A instancia de la
Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid, un prestigioso despacho de
abogados ha elaborado un
informe, en el que considera inconstitucional la privatización de los
Hospitales madrileños puesta en marcha por el PP en la Comunidad. Ya sabemos que en este país, ante un informe jurídico que dice blanco,
siempre alguien redacta otro que dice negro, pero no es menos cierto que el
contenido del emitido en este caso, goza de argumentación jurídica solida.

No extraña el contenido
del informe a quienes pensamos
que la sanidad pública es más eficiente y eficaz que la privada, con independencia de que sea necesario introducir ciertos criterios de planificación y
gestión en el modelo existente, pero siempre manteniendo el carácter de
servicio público. Lo que sí es llamativo es que una administración pública, no haya
reparado esfuerzos para aplicar un modelo contra el que están pacientes,
profesionales y gestores. Solo cabe pensar que esa obstinación ha de obedecer a
intereses inconfesables que se nos escapan al común de los mortales.
Tanto que se llenan la boca con la palabra
transparencia, podía aplicarla aquí con la introducción de los llamados
presupuestos sanitarios participativos, aplicados en otros
países. Sin ir más lejos, esos
admirados en otros aspectos por nuestros gobernantes países nórdicos, tiene un modelo donde a la información de gastos, inversiones, criterios de gestión o políticas
de personal, son accesibles a los vecinos a través de sus
organizaciones sociales tan solo con una simple petición por su parte a los
responsables de esas instituciones. Nadie sabe porque en nuestro país no pueden ser públicos esos
datos.

Y por último, o en primer lugar, están los partidos en la
oposición. La
sanidad si puede ser un buen escenario para encontrar ese frente común de la
izquierda que tanta gente demandamos cada día con intensidad. PSOE, IU y los demás partidos de la izquierda, tiene la oportunidad de unir sus fuerzas
en esta materia y hacer que sus diputados formen un frente común contra este
atropello.
Cada vez parece más
demandado que los partidos
de izquierda demuestren a la ciudadanía que no solo nos dicen que defienden un modelo
de sanidad pública, universal y gratuita, sino que además se lo creen. Este puede ser un asunto que vuelva a acercarlos a la ciudadanía, y no deberían desaprovecharlo, o nos
acordaremos de la oportunidad perdida, durante bastantes años en las próximas décadas.
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