No era mi opción el acuerdo
PSOE-Ciudadanos, prefería y prefiero un acuerdo por la izquierda. Peco de
optimismo, pero pese a lo ocurrido esta tarde, me resisto a perder toda
esperanza de que no se acabe alcanzando un acuerdo entre los partidos de
izquierda.
Pero dicho lo anterior, también
debo decir que muchos puntos del acuerdo PSOE -Ciudadanos pueden ser
aceptables, sin negar que otros no me gustan en absoluto. Pero de ahí a ser el
motivo para que Podemos se levante de la mesa hay un trecho importante, y si lo
han hecho, lo que si se, es que para ser negociador hace falta un fuste que
alguno de esos negociadores no debe tener. Cosa muy distinta es, si desde el
principio se tiene claro que no se quiere un acuerdo, sino buscar como
culpabilizar al otro por no decir que si a lo que tu le propones.
Antes de levantarse de la mesa,
creo que alguien debería haber planteado cuestiones como ¿Qué instituciones
democráticas vigilarán la aplicación del acuerdo? o ¿Cómo se puede revocar si
no se cumple lo firmado? Igual era oportuno sugerir que sea el Defensor del
Pueblo quien vele por su cumplimiento.
Desde el encargo a Sánchez,
incluso antes, se ha estado afirmando por Podemos que el PSOE deseaba la gran
coalición antes que acordar por la izquierda, y que la negociación con Ciudadanos
era para que luego la apoyase el PP. Si ya existía desconfianza en el PSOE
hacia Podemos, esas afirmaciones y excesos de teatralización desde el 21 D no
han ayudado a crear ese clima de confianza. Desconozco las interioridades de la
negociación, pero hay algunas cosas que son demasiado llamativas para no
cuestionarlas.
No entiendo cómo Podemos
desconfiando, hace solo unas semanas decía que si el PSOE no dejaba de hablar
con Ciudadanos no podía hablar con ellos, para hace dos días decirnos que no les
importaba que hablasen con Ciudadanos. Ayer mismo, Iglesias decía que ellos no
se iban a levantar de la mesa y que se iban a dejar la piel, hoy que se
levantan y no negocian más. Permítaseme decir que ya no pueda sorprenderse si
mañana dicen que quieren volver a negociar. Eso no es una negociación, más bien
suena a no tomarse en serio negociar principios ideológicos inamovibles.
Aunque esa no fuese su intención,
la sensación es que desde el principio para Podemos, el objetivo era repetir
elecciones, convencidos de que eso les puede favorecer, que puede que sea así,
pero de eso hoy ya no está seguro nadie. Seguramente todo les pasará factura a
todos. En cualquier caso las exigencias publicas de puestos de ministros y
vicepresidencia, o errores en su documento respecto a la independencia
judicial, o aparecer en exceso pendientes de los focos, pueden no ser tan
rentables electoralmente. Si todo eso se hubiese realizado en una mesa de
negociación, posiblemente el desgaste de toda la izquierda hubiese sido menor.
Y la de esta tarde, anunciando
que no negociaban, cuando esta mañana ya conocían el contenido del acuerdo PSOE
Ciudadanos, y esperar a decirlo a la hora fijada para la reunión, suena a
ataque de celos, y ya se sabe que es muy fácil que cuando el amor es de
conveniencia, se convierta en odio. Cuando entre dos hay exigencias y ninguneo
de uno hacia el otro, siempre acaba levantándose un muro infranqueable.
Todo apunta a que dentro de unos
meses tendremos elecciones generales, y entonces sabremos quién habrá
rentabilizado más esta tragicomedia. La pena es que la gente que lo está
pasando mal, y que podía empezar a ver la luz, va a tener que esperar unos
cuantos meses más soportando un gobierno en funciones que no ha cambiado ni un
ápice su plan de austericidio .
Demasiado protagonismo.
Demasiados dioses.
Buena radiografía
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