La gente que llega a un cargo
público de responsabilidad, es tan inocente, que no se entera ni de lo ella
misma hace. Son múltiples los ejemplos de inocencia por desconocimiento, que
nos demuestran lo veraz de esta afirmación. Aquí algunos de ellos.
-Aznar invitaba a la boda de
su niña a gente que ni conocía como a un tal Correa y un tal Bigotes. Era tan
generoso…
-La infanta no sabía nada de
los manejos de Iñaki, ella se dedicaba solo a las tareas domésticas en el
matrimonio.
- Esperancita Aguirre tan
inocente y cándida, que solo sabía que no sabía nada, y en cuanto supo algo lo
denunció.
-A Fabra le tocaba todos los
años la lotería porque era un hombre honrado, al que premiaba Dios por
construir aeropuertos para sus paisanos.
-Rato era un ministro tan
extraordinariamente bueno, que hasta hacia milagros económicos para los demás.
-Anita Mato era tan inocente,
que no vio ningún coche extraño en su garaje. Todos le parecían de la misma
marca.
-Feijo estaba tan inmerso en
la lucha contra los incendios, que no tenía ni idea que uno de sus grandes
amigos trabajaba en el narcotráfico
-Soria estaba tan en su papel
de promocionar el turismo, que no sabía ni quién pagaba sus vacaciones
-Jaume Matas era un ejemplo
de político honesto y decente, que ni el mismo sabía cómo se había podido
comprar un palacete.
-Nacho Gonzalez era tan inocente
que creía que por las tuberías del Canal de Isabel II circulaban áticos, y al
abrir el grifo, le había salido uno en Marbella.
-Bárcenas era el más inocente
de todos los inocentes que han sido tesoreros del PP. Tan inocente, que no
sabía que el sueldo se lo pagaban en una cuenta en Suiza.
-Y lo más gordo, lo de
Mariano, que es tan inocente que no sabe lo que significa M. Rajoy. Es que él
no entiende su letra.
Podríamos poner más ejemplos
pero para la clase de hoy son suficientes.
Por eso es evidente que la
justicia en España es igual para todos. Para todos los inocentes, claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario