Creo que se están malinterpretando los datos sobre hospitalizaciones en esta sexta ola. La causa de ese error de contabilización es doble: la gran capacidad de contagio de la variante ómicron y el hecho de que la mayoría de los vacunados pase la infección de forma muy leve o asintomática. Eso ha disparado el porcentaje de pacientes que, pese a estar incluidos en las estadísticas oficiales tras dar positivo en las PCR rutinarias, en realidad están siendo atendidos en el hospital por otras dolencias y no por su COVID-19, aunque ocupan camas destinadas a COVID al ser positivos.
Sobra alarmismo, y faltan prudencia y optimismo
La curva de la incidencia sigue en ascenso y registra un nuevo aumento hasta los 3.192,46 casos por cada 100.000 habitantes. Desde el lunes, la tasa de incidencia ha subido casi 200 casos, mientras que en las semanas anteriores de las fiestas navideñas el aumento semanal era de aproximadamente 500 puntos.
162.508 personas se han contagiado en la última jornada, lo que hace un total de casi ocho millones de positivos desde el inicio de la pandemia. Esta semana se batió el récord diario de infectados el miércoles, cuando se registraron casi 180.000 contagiados en un solo día.
Esta semana, la media de fallecimientos diarios por COVID-19 supera los 100 decesos. En el último informe del Ministerio de Sanidad se notifican 139 muertes, lo que eleva el total de fallecidos desde que comenzó la situación de crisis sanitaria a 90.759 personas. Aunque el número de personas que han perdido la vida continúa lejos de los momentos más duros de la pandemia, se observa un aumento diario con respecto al mes pasado.
En mi opinión, parece que empieza a notarse que se pisa el freno. Igual es mi deseo, pero eso señalan las cifras de contagios.
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