El mayor error del PSOE, y que amplio la distancia entre los socialistas
y los ciudadanos, fue la reforma del artículo 135 de la Constitución acordado
con el PP. Muchos socialistas mostramos nuestro desacuerdo con esa decisión, aun
entendiendo la justificación de que ello impediría que España fuese intervenida.
También entendíamos que esa decisión hipotecaría las posibilidades de triunfo
en las Elecciones del 2011. Los pactos del PSOE con el PP siempre han
favorecido al PP (OTAN, antiterrorismo, etc.)
Por eso, ante la postura manifestada por el Secretario General de apoyar
la propuesta de IU para volver a reformar ese artículo, muchos nos sentimos bastante
satisfechos, que no del todo. Con ello solo da en parte cumplimiento al
documento propuesta socialista para la
reforma constitucional, denominado Declaración de Granada, ya aprobado hace
tiempo por el PSOE.
El PP se queda como defensor de que España anteponga el pago de la deuda
al sostenimiento de nuestro estado del bienestar, y eso le deja como el único adalid
de la austeridad y los, más que recortes, amputaciones a que ese acuerdo ha
sometido a los ciudadanos. Son el único partido que está anteponiendo los
intereses de los núcleos económicos sobre los del conjunto de los ciudadanos.
Eso ha debido dolerle mucho, y he escuchado a la vicepresidenta del Gobierno
decir que esa propuesta es "populismo".
Hasta hace unas pocas semanas, cuando alguien hacia propuestas atractivas
para los ciudadanos el PP se despachaba
tildándolas de “demagogia”. Ahora “populismo” ha desplazado a
"demagogia" en el diccionario del PP. A partir de este momento será “populismo”
todo lo que no aplauda las políticas del PP, y ya no será algo exclusivo de
Podemos, sino que lo será cualquier propuesta de cualquier grupo que marque
distancias con el PP.
En el PP se olvidan de que el populismo no es nada nuevo, y que es una práctica
bastante habitual entre la clase política en general. Mucho menos es extraño en
el PP (acabar con el paro, no dar dinero a los bancos, mantener las pensiones,
etc.) aunque sus tres años en el gobierno, nos han enseñado a los españoles que
a quienes mienten, e incumplen lo prometido en su programa electoral, no se les
debe llamar populistas, sino populares.
La rectificación del PSOE no está fuera de lugar a pesar de los ataques
del PP. Si se quiere recuperar lo que el socialismo ha perdido por falta de
coherencia en estos años, se debe marcar una línea política sin complejos, y
eso incluye asumir que se rectifica y que el partido no tuvo el coraje necesario
para plantarle cara a Alemania. Alejémonos del PP, que será bueno para los
españoles, y que digan en Moncloa lo que les venga en gana.
Además, esta decisión tiene la ventaja de que dificultará, en parte,
ataques desde la izquierda al socialismo, aunque no por ello se dejará de
escuchar que esto es solo una pose del PSOE. Pues bueno y ¿qué si lo dicen? El
reto está en ser creíbles, y para eso bastará con ser capaces de hacer lo que
se promete. No importa que por esta decisión el PP nos acuse a los socialistas
de populismo y por la izquierda de pose. Es mucho peor que los ciudadanos puedan
seguir acusándonos de haber puesto la excavadora con la que el PP ha iniciado
el derribo del estado del bienestar, y no haber rectificado ese error.
Pedir perdón siempre es una acción propia de buena gente, y aunque en
todos sitios cuecen habas, la inmensa mayoría de los socialistas lo es.
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