viernes, 18 de diciembre de 2015

18 de diciembre.- En campaña QUE USTEDES LO VOTEN BIEN

Último día de campaña y las tendencias de voto siguen fieles a las conocidas en los últimos días: un PP con un voto estancado y que no va a crecer; un PSOE en recuperación tras el debate a dos que no alcanza al PP; un Podemos que posiblemente en su remontada ha dejado atrás a Ciudadanos pero que aun acercándose tampoco alcanza al PSOE; un Ciudadanos que en la última semana ha perdido parte de lo que parecía tener garantizado al iniciarse la campaña; una Unidad Popular que ha recuperado parte del terreno perdido en su acercamiento a Podemos antes de la campaña; y unos partidos nacionalistas que entre todos conseguirán más escaños (cosas de nuestro modelo electoral) de los que obtendrían de presentarse en el ámbito estatal.

Ese panorama invita a las apuestas sobre el resultado del domingo. Con independencia de lo que definitivamente sepamos que obtiene cada formación, parece posible que pueda darse que la suma de PP y Cs sea prácticamente la misma que la de PSOE y Podemos. Como siempre que no hubo mayorías absolutas, la llave puede estar en manos de algún partido nacionalista, y que escuchemos que de nuevo alguien habla catalán o euskera en la intimidad. A partir del domingo ya no serán especulaciones.

Pero sea el resultado final uno u otro, lo que sí parece seguro es que el nuevo parlamento no va a semejarse en nada a los anteriores, y además los cambios que se van a producir, vienen para quedarse entre nosotros. Puede que esta nueva situación sea la propicia para que, al verse todos obligados a pactar, puedan producirse cambios en nuestro sistema electoral y en las estructuras políticas.

Esos cambios no son algo desconocido por los partidos tradicionales, sino que muchos han sido demandados ya en sus debates internos, tanto con el partido en el gobierno como en la oposición, pero la comodidad de las mayorías absolutas o las minorías ampliamente mayoritarias en ocasiones y la necesidad de no abrir grietas siendo oposición, han provocado que los direcciones de esos partidos no fuesen proclives a abordar su necesidad. Ahora se convierten casi en una imposición.

Hoy continúa la campaña y tendremos los mítines de cierre de la misma, por parte de todas las formaciones que concurren el domingo. Aún parece tener conejos en la chistera el PP, pero cada vez sus promesas son menos creíbles, y menos aún si se conoce su currículo. Mañana, es el día de reflexión, y bien harían los candidatos aprovechándolo para, sabiendo que ya la suerte está echada, tratar de pensar en cómo se puede mejorar este sistema electoral nuestro que empieza a estar algo obsoleto.

El abanico de posibilidades es enorme. Desde establecer la obligatoriedad de los debates o limitar los gastos electorales durante las campañas, a plasmar de una vez las listas abiertas, limitación de mandatos, etc. Todo ello no para cambiar por cambiar, sino con el único fin de lograr algo que ya ha ocurrido en estas elecciones, y es bueno que siempre se produzca: despertar el interés de los ciudadanos por la política. Para ello, los medios de comunicación de titularidad pública deberían estar obligados por ley a facilitar información exhaustiva de todos y cada uno de los programas de las diferentes formaciones garantizando su neutralidad.
Tras una legislatura de cuatro años sin cumplir el programa al que los ciudadanos le otorgaron su respaldo, parece claro que solo si los ciudadanos conocemos realmente las ofertas electorales podremos emitir nuestro voto con conocimiento, lo que nos hará más exigentes en el cumplimiento de esos compromisos electorales, porque solo la exigencia puede garantizar que se cumplen. Pese a que los programas quizás no han tenido la difusión debida, en esta campaña lo que la gente si ha empezado a entender, es la importancia que tiene para su vida cotidiana que se haga una política u otra.

En cualquier caso, la falta de mayorías fuertes que se prevé, puede hacer que nos encontremos con una legislatura corta. Eso no parece nunca bueno, pero posiblemente para evitarlo, esos cambios deberían intentar plasmarse al principio. Si los partidos son capaces de alcanzar acuerdos para introducir reformas, entre esos debería incluirse una reforma constitucional pactada por una amplia mayoría. Solo así, otros acuerdos que permitiesen abordar los problemas de desigualdad y pobreza que cuatro años de empecinamiento en una política al dictado de los poderes económicos nos han traído ya no estarían tan lejos.

Lo que no va a servirnos para nada, son las promesas de cambiarlo todo, para que todo siga igual, porque es insostenible un país donde tener trabajo no es sinónimo de bienestar, sino de conocer la que es la merma de derechos laborales y no tener un horizonte para escapar de la pobreza.

Buenas tardes y que ustedes lo voten bien.

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