A veces uno no sabes, el
porque una buena noticia puede hacerte pensar que te están tomando por imbécil.
Digo esto porque el pasado viernes Cospedal anunciaba que, “gracias a
los ahorros que se han generado por una "gestión eficiente de su gobierno, no va a privatizar ningún
hospital". Y lógicamente
la alegría de continuar con una asistencia sanitaria pública, se me mezcla con
lo de la buena gestión que ha hecho su gobierno, solo creíble por tontos y fanáticos
de Mari Loli.
Nadie voto
a Cospedal para que recurriera al sector privado en la gestión de los
hospitales de Almansa, Villarrobledo, Manzanares y Tomelloso con la escusa de "salvaguardar
su continuidad y supervivencia" porque resultaban inviables.
Su marcha atrás de ahora,
la justifica en que "gracias al enorme esfuerzo llevado a cabo
estos años debido a una gestión sobria y eficaz por parte de la Consejería de
Sanidad y Asuntos Sociales, Castilla-La Mancha no va a privatizar ningún
hospital". Ni
ella se lo cree, pero lo dice para quien se cree todo lo que dice.
También merecen citarse,
las afirmaciones de la gerente del Hospital de Almansa que justifica la no
privatización en que "la implicación, el esfuerzo y la
profesionalidad del conjunto de la plantilla, junto con la remodelación de los
servicios, han logrado hacer cambiar la situación".
Es curioso que aquellos que
nos lapidaban en los medios de comunicación a quienes defendíamos la
continuidad de la gestión pública en estos hospitales, mediante manifestaciones,
recogidas de firmas, conferencias, etc., ahora sean los que se imputan el
merito de mantenerlos sin privatizar. Esto se llama cinismo, desfachatez, falta
de vergüenza, falta de honestidad, y otros calificativos que nuestra rica
lengua permite.
Pero la tozuda
realidad,
lo que nos dice, es que sus amigotes, a los que iban a adjudicar la gestión de estos
centros, han considerado que el bocado económico era poco goloso, y los
problemas sociales y las trabas administrativas, en caso de cambio de
gobierno en Castilla La Mancha, podían ser, como mínimo, un desgaste
innecesario para ellos.
Y es que como al
final todo acaba sabiéndose, algunos técnicos de las supuestas empresas de
gestión sanitaria interesadas en concursar a la gestión, en conversaciones de café o
despacho, afirman que no lo han hecho porque no ganaban dinero en esas
adjudicaciones. Que gestionar la salud y a la vez ganar dinero, no es nada fácil, lo
sabe todo el mundo, y ellos por obligación.
Las conclusiones de todo este proceso
que ha durado casi dos años son sencillas. La primera es que si no
concursan porque no se gana dinero, lo que están diciendo es que la asistencia
les interesa poco, y lo que perseguían era el fin crematístico.
La segunda es, que si aquí no
se han privatizado por una gran gestión del gobierno regional como dice Cospedal, está
poniendo a los pies de los caballos a su compañero de partido y Presidente
madrileño Ignacio Gonzalez, que como ha privatizado los seis hospitales, es que
está gestionando muy mal la Comunidad de Madrid.
Tercera es que la presión
ciudadana y del personal sanitario se la trae al fresco si hubiesen
sacado tajada económica, pero como no es así, ahora se da la orden de alabar su
buen hacer profesional como causa de la no privatización.
Y por último,
la más grave, Cospedal sigue tomándonos a los castellano manchegos por tontos, antes con
la intención de privatizar, y ahora con el hecho de no hacerlo justificándose en
lo bien que gobierna, y mientras se continúan los recortes en primaria,
educación, dependencia, etc. en toda la región.
Menos mal que el
tiempo acerca inexorablemente las próximas elecciones regionales, y ya queda
menos gente que no conozca el donde dije digo, digo diego, de doña Maria
Dolores.
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