domingo, 23 de agosto de 2015

23 agosto.- EL FMI RECOMIENDA LO QUE A ALGUNOS LES INTERESA


Hace unos días realice un comentario sobre el conjunto de recomendaciones que el FMI hacia a España para hacerle frente a la crisis económica. Por curiosidad esta tarde de domingo, he accedido a las cuentas de nuestro sistema sanitario y a la vista de las mismas, he querido ver si estaba justificada la recomendación concreta del FMI sobre que “aumente el copago ciudadano en sanidad”. Aquí expongo mi opinión.


Hay que empezar diciendo que cualquiera puede acceder a los datos del sistema sanitario, disponibles en internet en el denominado Sistema de Cuentas de la Salud. Acaba de publicarse el informe correspondiente a 2013, y de los datos disponibles se puede afirmar que el gasto sanitario global ha disminuido en el conjunto del país, porque el dinero público destinado a sanidad ha seguido disminuyendo respecto a años anteriores.

Pero también esos datos demuestran que casi la mitad del gasto que soportan los hogares españoles en sanidad se destina a realizar los copagos. En 2013 alcanzaron los 10.600 millones de euros, lo que significa que las familias gastaron 922 millones más que el año 2012 en adquirir medicamentos y productos sanitarios. En cifras relativas hablamos de un aumento del 9.5% en la factura sanitaria familiar, y eso que solo ha pasado un año de la publicación del decreto 16/12 de medidas de sostenibilidad del sistema sanitario publicado por el gobierno Rajoy, del que muchos afirmamos que iba a suponer un aumento del gasto de las familias.

Por lo tanto, podemos afirmar que la recomendación de aumentar los copagos en sanidad es innecesaria, puesto que desde que llegó el PP al gobierno se está aumentando año tras año su cuantía.

Pero esos mismos datos también muestran que se han incrementado las privatizaciones sanitarias, y que el importe abonado a empresas privadas que gestionan atención sanitaria ha aumentado un 52 % respecto al año anterior, a lo que hay que añadir que más de la mitad de la inversión en infraestructuras sanitarias va a centros de titularidad privada. Si además por la fórmula del copago se mantiene el beneficio de las industrias farmacéuticas, que ganan igual o más, aunque el estado pague menos, resulta muy llamativo que el FMI no nos recomienda que frenemos nuestra factura con la sanidad privada y el gasto farmacéutico.

Con recomendaciones del FMI o sin ellas, en los últimos años se ha estado desmantelando el sistema de bienestar en todos sus pilares, y paradójicamente, mientras pagamos cada vez más impuestos o nos los disimulan como copagos, recibimos menos prestaciones estatales. Nuestro dinero para la sanidad no es finalista. El sistema sanitario funciona como si de un negocio seguro se tratase, porque si la gestión privada de hospitales públicos daba perdidas, la administración ha estado ahí para hacerles frente, siempre bajo la amenaza de los adjudicatarios de que de no hacerlo el sistema se colapsaría Los paganos somos siempre los ciudadanos, porque la administración sabe que donde se ha aplicado la gestión privada el gasto sanitario siempre aumentó con referencia al PIB de ese país aunque no lo hiciera en los datos absolutos, y pese a ese dato, siguen las privatizaciones.

Lo cierto es que de nada sirve conocer estos datos que demuestran que se nos engaña, si no perdemos el miedo, porque raro es el día que el gobierno no nos amedrenta con lo de que si el PP no gana esto se hundirá. Todo es un intento de hacernos olvidar que no ha cumplido con sus compromisos electorales, que nos mintieron afirmando que no se incrementaría el coste de nuestra asistencia sanitaria, ni el IBI, IRPF, o IVA, aunque ahora nos vendan como si de unos grandes almacenes se tratase, sus rebajas del verano.


En un país con una población cada vez con más personas mayores, a la carga familiar que suponen los copagos farmacéuticos, se le debe añadir el gasto que representan los cuidados de enfermos crónicos, cada día en mayor número. Un atisbo de mejora para las familias puede darse en algunas CCAA como Castilla La Mancha, donde esa situación podría cambiar porque en el programa electoral del nuevo gobierno socialista se refleja el compromiso de suprimir los  copagos y de mejorar la atención a las situaciones de dependencia. Mejor pronto que tarde.

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