No fue fácil la transición del
franquismo a la democracia, en la que vivimos crueles episodios postfranquistas
que hicieron peligrar ese tránsito. Pero, aún sin acciones violentas, tampoco
lo será recuperar la credibilidad de las instituciones democráticas, tras
cuatro años de Rajoy, en los que sus cimientos se han visto socavados por la
podredumbre de unos representantes públicos más preocupados por incrementar su
patrimonio personal que por trabajar en pro del bienestar de sus representados.
Ahora, como si los casos de tramas
vinculadas a su partido, no fuesen el pan nuestro de cada día, Rajoy se
permite decirle a Sánchez lo que mejor haría
diciéndoselo a sí mismo, que o forma gobierno o su carrera política habrá
finalizado. Y Rajoy no se queda ahí, nos anuncia a todos que o él gobierna o
España se hunde. Alguno de sus muchos
asesores, de entre los del grupo que sabe lo que es la política, debería
informarle de que ya es imposible que tengamos que afrontar un caos mayor al que
ha supuesto la corrupción sistémica de su partido para el conjunto de nuestro
país.
Estamos ante una nueva profecía de
Rajoy, por eso es seguro que justamente sucederá lo contrario de lo que profetiza.
Cualquiera españolito de a pie puede intuir, que si con la corrupción en la que
hemos naufragado estos años el barco no se ha hundido, pocas cosas podrían
lograrlo por muy oscuro que Rajoy nos lo pinte. Si se mira el interminable
relato de corruptos, solo se puede pensar que España debe ser muy rica, porque
con todo y todos los que la han robado, de no serlo, ya no nos quedaría España.
Pero aún nos queda, eso sí, con las mismas posibilidades de un gobierno
alternativo al PP hoy que cuando el jefe del Estado le encargó a Sánchez que
intentase formar gobierno. Se camina pero se avanza más lento de lo que la calle
desea.
Algunas cosas han cambiado en
esta semana, aunque poco, y aunque muchos de los votantes de Podemos son
antiguos votantes del PSOE, no parece que eso facilite las cosas para alcanzar
un acuerdo entre ambas formaciones. Lo que sí parece que pueda forzarlo finalmente,
son los problemas internos que empiezan a saberse de Podemos. El cambio es que
ya no es solo Sanchez el acosado por sus barones, que ahora guardan silencio,
sino que es a Iglesias a quien le toca ahora que algunos empiecen a levantarle los pies del suelo. Ahí está Compromís,
algo pasa con En Comù, y veremos si no también hay grietas con En Marea.
Si las informaciones sobre la
situación interna en Podemos son reales (siempre deben cuestionarse según su
procedencia), repetir elecciones puede ser incluso peor para la formación de
Iglesias que para el PSOE, o al menos en ese sentido podrían interpretarse las
declaraciones de Errejon en su entrevista de El País. Si es así, ya está
tardando la dirección de Podemos en abandonar
sus dogmatismos porque pueden echar por tierra un acercamiento entre ambos
partidos. Y también en el PSOE,
deben mover ficha, y su cúpula, si de verdad quiere encabezar una alianza de izquierdas, debería acallar las voces de quienes desde dentro prefieren
la abstención y facilitar un gobierno del PP con Ciudadanos. Con ese runrún
ayudan poco a Sánchez.
También ha cambiado a mí entender
algo. Hemos pasado de un Podemos en sus comienzos generaba cierta simpatía a
mucha gente, al Podemos de hoy en el que muchos ciudadanos ven en Iglesias solo
a un personaje prepotente. Algún partidario de Iglesias, comenta que eso le
ocurre porque su inteligencia es superior a lo normal, pero recuerdo que eso mismo
decían en el PP de Arias Cañete y hoy no hay quien lo trague ni en su partido. No
es bueno tentar a la suerte.
Es necesario que piensen todos
más en nosotros y menos en su ego, porque si se trunca un gobierno de
izquierdas y vuelve a gobernar el PP, no se le va a perdonar al PSOE, pero
mucho menos a Podemos. No se puede negar que el PSOE tiene que hacer que se le
perdonen actuaciones anteriores, pero tampoco puede negarse que Sánchez se está
esforzando en intentar sacar a Rajoy de la Moncloa, mientras que la sensación
que da Podemos es de estar solo esperando recoger los restos su Sanchez
naufraga.
Puede que si Iglesias sigue
empecinado en sus dogmas, el PSOE empiece a recuperar votantes. En la vida todo tiene un principio y un fin, y
en 2008 el PSOE empezó a perder votos, y en algún momento eso va a cambiar ¿y
si ha llegado ese momento?
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