando hay primarias nadie puede asegurar que ocurrirá al abrir las urnas
y realizar el recuento que refleja la voluntad de la militancia.
En Castilla La Mancha, se
vive la incógnita, de si cambiará lo indicado por los avales al ser los votos
secretos, o se repetirán la tendencia marcada por los avales publicados,
algunos testados con lupa por los que no desean dejar el poder y es que si se
realiza un análisis de los resultados en avales regionales, y los comparamos
con los avales obtenidos por Sánchez en esta región durante las primarias
federales, se puede concluir que no está tan inclinada la balanza a un lado
como aparentemente reflejan los avales.
La suerte no está echada. Las
primarias federales registraron en votos 36% para Sánchez y 43% para Díaz y una
Abstención del 21%. En las primarias regionales, los avales de Page fueron del
76% y para Blanco del 24%, pero con una abstención del 31%. En datos absolutos,
Page ha obtenido unos 1400 avales más que Susana Díaz en CLM. Otro dato a tener
muy en cuenta es la abstención, que se ha incrementado en un 10 por ciento en
las primarias regionales respecto a las federales.
Con esos datos, se puede
afirmar que aparentemente Page es favorito, como lo era Díaz. Pero si se
produce el mismo porcentaje de crecimiento de votos para Blanco respecto a los
avales, que entonces se produjo para Sánchez, y se moviliza el 30 % de
abstención que ha habido, puede cambiar el resultado, como lo hizo con Sánchez
respecto a Díaz, a la que se daba por ganadora sin dudas. Hay quien está
convencido qué aquellos militantes que votaron a Sánchez, y ahora han dado su
aval a Page, no cambiaran su voto el 30 de septiembre. Pero quienes lo afirman
parecen olvidar, que este dato puede estar vinculado al clientelismo, que
muchos no admiten ni su existencia, pero todos sabemos que haberlo, “hailo”.
Por lo tanto, sigue habiendo partido.
En cualquier caso, la
exigencia de un numero de avales superior a lo marcado en el 39 Congreso, ha
hecho del proceso de primarias regionales algo que parece estar perfectamente
ajustado a la interpretación menos democrática de los acuerdos adoptados en ese
Congreso. Ya sabemos que el electorado antes disculpa la corrupción, que perdona
las guerras internas, y que las cunetas de nuestra democracia están plagadas de
víctimas de la división interna. Lo que es indudable es que en Andalucía no ha
existido debate interno y aquí en Castilla La Mancha pese a esa exigencia de
más avales, lo habrá.
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