Mientras los diarios atienden a encuestas, rumores y noticias deportivas
(por cierto, el himno español de épocas franquistas con letra de Peman en honor a la campeona del
mundo de bádminton dará que hablar) sirven para
amenizar el transcurso de un agosto marcado por la cita de Jorge y Rodrigo para
hablar de sus cosas. Todo ayuda a que parezcamos pocos los preocupados por
las últimas recomendaciones el FMI.
Desde ese organismo que marca la senda a seguir por los gobiernos (sean de
izquierda o derecha), elegidos por sus ciudadanos, mientras curiosamente el
FMI está dirigido por personas a las que los ciudadanos no hemos votado. Más que
proponer medidas para que la gente podamos vivir con dignidad, las proponen para favorecer al sistema
financiero y en los poderes facticos mundiales.
Si nos fijamos en su influencia sobre nosotros
los españoles, nos daremos cuenta de que en
el FMI piensan que por culpa de la precampaña de un Mariano tocado y
acojonado ante las próximas elecciones, el
gobierno ha decidido despilfarrar lo que ellos consideran “avances” gracias
a los recortes impuestos que llevamos soportando cinco años, y se ha sentido obligado a darle un toque
de atención.
En su informe, el FMI echa por tierra el
optimismo de nuestro Gobierno sobre la ansiada recuperación que según el PP
es ya irreversible. No lo es para el FMI
que vuelve a recetarnos más recortes poniendo en duda el futuro crecimiento
económico de nuestro país y nos exige una
nueva reforma laboral, más copagos por los servicios públicos, y una subida del
IVA olvidándonos para siempre de eso que conocemos como IVA de tipo reducido.
Con estas recomendaciones demuestran que quieren
esclavos para sus empresas y beneficios solo para el dinero. Son sus planteamientos sempiternos,
pero siguen sin recomendar a los
países la eliminación de los paraísos
fiscales, la persecución del fraude fiscal, la imposición de una tasa a las transacciones bancarias, o
establecer quitas a los beneficios de
las grandes empresas por sus inversiones multinacionales. En España además podrían proponer disminuir
los beneficios a la iglesia, o establecer la obligatoriedad del pago bancario para todos los gastos superiores a equis euros
y así controlar de donde sale el dinero y a donde va a parar. Esas medidas
evidentemente van en contra de los intereses que el FMI representa, y
lógicamente ni las menciona.
Aunque quiera disfrazarse de organismo
internacional neutral, es innegable que
son ellos los que mandan en nuestra economía junto con Alemania y sus amigos,
y que nos pongamos como nos pongamos, para que ellos sigan siendo más ricos es
necesario que los más pobres nos empobrezcamos aún más, y para ello nos demuestran que si no obedecemos nos
presionarán si necesitamos dinero con condiciones abusivas y que nos pueden arruinar.
Para el FMI que la economía funcione significa conseguir que los salarios sean
bajos y que consumamos mucho, lo que nos hará solicitar créditos para el
consumo porque no ganamos suficiente. Con ello consiguen su objetivo, tenernos endeudados, deuda
que ellos nos cobraran en cualquier situación, como queda demostrado con la
fórmula aplicada en los rescates a que han sometido a Grecia.
Las
empresas eléctricas
cobrándonos hasta por el sol, son una demostración
de que con estos gobernantes nos tocará pagar por todo. No basta que un
solo país de un golpe sobre la mesa para decir basta, habrá que hacerlo en
varios países a la vez, porque de seguir
todos los gobiernos sus recomendaciones nunca saldremos del agujero en el que ya
estamos metidos. Es la política de una
derecha capitalista que nos impone sus normas absolutamente injustas, y de la que nuestro gobierno es uno de sus
conseguidores.
Podríamos comenzar los españoles poniendo
nuestro granito de arena para ese cambio, y la forma de hacerlo puede ser señalarle
la puerta de salida al PP en las próximas generales. Aunque los calores y las
noticias cortinas de humo de este agosto, nos tengan distraídos.
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