lunes, 22 de febrero de 2016

NUEVO ACUERDO ENTRE RU Y EUROPA

La sensación que me produce el acuerdo entre la UE y, su por ahora miembro, el Reino Unido (RU), es que los gobernantes de la UE nos han tomado a los ciudadanos como simples mercancías. No me parece que el viaje emprendido nos lleve buen puerto, pero no culpo de ello al RU, sino al resto de países que han aceptado el chantaje de David Cameron, entre ellos el nuestro. Lo lógico hubiese sido una respuesta en la línea de ¡Váyanse y regresen cuando estén dispuestos a aceptar las normas que todos nos hemos dado! Claro que para eso deberían previamente aceptarlas los demás, y son múltiples las cuestiones en que para muchos de sus miembros las normas comunes son simple papel mojado.
Si todos los miembros de la UE tenemos derecho a ser tratados como excepciones, a la vuelta de unos años la UE será un recuerdo. El RU siempre fue muy particular (por no calificarle de desleal) dentro de la UE, desde que no aceptaron el euro y otros principios de la UE, por lo que no es de extrañar que ahora pidan suprimir las ayudas sociales a los emigrantes europeos. No sería extraño que en unos años, si continúan como miembro de la UE, no exijan el visado para trabajar allí. Para el RU los valores europeos son secundarios, y lo que exigen para permanecer es una Europa a la carta.
Lo que es incomprensible es que sea la propia UE quien permita que a ella pertenezcan varios tipos de ciudadanos: en un trono los británicos, en un sillón los alemanes, en sillas los centroeuropeos, mientras los ciudadanos del Sur debemos estar contentos con que nos permitan sentarnos en el suelo. A Rajoy eso le parece bien, puesto que lo ha aprobado, y comparte que el RU haga un referéndum sobre lo acordado. Una paradoja con su empeño en no aplicarle ese el mismo criterio al caso de Cataluña ¿Por qué un referéndum en el que votan solo los ciudadanos del RU y no todos los ciudadanos europeos? O visto de otra manera ¿Para cuándo un referéndum en Europa sobre si se debe expulsar de la UE a RU si no admite que sus ciudadanos tengan los mismos derechos y deberes que los demás europeos?
Aunque el acuerdo se haya alcanzado, la postura del RU socava los cimientos de la UE como unión social, puesto que el acuerdo cambia el principio de no discriminación laboral por razón de nacionalidad recogido ya en el Tratado de Roma, bastantes años antes de la unión monetaria. El RU no cree que estar dentro de la UE le conviene, y su percepción es que su papel se limita al de quien pone el dinero. Las cesiones realizadas al RU para buscar su permanencia, dibujan una UE que parece no saber lo que quiere ser de mayor.
El objetivo de la UE es crear un espacio común de vida en paz en el que se respeten los derechos humanos, para lo que se invierte en solidaridad y cohesión social, aunque aún no se ha logrado, si se ha avanzado en ello. Sin embargo, el déficit democrático de algunas de sus instituciones, la falta de transparencia, la irresponsabilidad de la CE y de algunos gobiernos nacionales en el abordaje de muchos conflictos comunes, o el poder mostrado por las multinacionales en la negociación del Tratado de Libre Comercio con EEUU, no parecen augurar un futuro común de prosperidad en lo social.
Si la UE no afronta los problemas comunes desde la óptica socioeconómica, y lo hace solo desde la exclusivamente económica, se convertirá solo en un espacio exclusivamente económico, que es como lo entiende la derecha británica. Si la UE es solo eso, quienes deberemos plantearnos que estamos de sobra somos los europeos de los países del sur. Si la UE quiere ser un espacio social, buen viaje lleve el RU.

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