La propuesta que hoy ha realizado
Podemos al PSOE, tiene demasiadas aristas para un análisis rápido y a bote
pronto, sin conocer todos los elementos que giran alrededor de la misma, pero hacerlo
se antoja tentador aún a riesgo de cometer errores.
En esa propuesta, unos verán solo
una forma de Podemos para obligar al Psoe a retratarse, y así tensar la cuerda entre
su dirección y sus votantes de izquierda. Otros verán en ella a un Podemos que ya
ha empezado a hablar de sillones, dejando en segundo plano sus reclamos
sociales. En cualquier caso, al hacerla
Podemos asume el riesgo de que si la propuesta que acepte final de la
negociación, es menor de lo que hoy ha manifestado querer, eso puede suponerle una
pérdida de apoyos en la calle.
Lo que no cabe duda, es que hoy
Iglesias ha causado un desconcierto general. Que Podemos desde su origen ha dominado
los tiempos mediáticos ya no debería sorprender a nadie, pero la sensación que todos
transmiten tras ese anuncio, es que ha vuelto a hacerlo. Todo apunta a que la
propuesta ha cogido a los demás grupos con el pie cambiado, porque pocos sospechaban
tras la bronca por no obtener cuatro grupos parlamentarios, que en veinticuatro
horas, Podemos haya pasado de tener líneas rojas, a que ahora ya sean solo de color rosáceo.
Todo viene a ratificar lo ya
observado tras su formación post 15 M, que Podemos es cambiante según sopla el viento
del día, y hoy tocaba representar el adiós al radicalismo de los que parecían los
más radicales. Eso no es óbice para ignorar las múltiples perspectivas que muestra su movimiento de
ficha, tanto para el PSOE como para el propio Podemos. Para empezar, esta
oferta fortalece el posicionamiento de
Sánchez frente a los barones socialistas, y a su vez desactiva cualquier
posibilidad de acuerdo PSOE-PP porque significaría su pasokización en breve. Además,
le está diciendo a la opinión pública, que el PSOE que ayer era casta, hoy ya
es de nuevo parte de la izquierda. Cosas del multipartidismo.
Podemos a su vez, se ha
comprometido bastante, porque podía haber apostado solo por apoyar la
investidura de Sánchez, pero su propuesta significa que se compromete con la
gobernabilidad. También es una forma de elevar el listón por parte de Podemos, que
le permitiría poder culpar al PSOE si este no es capaz de saltarlo. En
cualquier caso, este acuerdo, es la más ilusionante de las posibles
alternativas a la situación que tenemos, si no queremos pasar de nuevo por las
urnas, aunque habría que decirle a Iglesias, que la política es algo más serio
que actuar ante las cámaras, o buscar dar golpes de efecto.
Lo de hoy es una sobreactuación, lo
que siempre significa que existe un exceso de estrategia por parte de quien la
realiza, con la que se busca forzar la pronta reacción de los posibles socios. Se
puede ser un gran estratega, pero a la vez resultar un político dañino. Por eso,
algunos pueden pensar que Iglesias está pervirtiendo las formas de actuar de la izquierda,
convirtiendo lo que se inicia como un movimiento popular en parte de un show
televisivo. No es la primera vez
que lo hace, porque cuando lo
considera necesario, siempre saca de la chistera un nuevo conejo. Eso hace pensar,
que su primer objetivo no es el cambio social, sino jugar para ganar a
cualquier precio.
Es pronto aún para saberlo, pero habrá
que escuchar lo que piensan en los círculos, y ver si alguien osa alzar la voz
contra el líder amado tras esta propuesta al PSOE. Y como no, también habrá que
escuchar que piensa Anguita. Pero mientras lo hacen, todo huele una gran dosis
de oportunismo político, a utilizar el marketing en canalizar el descontento
social que crea entre los ciudadanos la incertidumbre de ver más próximo repetir
elecciones que formarse un gobierno. Por eso, algunos están convencidos que con
su propuesta de hoy Iglesias ya está en pre-campaña, y que como los políticos de siempre, él también
ha empezado ya a tratar a los ciudadanos como si fuéramos tontos.
Plantear que es posible formar
gobierno, no convierte a ese gobierno en más importante que las políticas que
debe aplicar. Son esas políticas las que deben sacarnos de la crisis y no las personas
que se sienten en la mesa del Consejo de Ministros. Por eso me temo, que en realidad con su propuesta, y citarse como
vicepresidente, Iglesias busca sobre todo cubrirse las espaldas ante cualquier eventualidad:
si hay gobierno es gracias a mí, y si hay elecciones no será por culpa mía. Se
mire por donde se mire, esta propuesta solo
beneficia a quién la hace, porque es simplemente
un movimiento táctico. Ojala me equivoque,
pero todo apunta a que Podemos continúa su juego para
intentar forzar elecciones
Creo que el destinatario, Sánchez,
debe ser inflexible en respetar absolutamente los tiempos, agradecer la
disponibilidad de Podemos para sentarse a hablar, pero a su vez dejarles muy
claro que antes le toca a Rajoy quemarse en su intento de investidura, que para
eso ha sido el partido más votado. Si lo que ha buscado Iglesias es cambiarle
el paso a Sanchez, poner en valor lo importantes que son los tiempos en
democracia es esencial, y dejar claro que el momento de recoger el guante será después
de Rajoy no conseguir su objetivo. Lo mejor que puede hacer Sanchez en
respuesta a Iglesias, es dejarse querer.
Pero dicho lo anterior, todos
deben apostar por el mensaje de las urnas el 20 D, por un cambio de gobierno,
pero sobre todo por un cambio de políticas. Que nadie se olvide, que el
gobierno que se forme deberá hacer frente, a los recortes que reclama Europa, nada
más llegar, y que las críticas van a lloverle
desde la izquierda. Quienes tanto reclaman un gobierno de estabilidad deberían
pensar que esa circunstancia es un motivo más a favor de un próximo gobierno desde
la izquierda. Si de nuevo gobernase el PP, y a su llegada comienza aplicando
recortes, la inestabilidad estará asegurada, porque podría romperse la baraja.
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